Existen infinidad de cómics que representan las innumerables historias ocurridas durante los distintos conflictos bélicos del siglo XX. De entre todos ellos, la Segunda Guerra Mundial fue uno de los que más han marcado el presente. Todavía hoy seguimos viviendo las consecuencias del mismo, tal y como ya comentamos en las reseñas de otros cómics como Heimat. Lejos de mi hogar de Nora Krug, o de otros conflictos como en Regreso al Edén de Paco Roca o Alois Nebel de Jaroslav Rudiš y Jaromír 99. Además de las consecuencias, los hechos ocurridos durante los conflictos siguen despertando interés entre aquellos lectores que quieren entenderlos mejor.
En el caso de la colección franco-belga Los niños de la resistencia de Vincent Dugomier y Benoît Ers el relato se centra, históricamente, en una población francesa durante la ocupación que sufrió el país por parte de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Tal y como su título indica, los protagonistas de la misma, además de ser niños, forman parte de la resistencia activa con la que muchos franceses hicieron frente a dicha invasión. En septiembre de 1939 Reino Unido y Francia declararon la guerra a la Alemania de Adolf Hitler, que acababa de invadir Polonia. En mayo del año siguiente se consumó la invasión del país galo tras una ofensiva organizada y brutal por parte del ejército germano.
Dugomier, guionista de la serie, sitúa la trama en Pontain l’Écluse, una población ficticia donde viven dos adolescentes: François y Eusèbe. El primero será el narrador de toda la historia y, junto a su mejor amigo, expondrá de forma concisa cómo el ejército francés perdió la batalla tras ocho meses donde ellos verán pasar aviones sobre el lugar donde viven, e innumerables columnas de coches y personas huyendo del conflicto. Tras la derrota por parte del ejército francés, François y Eusèbe conocerán a Lisa, otra adolescente, en este caso belga, que se ha visto separada de sus padres en la huida del conflicto. Los padres de François decidirán acogerla, a la espera de conseguir ponerse en contacto con ellos.
Tras la invasión alemana los adultos empiezan a resignarse ante la nueva realidad que se presenta ante ellos. Sin embargo, François, Eusèbe y Lisa no se acostumbrarán tan fácilmente y desarrollarán una actitud beligerante pero consciente de su situación. A través de sus ojos Dugomier retrata escenas costumbristas de la Francia ocupada, y cómo nació esa resistencia cada vez más activa donde incluso los niños tuvieron un papel fundamental.
Gracias a los protagonistas se sitúa en el primer volumen de la serie, Primeras Acciones, el contexto histórico y el germen de la resistencia. Y de cómo el sentimiento de rechazo por parte del pueblo francés surgió no sólo por las atrocidades de los nazis, sino también por la actitud del jefe de estado de la Francia colaboracionista que accedió a ayudar a la Alemania nazi. En los siguientes volúmenes, que hasta el momento son seis (Primeras represiones, Los dos gigantes, La escalada, El País dividido y ¡Desobedecer!), el lector acompaña a los tres jóvenes en su evolución dentro de la resistencia y como supervivientes del terrible momento histórico que les ha tocado vivir.
Aunque la historia de François, Eusèbe y Lisa es ficticia, Dugomier realiza un increíble trabajo de documentación acerca de la resistencia, especialmente, del papel que tuvieron en la misma los niños. Y lo traslada de forma magistral al guion de estos cómics. Al final del primer volumen se encuentra un dossier redactado por parte del propio guionista para saber más acerca de los hechos y personas reales en que se inspiró en sus escritos.
Un punto muy interesante, que puede observarse desde el primer volumen, es la introducción de distintos idiomas en el guion. Hay que tener en cuenta que el pueblo donde viven los protagonistas está a merced del ejército alemán. Y, además, Lisa no es francesa. Por lo que se juntan varios idiomas. A no ser que el lector sepa alemán, sólo entenderá lo que los soldados alemanes hablen si otro personaje traduce lo que estos están diciendo. Creando situaciones de desconcierto, o con doble sentido, que harán que el lector empatice de forma más rápida con los protagonistas. Lo que sí debemos tener en cuenta es que todo lo que Editorial Base escribe en castellano, originalmente, estaba en francés.
El apartado gráfico de esta saga corre a cargo de Benoît Ers, quien utiliza un estilo de línea clara muy limpio y detallado. Con fondos detallados y un color precioso, pese a estar retratando un conflicto bélico. Y es que los autores no se centran en los detalles más macabros de la batalla, sino en aquellos momentos del día a día que, sin embargo, pueden hacer pensar al lector acerca de temas importantes como la libertad, los derechos, la inutilidad de la guerra, la importancia de la infancia… y un sinfín más. Estos cómics tienen una estructura tradicional y, salvo algunos casos muy marcados, las viñetas están dispuestas sin mucha complicación en su diseño.
Como ya hemos comentado, Editorial Base ha publicado hasta el momento seis números de unas cincuenta y seis páginas, en formato álbum, de Los niños de la resistencia. El binomio franco-belga que forman Ers y Dugomier, respectivamente, en esta saga funciona de maravilla. No sólo en contenido, sino también en forma.
En Los niños de la resistencia, los personajes tienen mucho carisma, y los eventos relacionados con la Segunda Guerra Mundial en Francia están muy bien explicados. Además, la serie funciona bien tanto para lectores adultos, como para adolescentes. Y no sólo como herramienta para comprender y estudiar historia, sino también como un increíble relato de aventuras del que sacar buenas conclusiones al conocer un conflicto que no hace tanto que terminó.
Título: Los niños de la resistencia |
Guion: Vincent Dugomier |
Dibujo y color: Benoît Ers |
Edición Nacional: Editorial Base |
Edición Original: Éditions du Lombard |
Formato: Cartoné, 56 páginas |
Precio: 14,00€ |