La editorial Reino de Cordelia ha traído a nuestro país Santa Bárbara, un cómic que se basa en unos hechos acontecidos en la primera década del siglo XXI en la República Checa y que conmocionaron profundamente a la sociedad checa. Fue publicado originariamente en ese país en 2016 y allí se alzó en 2018 con los Muriel Award a la mejor novela gráfica Checa y a la obra mejor dibujada. Este título se integra en la línea que la editorial dedica al noveno arte, “Los tebeos de Cordelia”, y ha sido traducido por Daniel Ordóñez.
Gracias entre otras cosas a la globalización de mercados, a la proliferación de eventos y salones de cómic por múltiples puntos de la geografía mundial y a la red de redes, los lectores de cómic podemos disfrutar de una oferta amplísima que va más allá de aquellos títulos que se producen en las tres industrias tradicionales (norteamericana, franco-belga y manga). Esas mismas circunstancias que han posibilitado que autores procedentes de mercados no definidos, con escasa presencia o poco desarrollados en lo que a noveno arte se refiere hayan tomado contacto con una gran disparidad de obras y autores, haciendo de la heterogeneidad de las influencias un denominador común, han propiciado también el interés de las editoriales por esos otros mercados no tan conocidos. Es lo que ha sucedido con los cómics producidos en la República Checa, un mercado del que aquí se conoce poco. En una entrevista a Radio Prague Internacional en su emisión en español, Stanislav Škoda (director del Centro Checo de Madrid) además de hacer historia de la historieta refiriéndose a la publicación infantil Čtyřlístek o al historietista Jaroslav Foglar como clásicos e imprescindibles en la escena checa, hablaba del interesante momento creativo y movimiento autoral que se está produciendo en lo que llevamos de siglo XXI en lo que apunta que algunos ya lo califican como edad dorada del cómic checo.
De hecho, en los últimos meses han llegado a las baldas de novedades de las librerías de nuestro país cómics que permiten al lector tomar el pulso al estado de la cuestión historietística actual en la República Checa con títulos tan interesantes como el infantil Anita y Pepe, de Lucie Lomová (Reservoir Books, 2019-), Alois Nebel, de Jaroslav Rudiš y Jaromír 99 (Gallo Nero, 2020), del que ya se dio buena cuenta en Sala de Peligro; De momento, bien, de Jan Novák y Jaromír 99 (Nørdica, 2020); o Santa Bárbara, de Marek Šindelka, Vojtěch Mašek y Marek Pokorný (Reino de Cordelia, 2020). Esos tres títulos dirigidos al público adulto y publicados en 2020, por otra parte, tienen en común su concepción desde la conciencia autoral, el éxito cosechado entre los lectores checos y que sus respectivos autores dirigen una mirada a la Historia y a la sociedad más o menos reciente de su país tomándola como base para la construcción de las diferentes tramas.
La capacidad para tejer historias es uno de los dones con los que un ser humano puede ser bendecido. Articular unos hechos, levantar personajes y crear un relato verosímil en el que las piezas encajen no es tarea sencilla. Nada más y nada menos que seis años tardaron el escritor Marek Šindelka, el guionista Vojtěch Mašeken y el historietista Marek Pokorný en armar los mimbres y confeccionar Santa Bárbara (Reino de Cordelia). Contaban con el plus de complejidad que supone no solo tomar como base una historia sucedida allí en la República Checa que perturbó a la sociedad y a la opinión pública de ese país, sino también que la evolución del caso contó con un gran seguimiento por parte de los medios y esa sociedad en general. Ríos de tinta para un suceso que iba cobrando unas dimensiones mayores conforme se iba investigando. Y es que cualquiera que conozca algún detalle del llamado caso Kurim podrá dar por válido el dicho de que la realidad supera con creces a la ficción.
Así pues, el trío de creadores llegó a la conclusión de que la mejor forma de abordar una historia tan sensible, con un impacto tan grande en la sociedad checa, casi increíble a los ojos de cualquier persona y con tantos matices escabrosos, era desde la perspectiva que aporta la distancia con los hechos reales. De esta forma, el guion se trabajó desde la ficción, modificando retazos y personajes en aras del relato resultante. Siendo el leitmotiv la investigación de una periodista, la forma en que evoluciona la trama se antoja perfecta para que el lector, al que se pone en antecedentes ya en las primeras páginas, vaya descubriendo a la par que lo hace Andrea (esa periodista) los detalles por los que saltó el escándalo, las informaciones cada vez más retorcidas o cómo se fueron sucediendo los nuevos descubrimientos que expandían las implicaciones del caso a límites inimaginables. Desde la incomodidad de la premisa argumental de un caso (no olvidemos que de base real) de abusos a menores, el lector se convierte en un observador del comportamientos de los diferentes personajes que desfilan por unas viñetas excepcionalmente asépticas. Los autores consiguen involucrar al lector en el relato rompiendo la cuarta pared pero sin que se produzca contacto alguno con esa sórdida realidad que es presenciada.
El apartado gráfico de Santa Bárbara propicia precisamente que la narración avance. Pokorný es su responsable principal, siendo la mutabilidad de su trazo y el impecable uso de los elementos del medio los principales aspectos que potencian tremendamente el guion y que motivan, por otra parte, que los lectores se olviden en su contemplación de lo sórdido del planteamiento argumental. El lector se queda con una sensación bastante impactante al cerrar el cómic y no exclusivamente por la magnitud del alcance de lo que se cuenta, sino también por la extraordinaria forma en la que se traslada.
En la forma de trabajar de Pokorný se percibe la huella de Chris Ware. La elección de las composiciones de página, las geometrías reticulares o los ángulos son ejemplos de su clara influencia. Esos aspectos se conjugan junto a otros dotando de gran significación al relato, aportando matices y generando un ritmo narrativo implacable. El juego de luces que se crea, la rotulación, el optar por esos planos y no otros o valerse de viñetas a página completa o dobles páginas a sangre para provocar un efecto, son una muestra de ello. Igualmente hay que hacer mención especial al tratamiento del color y a la manera en que se utiliza a la hora de establecer transiciones y diferenciar espacios y tiempos.
Aunque es cierto que predominan los diálogos y una suerte de cartelas informativas, los silencios también tienen su peso en las viñetas, siendo especialmente relevantes, significativos, evocadores y expresivos en algunos tramos desde los que se demuestra la capacidad para denotar significado desde el uso de la secuencialidad.
Santa Bárbara es, sin duda, uno de los títulos más destacados que llegaron el pasado 2020 a nuestro país, un año ciertamente complicado en muchos ámbitos y sectores pero que paradójicamente será recordado en lo que al noveno arte se refiere como un año en el que fueron publicadas un buen número de obras de sobresaliente calidad.
Título: Santa Bárbara
Guion: Marek Šindelka, Vojtěch Mašek
Dibujo y color: Marek Pokorný
Edición Nacional: Reino de Cordelia
Edición original: Lipnik
Formato: Cartoné con sobrecubierta de 208 páginas.
Precio: 23,95 €