Shockdom lleva desde el año dos mil tratando de romper moldes y por suerte el año pasado comenzó a editar en España. Una de sus obras es Cotton Tales que es, bueno, muy distinto a lo que uno esperaría. Es un manga creado por una autora italiana, si en España se conoce como mangañol al manga realizado por españoles, ¿podríamos decir que esto es mangaliano? Jessica Cioffi, alias Loputyn, ha conseguido hacer un relato muy interesante e inquietante a partes iguales.
La historia que se nos narra es la del joven Nicholas que, tras un accidente montando a caballo, se despierta en una enorme mansión con amnesia. En esa mansión vive su padre, el Conde Moran, al que no recuerda, y algunos sirvientes como Cristopher, que además parece odiarle. Pero ese será el menor de sus problemas. Desde el accidente ha comenzado a tener visiones de unas pequeñas criaturas parecidas a conejos que nadie más puede ver. Excepto por el fantasma que habita la torre a la que tiene prohibido ir.
La trama está repleta de misterio, momentos inquietantes que abrazan el terror victoriano, sospechas e intrigas en las sombras y personajes que aparecen con intenciones ocultas. Desvelar más sería estropear las sorpresas que sin duda ofrece este número y que concluirán en la segunda parte que aún no tiene fecha de salida en nuestro país.El dibujo de Loputyn, su autora, es un estilo muy característico que recuerda al manga y al de nuestra autora patria Faye (Ultramarine, Rune Maerchen). Los tonos pálidos, los rostros delicados, los refinados vestidos y trajes llenos de detalles evocan directamente al ambiente victoriano, las novelas góticas y las pinturas inglesas del siglo XIX. Los personajes altos y esbeltos típicos del estilo de manga shojo encajan a la perfección con la intención de la autora a la hora de narrar la historia y los fondos de tono pastel, a veces no muy detallados ayudan a entrar en un ambiente casi onírico a juego con las sensaciones que vive su protagonista.
En cuanto al guion ha resultado ser toda una sorpresa. La historia, que al principio parece típica y casi al servicio de unos “romances” extraños entre padre e hijo, que nadie se alarme no ocurre nada turbio, pero choca un poco con el resto de la historia, no tarda en cambiar. Lo que al principio parece entrañable resulta ser turbio, quienes parecen de fiar al cabo de unas páginas ya no lo son tanto, quienes por el contrario parecían un peligro o que escondían algo resultan no ser lo que aparentaban. La autora hace que la trama fluya sin problema. Los cambios no son bruscos sino sutiles y poco a poco van atrapando a lector y protagonista por igual. Consigue sentirse como un manga cien por cien, pero a la vez tiene mucho sabor propio con unos personajes interesantes que, poco a poco, se van revelando hacia la trama y consiguen mantener el interés.
Hay una corriente que suele dar por hecho que el manga es lo que se hace en japón. Que el manga realizado en España, Francia o cualquier otro sitio es una copia sin personalidad que trata de imitar como un niño pequeño a lo que admira de la cultura nipona. Por suerte este pensamiento va cambiando poco a poco, en parte porque la calidad de estas obras tanto en el ámbito de dibujo como de originalidad es cada vez mejor. Cotton Tales es claramente el mejor ejemplo que podemos encontrar de ello. Es una historia interesante, siniestra, bien dibujada y con guiños y referencias en ese espacio común del género que hace que sea una lectura muy agradable. Desde luego ha sido toda una sorpresa y solo son dos números lo que ayuda a decidirse por probar y no tener que seguir una serie que se alargue demasiado sin rumbo. En Cotton Tales está todo cerrado y listo y parece que Shockdom va afianzando la línea en nuestro país, una buena noticia.
Título: Cotton Tales |
Guion: Laputyn |
Dibujo: Laputyn |
Color: Laputyn |
Edición: Shockdom |
Formato: Rústica, 128 páginas a color |
Precio: 15,20 € |