En 1984, Kevin Eastman y Peter Laird concibieron a los héroes de cómic que han cosechado mayor popularidad en relación con las expectativas que resultaba razonable tener en base a su diseño. En otro momento, en manos de otros creadores, si no hubiesen salido de la alcantarilla del underground, cuatro quelonios entrenados en el arte del ninjutsu probablemente hubiesen acabado en el cajón del olvido al que se han visto relegadas miles de ideas punkis y bizarras. Sin embargo, las Tortugas Ninja son cuatro de los protagonistas de cómic más reconocibles y queridos por los lectores que fueron niños o adolescentes a finales de los ochenta o en los noventa.
En su iteración original, Las Tortugas Ninja fueron una obra con espíritu de fanzine, que homenajeaba al cine de la ninja exploitation, a los cómics de Frank Miller, al pulp más absurdo y desacomplejado… Una mezcla de ingredientes absolutamente singular que todavía nadie termina de explicarse muy bien por qué, ni cómo, pero que lleva casi cuatro décadas despachando cómics, películas, merchandising…
Uno de los componentes forzosamente singulares de la franquicia son sus villanos. Si sus héroes son cuatro tortugas antropomórficas con antifaces de colores y nombres de pintores renacentistas que manejan armas japonesas, sus enemigos tienen que estar a la altura, no sólo en lo que a habilidades de combate se refiere, también en cuanto a su naturaleza, digamos, poco convencional. En la redacción de Sala de Peligro llevamos desde diciembre entre tebeos y cajas de pizza (sin piña), repasando una y otra vez las viñetas de los cómics que está publicando actualmente ECC y pasando páginas de ediciones más antiguas para tratar de decidir cuáles nos parecen los mejores villanos de la historia de Las Tortugas Ninja. ¡Sólo en sus colecciones de cómic!
Como nos gusta ser exhaustivos, también hemos echado un ojo a las grapas USA del reboot de IDW, así que si estás leyendo al ritmo de publicación español, podrías encontrarte con algún pequeño spoiler.
10. Ra’s al Ghul
Las Tortugas Ninja es producto de explotación comercial. Si hay alguna superficie o material sobre el que puedan estamparse las caras verdes de estos héroes, alguien va a hacerlo (¡y los fans encantados!). En los últimos años, uno de los caminos que ha explorado IDW Publishing para vender cómics ha sido cruzar a Raph y compañía con otras franquicias icónicas de los ochenta y los noventa como Los Cazafantasmas, Power Rangers… El resultado, generalmente, han sido cómics ligeros que los lectores han acabado comprando más por militancia que por la expectativa de leer una buena historia. Sin embargo, los crossovers tortugosos han ofrecido algunas narraciones francamente disfrutables, como la trilogía de Batman / Las Tortugas Ninja escrita por James Tynion IV y dibujada por un Freddie Williams II desatado. Además del apartado gráfico, el primer cruce entre los quelonios y Bruce Wayne nos regaló una siniestra alianza entre Shredder y algunos de los villanos de Gotham, entre los que destacaba Ra’s al Ghul. Aunque lo mejor del cómic son las dinámicas que se establecen entre Batman y sus nuevos aliados, de la larga lista de cruces, el villano que mejor ha encajado en el universo creado por Eastman y Laird, y cuya alianza con Oroku Saki se ha sentido más orgánica ha sido el líder de la Liga de las Sombras. Su aparición teatral cogiendo por sorpresa a Shredder, el plan de inocular el mutágeno al Pingüino, Mr. Frío…, y la coreografía de su combate contra los cuatro hermanos forman ya parte de la historia de la franquicia.
9. Rey Rata
Es posible que nunca haya intimidado tanto como en la portada alternativa que Mark Torres dibujó para el número #36 de Las Tortugas Ninja de IDW, en la que se muestra como una suerte de rey mendigo, sentado en su paupérrimo trono rodeado de tinieblas y de ratas dispuestas a lanzar furiosas dentelladas contra el lector, pero en versiones menos temibles, el Rey Rata ha sido uno de los enemigos recurrentes de Raphael y sus hermanos. Creado por Jim Lawson, su primera aparición se produjo en el número #4 de Tales of the Teenage Mutant Ninja Turtles, una colección complementaria que Mirage Studios lanzó a mediados de 1987 para ampliar el universo tortugoso, narrar historias alternativas y llenar huecos en la continuidad. La serie, desde el uso del “tales” en su título hasta la costumbre de comenzar cada número con una splash page y de cerrarlos con la recurrente frase “Let me tell you a story”, se inspiraba desacomplejadamente en la revista de cómics de terror Creepy. De hecho, diversos aspectos de la iteración original del Rey Rata conectan con ese espíritu en tanto que remiten a diversos monstruos clásicos: su cuerpo cubierto de vendajes sucios, que proceda de un pantano… Y en encarnaciones posteriores, el Rey Rata seguiría dando juego para crear homenajes al género, como en la serie de animación de 2012, en la que adoptó la identidad de Victor DeFalco, un diseño deudor del reanimador Herbert West, creado por H.P. Lovecraft.
8. Agente Bishop
Con tanto mutante, alienígena y ser de otras dimensiones pululando por la Gran Manzana, tarde o temprano iba a hacer falta una agencia gubernamental que tratase de poner un poco de orden. Pero como dejaron claro desde el primer número de Las Tortugas Ninja, tanto Eastman como Laird eran más bien partidarios de la anarquía multidimensional, y en etapas posteriores muchos guionistas buscaron mantener ese tono punky para la serie. Así que cuando se puso en juego una entidad como la Fuerza de Protección Terrestre, no podía ser una organización transparente ni benévola. Y su agente de campo más eficiente, John W. Bishop, debía encarnar a todos esos personajes inquietantes que habitan en las cloacas del Estado. De primeras, el personaje parece una hibridación entre el Agente K de Men in Black, tan preocupado por la seguridad intergaláctica, y el Agente Smith de The Matrix, salpimentado con una buena dosis de cinismo político. Tanto la agencia como el villano fueron creados para la serie de animación de 2003, sin embargo, Tom Waltz y Kevin Eastman supieron darle un encaje muy interesante en el reboot de IDW a esta especie de Hombre de Negro obsesionado con combatir a mutantes y alienígenas, como diría aquel entrenador de fútbol, por lo civil o por lo criminal. Y es que si “La Fuerza de Protección Terrestre no negocia con mutantes… Jamás”, los disparos y el kung fu en las azoteas está garantizado.
7. Triceratons
Si tras leer el primer puñado de números de la serie original uno no tenía lo suficientemente claro que se trataba de una propuesta absolutamente anárquica e inclasificable, Eastman y Laird iban a tratar de convencer incluso a los lectores menos impresionables. Tras un arranque en el que presentaban a un grupo de quelonios entrenados por una rata antropomórfica enfrentándose a robots ratoneros y a un clan de shinobis, Las Tortugas Ninja daría un salto del homenaje al cine de explotación de artes marciales a la ciencia ficción dura con la irrupción de conceptos como la Dimensión X o personajes alienígenas como los triceratons. Estos extraterrestres con cabeza de dinosaurio se han acabado insertando en el imaginario comiquero como parte del universo tortugoso, a pesar de que Peter Laird y Kevin Eastman los crearon antes que a Leonardo, Raphael, Michelangelo y Donatello. Su primera aparición fue en el número #1 de la miniserie Fugitoid (1985), de la que no sería el único concepto que los guionistas reaprovechasen en Las Tortugas Ninja. Los triceratons han comparecido en el papel de aliados tanto como en el de antagonistas, desde la ya lejana primera vez en que cruzaron sus caminos con los discípulos adolescentes de Splinter en su planeta de origen, desde donde fueron accidentalmente transportados a la Tierra en el número #6 de la serie clásica.
6. Old Hob
De los villanos que se han incorporado al reparto de Las Tortugas Ninja en los últimos años, quizá Old Hob sea el más carismático, y también el más relevante. Su creación suele atribuirse al editor de IDW, Chris Ryall, aunque fue el guionista Tom Waltz quien narró al personaje en las viñetas del número #1 del reboot de Las Tortugas Ninja que comenzó a publicarse en 2011. Este felino con malas pulgas (apoyado por sus matones humanos) es el primer mutante karateka al que Leonardo y sus hermanos tuvieron que hacer frente en su regreso a las mesas de novedades con una serie regular. Presentado inicialmente como un peón al servicio de los planes del Baxter Stockman, el viejo Hob presenta notables conexiones con Caesar, un PNJ incluido en un escenario de campaña del juego de rol Teenage Mutant Ninja Turtles & Other Strangeness de 1985. Con el paso de los números, Old Hob dejará de ser el clásico lacayo musculoso para convertirse en el líder de una guerrilla, los Mutanimals, que luchan por la supervivencia de los mutantes y se organizan para defenderse de las agresiones de los humanos.
5. Karai
Karai probablemente sea uno de los personajes con una genealogía más confusa del multiverso tortugoso. Depende de cuándo y en qué formato le preguntes, te dirá que es la hija adoptiva de Shredder, una descendiente del Oroku Saki original, o incluso que es la hija que Hamato Yoshi tuvo con Tang Sheng antes de que ésta muriese y él mutase en el maestro Splinter. Pero también puede que la respuesta no fuese ninguna de las tres anteriores. Sea como fuere, la mayoría de las versiones del personaje se asientan sobre la base de que es una disciplinada kunoichi entrenada por Shredder, y miembro del Clan del Pie. El nombre de Karai es una transliteración de un término japonés (辛い) que tanto puede expresar la idea de severidad, como describir una comida picante o demasiado caliente, que hiera la boca, y lo cierto es que sirve para dar medida de los rasgos que la definen. Retratada como una adolescente rebelde en las series de animación más recientes, la primera iteración de Karai protagonizó a principios de los noventa un arco argumental crudo y violento, en que Laird y Eastman, junto a Jim Lawson, la mostraron como un personaje marcial y pragmático, que se aliaba con las Tortugas Ninja para hacer frente a la élite que había tomado el control de la sucursal neoyorquina del Clan del Pie después de que Leonardo acabase con Shredder. El personaje es uno de los preferidos del guionista Tom Waltz y del dibujante Dan Duncan, quienes en la última década le han concedido un papel preponderante en diversos arcos argumentales de su larga etapa al frente de la colección.
4. Bebop y Rocksteady
Si el carisma fuese el principal factor para elaborar esta lista, Bebop y Rocksteady deberían ocupar uno de los cajones del podio. Esta singular pareja de villanos se le ocurrió a Peter Laird cuando la juguetera hongkonesa Playmate les pidió una nueva hornada de personajes de los que poder fabricar muñecos. Su debut se produjo en la serie de animación de 1987, donde los guionistas David Wise y Patti Howeth los presentaron cómo dos pandilleros punkis, con mucho músculo y muy poco cerebro, que trabajaban para Shredder. Después de recibir una tunda de Leonardo y compañía, se ofrecieron voluntarios para exponerse al mutágeno, lo que les concedió su característico aspecto de jabalí y rinoceronte antropomórficos. Sin embargo, su popularidad fue tan grande desde el principio que, a lo largo de los años, han aparecido en los diversos formatos de la franquicia, desde la más reciente película en que fueron encarnados por el actor Gary Anthony Williams y el luchador de WWE Sheamus, hasta las distintas colecciones de tebeos. En las viñetas, su primera aparición se dio muy poco después de que los presentasen en televisión, en el número #1 de Las Aventuras de las Tortugas Ninjas que Archie Cómics publicó con fecha de portada agosto de 1988. Originalmente, también iban a ser los antagonistas de Las Tortugas Ninja: el secreto de los mocos verdes (1991), pero Laird y Eastman andaban en disputas por los derechos de explotación de estos dos emblemáticos villanos, que reclamaban tanto Wise, a quien Laird le habría encargado el diseño, como la propia Playmate, y para evitar problemas, se sacaron de la chistera a los bastante menos carismáticos Tokka y Rahzar. A pesar de fracasar una y otra vez, de obstinarse en que su retrato se imprima junto a la definición de “tonto” en las enciclopedias, en los cómics, Bebop y Rocksteady han tenido encarnaciones mucho más salvajes y temibles que sus contrapartidas televisivas, como las de la serie de cómic que ha empezado a publicar ECC en España, en la que dejaron a Donatello al borde de la muerte (TMNT #44).
3. Baxter Stockman
Cualquier lector de la serie original de Las Tortugas Ninja tendrá grabadas en la retina las viñetas de la invasión de los mousers a la guarida de los quelonios en las alcantarillas de Nueva York. Se trataba de una especie de robots depredadores diseñados, en teoría, para acabar con la superpoblación de ratas en la ciudad… ¡y casi se llevan al maestro Splinter por delante! Eso por no hablar de que su diseñador los empleaba para robar bancos a los que accedía desde el subsuelo. Baxter Stockman fue uno de los primeros villanos a los que vimos poner contra las cuerdas a los héroes mutantes, pero en su descargo habría que decir que también fue gracias a sus planes para chantajear al gobierno municipal de Nueva York que Michelangelo y compañía conocieron a April O’Neil, que trabajaba para Stockman como programadora de software en el proyecto de los mousers. En el loco cóctel de referencias y homenajes que fue la serie de Laird y Eastman, Stockman, cuyo nombre está inspirado por el papel “Baxter Stock” que tanto DC como Marvel usaban para imprimir sus cómics en los ochenta, respondía al estereotipo del científico chiflado y megalomaníaco, y desde ahí se han construido sus iteraciones posteriores, como la versión hombre-mosca que leímos en los cómics de Archie, por influencia de la serie de animación de los ochenta. En el reciente reboot, Tom Waltz ha limado un poco el personaje, convirtiéndolo más en un trepa maquiavélico que en un psicópata, que juega el papel de comerciante de armas biotecnológicas y cabeza de playa del malvado Krang en La Tierra. Tan trepa y tan ambicioso, que en esta encarnación llegará a ser alcalde de Nueva York (¿en un nuevo homenaje de Las Tortugas Ninja a Daredevil?).
2. Krang
La explosión de la primera ola de la Tortugamanía tuvo mucho que ver con la serie de dibujos animados que comenzó a emitirse en octubre de 1988. Menos underground que el original, lo que se planteó como un producto de animación destinado a captar el interés del público familiar para que comprasen juguetes, terminó convirtiéndose en casi 200 capítulos que marcaron decisivamente el devenir de las futuras apariciones de las Tortugas Ninja en formato viñeta. Son bastantes los personajes y conceptos que se incorporaron al tortugaverso desde la pequeña pantalla, comenzando por las bandanas de distintos colores para diferenciar a los pupilos de Splinter, o uno de los grandes villanos de la franquicia: Krang. El tirano de la Dimensión X no fue una creación de Eastman y Laird en papel y tinta, sino que fue diseñado por David Wise para aquel programa de sintonía inolvidable (compuesta por Dennis Challen Brown y Chuck Lorre…, sí, uno de los creadores de The Big Bang Theory). Según Wise, el motivo de diseñar a un antagonista que fuese un cerebro con malas pulgas y ambiciones imperialistas contenido en el cuerpo de un robot era que resultaba más apropiado para todos los públicos abollar un cuerpo metálico a golpe de nunchaku que golpear a alguien que pudiese sangrar porque realmente “no estás haciéndole daño a nadie”. Aunque Krang hizo el camino desde la pequeña pantalla al papel, Wise se inspiró en el aspecto de una raza alienígena que aparecía en los cómics originales, los utroms, una similitud que se iba a aprovechar argumentalmente años después.
1. Shredder
Unos pasos recios acompañados por el tintineo metálico de una armadura, la voz grave del actor de doblaje Jesús Ferrer pasada por aquel filtro metálico que recordaba a la de Darth Vader, el rostro cubierto por un agresivo yelmo… En los años noventa muchos niños crecieron temiendo a Shredder o, en aquella primera traducción de la película, El Despedazador. La cinta dirigida por Steve Barron puso cara a cara por primera vez a miles espectadores con el temible archienemigo que Eastman y Laird habían creado para sus protagonistas. En la colección original, Oroku Saki consumido por el odio, se había enrolado en el Clan del Pie para recibir entrenamiento ninja y así poder vengarse de Hamato Yoshi, el dueño de la rata que posteriormente se convertiría en el maestro Splinter. En el reboot de IDW, Tom Waltz hizo que el maestro Splinter fuese una reencarnación de Yoshi, mientras que el Despedazador original habría ido sobreviviendo al paso del tiempo hasta volver a cruzar su destino con el de su ancestral enemigo. De un modo u otro, en cualquiera de sus iteraciones, Shredder se caracteriza por ser un adversario despiadado, capaz de inspirar temor con su sola presencia… algo que contrasta con la génesis paraliteraria del personaje, ya que Kevin Eastman ha explicado en diversas ocasiones que el diseño de la armadura de Oroku Saki se lo inspiró un rallador de queso. Tal como lo concibió, el personaje iba a ser un ninja con algo parecido a un rallador de queso metálico en el brazo a modo de arma, e incluso pensó en llamarlo “The Grater”, y fue en diálogo con Laird como terminaron de darle la forma de antagonista casi perfecto con la que lleva más de tres décadas presentando batalla a Leonardo, Raphael, Michelangelo y Donatello.
Bonustrack. Hitler
Shredder, Krang, Bebop, Rocksteady… Las Tortugas Ninja se han enfrentado a multitud de enemigos, cada uno más terrible y bizarro que el anterior. Sin embargo, ninguno puede compararse en maldad y delirio a Adolf Hitler. El responsable del asesinato de quince millones de inocentes en los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial nunca será lo suficientemente juzgado y humillado, y así debieron de pensarlo el guionista Dean Clarrain y el dibujante Chris Allan cuando decidieron incorporarlo a la galería de villanos de la franquicia en 1995. En el número #64 de Las aventuras de las Tortugas Ninja hicieron que sus héroes se encontrasen con Hitler durante un viaje en el tiempo. El criminal alemán, maldita sea su memoria, estaba urdiendo un plan para recuperar su cuerpo original e iban a ser los héroes de medio caparazón los encargados de frustrarlo. Esta historieta dio lugar a una de las viñetas más memorables de la historia de la franquicia, con el Raphael del futuro atizándole un puñetazo en la cara a Hitler, uniéndose a esa noble tradición de personajes de cómic que han tratado de mostrar a los lectores cuál es el mejor modo de tratar al fascismo.