Richard Donner ha fallecido hoy, día 5 de julio de 2021 a los 91 años de edad. Las causas de su fallecimiento todavía no se han revelado en el momento en el que escribo estas líneas. En cualquier caso, es una trágica noticia tanto para la comunidad cinematográfica así como para los amantes del cómic y, más específicamente, de Superman.
Y es que este director ha ayudado a moldear la cultura popular tal y como la conocemos. El director nació el 24 de abril de 1930 en Bronx, proveniente de una familia judía. Sus primeros trabajos en la industria fueron como actor para series televisivas. Fue Martin Hitt quien le animó a dar el salto a la dirección. Su primer proyecto como director fue dirigiendo anuncios publicitarios en una productora durante los años cincuenta.
Sin embargo, no tardaría en hacer el salto a la ficción dirigiendo episodios para series tan destacadas como Wanted: Dead or Alive, The Rifleman, El Fugitivo, Superagente 86, The Man From U.N.C.L.E., Tales From the Crypt o, incluso, La Dimensión Desconocida. Fue ahí donde aprendió lo necesario del oficio y pudo trabajar con estrellas del nivel de Steve Mcqueen o William Shatner.
En 1961 dirigió su primera película X-15, un drama de aviación con Charles Bronson. En 1968 dirigió la comedia Salt and Pepper, una comedia de acción y, tan solo un año después, Lola, donde captó los cambios sexuales de la época. Sería en la siguiente década cuando comenzarían a llegarle los proyectos que forjarían su carrera.
En 1976 estrena la rompedora e innovadora película de terror La Profecía, cuya aura maldita y un claro aprovechamiento de los efectos especiales hizo que revolucionara el género. Pero no caló como lo haría sus siguientes películas: Superman y Superman II. Son dos películas que supieron entender al personaje como ninguna otra película lo ha hecho y que marcó las reglas a seguir respecto a cómo llevar los superhéroes al cine de forma correcta. Inventó todo un género sin el cual, el cine actual no existiría de la misma manera y ha servido (y sirve) de inspiración para generaciones enteras.
No fue la última vez que trabajó en el personaje y es que colaboró en una historia junto con Geoff Johns, The Last Son, ilustrado por Adam Kubert. Se trata de una recordada y querida historia por los seguidores del personaje.
Tras la comedia The Toy, en la que colaboró con el genial Richard Pryor, volvería a abrazar éxitos. Su nombre está detrás The Goonies, una película profundamente generacional e icónica que marcó a los niños de los ochenta. Mucha de la iconografía nostálgica no deja de beber de esta película de aventuras adolescente.
Tras ese fracaso comercial posteriormente revindicado que fue Lady Halcón, Donner, durante la segunda mitad de los ochenta, volvió a lanzar películas dirigidas a un público adulto y rompió el molde de nuevo. La saga Arma Letal, de nuevo, ayudó a dar forma un nuevo subgénero: las buddy movies. Gracias a este éxito, comenzaron a proliferar en los noventa. Además, durante esa década lanzó un western tan peculiar como Maverick, la divertidísima película navideña de culto Los Fantasmas Atacan al Jefe o, incluso, esa película tan pastiche noventera extrema que es Asesinos.
Con el cambio de siglo, siguió un camino coherente de donde venía y tan solo lanzó dos películas: Timeline y 16 Calles, que tuvieron discretos resultados. Tal vez porque el público ya no estaba por lo que tenía que ofrecer. Son los últimos proyectos que ha podido dirigir.
Igual de destacable es su carrera como productor, puesto que apoyó a proyectos tan dispares y populares como Jóvenes Ocultos, Liberad a Willy, Un Domingo Cualquiera o, incluso, la saga de X-Men que creó junto con Bryan Singer, con la que se actualizaron y se reinventaron las películas de superhéroes.
El mundo llora la pérdida de un director con una ambición contagiosa que supo dejar una huella imborrable durante toda su carrera. Marcó un punto de inflexión en cada género al que se aproximó y sin su nombre no se entiende el cine de la segunda mitad del siglo XX.
Vuelta alto, Richard Donner. Nosotros te admiraremos desde el suelo.