Pulp, el sublime western crepuscular metalingüístico de Ed Brubaker y Sean Phillips

El western es el género que nunca muere. Muchas veces se ha considerado que es algo del pasado y acabado, pero siempre vuelve. Puede parecer que son historias de abuelos, pero sigue siendo relevante. Más aún ahora que el mundo está en un proceso de deconstrucción y de búsqueda de nuevas vías para la vida en sociedad.

Si algo lega ese género es la fundación de los Estados Unidos y, por extensión, de la ideología dominante en el mundo. Más allá de los caballos, los nativos americanos y los vaqueros, lo importante es comprender a qué le se le debe el que haya una ley civil impuesta sobre la ley natural. No hay que olvidar las civilizaciones modernas han sido posibles gracias a ello. El western recopila los relatos que pasan desapercibidos y que hablan más de quienes somos por encima de cualquier otro género.

Pero, como todo es cíclico, lo crepuscular siempre surge. ¿Tiene sentido hablar de un episodio concreto de la Historia tantos años después? Ese subgénero tiende a contar las últimas historias de un arquetipo reconocible. Y siempre lo hace de forma descarnada e intensa. Al fin y al cabo, siempre lo es una despedida.

Pulp está protagonizada por un escritor de novelas de western baratas al borde de la jubilación forzosa. Lleva muchos años desempeñando esa labor y es el creador de uno de los personajes favoritos de los lectores de la editorial. Destaca por dar mucho de veracidad a sus historias porque él mismo creció en la época de los últimos años del salvaje oeste. Y, evidentemente, todo se tuerce y el protagonista tiene que volver a las andadas.

Lo que Pulp propone es una pirueta narrativa que se acerca al western de una forma inédita y novedosa. Se tiende a pensar en el género como un abstracto o algo lejano. Sin embargo, los primeros westerns cinematográficos eran coetáneos. No está definido cuando finalizó la denominada expansión al oeste, pero se ubica en algún de principios del siglo pasado. Por tanto, solo hay una distancia de 20 años respecto al ascenso de los fascismos de los años treinta, época en la que se ambienta el cómic.

De todo ello habla con elocuencia Ed Brubaker quien pone al lector en un punto de vista inusual, de nuevo. De algún modo, esta obra se siente emparejada con Bad Weekend, puesto que ambas comparten un protagonista artístico de turbio pasado. Debido a ello hay una inevitable metatextualidad en la que la combinación de géneros se integra de forma orgánica, inteligentísima y gozosa.

Teniendo todo ello en mente, esta brevísima historia te apabulla y te arrolla en base a una depuración y una concisión magistral, se nota que busca la complicidad del lector en todo momento. Aunque pueda llegar a ser exprimida en mayor medida quien conozca determinadas convenciones del género, es accesible para todo tipo de público. Tiene un tono absolutamente trágico y violento, pero desde una elegancia propia de este autor. 

Pulp es algo que pasa en un suspiro, pero que permanece en la mente mucho más de lo que dura su lectura. Toca una serie de temas controvertidos y los liga a la raíz de nuestras sociedades, sin necesidad de imponer al lector lo que debe pensar ni anteponer mensaje al relato. Es una historia de personajes decadentes que buscan un último momento de gloria. Y marcar la diferencia, como un fantasma del pasado que se niega a desaparecer. Como una persistente voz de la conciencia que reclama desesperadamente una redención tardía pero necesaria. Como una obra de arte que nunca te va a abandonar.

Sean Phillips es un autor nacido para dibujar historias de este tipo. Y se entiende a la perfección con Bru, después de más de un lustro trabajando juntos. Aquí vuelve a destacar por un estilo muy sobrio, limpio y claro, aunque con un entintado muy oscuro. Sus formas dan la impresión de densidad que necesitan, puesto que sus personajes se mueven en atmósferas sucias. Es alguien que sabe manejar una planificación perfecta.

Este tomo se mueve en dos momentos históricos diferentes y es un ejemplo perfecto a la hora de emplear todos los recursos para expresar el contraste entre un periodo y otro. Además, al tratarse de recuerdos narrados desde un punto de vista, el autor expone esas escenas de forma rasgada, con una estética de planos más abiertos, muy propios del western. Eso contrasta enormemente con la planificación intimista y desasosegante que emplea en el presente narrativo. Y ese es tan solo uno de los ejemplos en los que este dibujante saca a relucir su talento y experiencia.

Es difícil de definir por qué es tan interesante este autor. Pero su fuerza reside claramente en su sutilidad y en que es alguien muy directo, de una línea fácilmente entendible. Pero se nota que es alguien muy minucioso y, como los mejores directores del cine clásico del que bebe, tiene una aparente transparencia en la que se encuentran unas señas de identidad fácilmente reconocibles. Es un autor acostumbrado a contar un tipo específico de historias y no hay nadie que le haga sombra.

 

Todo ello se engrandece gracias a los colores de Jacob Phillips. Es alguien que opta por una expresión puramente naturalista, con los colores apagados y con dos líneas estéticas muy definidas y marcadas, dependiendo de los dos momentos temporales de la historia. Es particularmente interesante la experimentación que lleva a cabo en los flashbacks, con un color expuesto a través de líneas que expresan la fragilidad de los recuerdos. Es un trabajo muy competente y con más de un destello de su habilidad.

El tomo de Panini Cómics va en la línea de los que se han publicado en el sello Evolution Comics. Incluye una breve biografía de los autores.

Pulp es una apabullante y flamante obra maestra. Es un término que no debe usarse a la ligera, pero cualquier otro no le haría justicia. Un cómic que, gracias a tener una perspectiva inusual, no es nada de lo que cabría esperar en él. En apariencia es sencillo, pero es desafiante bajo la superficie. De esas obras que motivan a escribir y que te remueven porque te recuerdan aquello que te impactó por primera vez al abrir un gran cómic. O al ver una película de Sergio Leone. O al leer una novela de Raymond Chandler. O de Manuel Lafuente Estefanía. Magia.

Título: Pulp
Guion: Ed Brubaker
Dibujo:  Sean Phillips
Color: Jacob Phillips
Edición Nacional: Panini Cómics (Evolution Comics)
Edición original: Image Comics
Formato:   Tomo cartoné de 72 páginas a color
Precio: 15 €