Entrevista a Manuel M. Vidal y a Josep Busquet: «Lo más desafiante es crear en los lectores una sensación de desasosiego»

Tocar las teclas correctas trabajando en terror es muy delicado. Pero una de los cómics que mejor ha sabido entenderlo ha sido recientemente publicado. Maestro del Terror propone una historia de farsante y lo que se oculta detrás de ellos. ¿Los creadores? Josep Busquet y Manuel M. Vidal, que demuestran un gran ingenio y audacia narrativa en las páginas de este proyecto. Y se ha podido hablar con ellos sobre su proceso e inspiraciones gracias a Grafito Editorial, que ha propiciado esta entrevista.

¿De dónde nace Maestro del Terror? ¿Qué es lo que os llevó a contar esta historia?

J: Hace bastante tiempo que surgió la idea y no recuerdo exactamente de donde surgió, pero una cosa está clara, me gusta escribir sobre escribir, me gusta usar como protagonistas a escritores o autores de cómic en varios momentos, tanto en el momento del proceso creativo como el momento en el que tu creación se enfrenta al mundo. Queríamos trabajar por fin el algo largo ya que nos conocemos desde hace más de 20 años y decidimos hacer algo de terror. Hay muchas cosas en la historia.

M: Creo que fue por el 2011. Josep Y yo teníamos ganas de abordar el género del terror. Me acuerdo que empezamos dos proyectos, uno de espada y brujería con zombis y el MAESTRO DEL TERROR. Al final nos decantamos por este último, nos pareció más original, además yo tenía ganas de experimentar con otro estilo de dibujo y de hacer algo diferente. La idea de que el protagonista fuera un anti héroe me pareció muy interesante.

¿Cómo fue el proceso creativo entre ambos?

J: Muy fácil y sencillo. Salvo que tenga una idea clara de algo que pueda encajar en el dibujante, lo que suelo hacer es hablar con él y entre los dos decidimos que hacer y vamos armando un poco que queremos sacar. Luego lo escribo y el dibujante, en este caso Manuel, aporta su magia. No es un guion cerrado si no una base en la que trabajar, a partir de ahí, Manuel añade, sugiere o lo deja igual. No han habido problemas, ha habido muy buena sintonía aunque el proyecto se ha alargado por un motivo o por otro más de lo deseado, esperemos que el próximo lleve menos tiempo.

M: Trabajar con Josep es fácil. El que él también sea dibujante ayuda bastante puesto que ese punto le hace visionar mejor la narrativa de la página y transmitirla de manera muy clara al dibujante. También tiene de bueno que no es un guionista “puñetero” y da mucha libertad de acción. Además, ya habíamos trabajado juntos en otros proyectos y siempre nos hemos compenetrado bastante bien.

 

Los dos ya habíais colaborado con anterioridad en la revista El Clímaco. ¿Hay algunos recursos o mecanismos aprendidos de esa etapa que hayáis conseguido aplicar en esta historia?

J: En principio no, aquello eran gags de humor de una página o dos y empleamos recursos diferentes. De todas formas, cuanto más trabajas con alguien, mejor lo conoces y afinas más así que alguna cosa aportaría a Maestro del Terror aunque no sea consciente de ello.

M: Opino igual. Aunque ambos trabajos no tengan nada que ver todo suma.

Que algo de terror funcione de forme visual, es complicado. Especialmente si se elimina la posibilidad de emplear el sonido. ¿Qué es lo más desafiante a lo que os habéis enfrentado en la producción de esta obra?

J: Lo más desafiante es crear en los lectores una sensación de desasosiego, ya que no podemos dar sustos subiendo el volumen de repente o empleando recursos cinematográficos, hubo que usar otras cosas para que los lectores lo pasen un poco mal (o se inquieten un poquillo).

M: En mi caso cuidé mucho el trabajarme los escenarios, crear sensación de frialdad y agobio. Con el color tenía clarísimo que era muy importante crear atmósferas inquietantes, y en ocasiones claustrofóbicas. Luego estaba el tema de darle mucha expresividad facial y corporal a los personajes. Mi empeño era que trasmitieran claramente sus sentimientos y pensamientos. Algo parecido a la sobre actuación de los actores y actrices de las viejas películas del cine mudo.

Resulta particularmente interesante la elección del protagonista: un farsante que goza de un éxito a través de hacer trampas. De algún modo, cualquiera que se dedique a ello entiende que, en más de una ocasión, el éxito se debe a un factor azaroso. ¿Os habéis basado en el diseño del personaje en algún escritor real?

J: No está basado en nadie concreto, al menos en la parte literaria, no sé si a la hora de darle un rostro Manuel sí se inspiró en alguien…

M: Pues la verdad es que no. Lo cierto es que prácticamente salió solo. Mientras leía el guion, en mi cabeza ya se estaba formando un tipo de hombre concreto. Luego, en unos pocos bocetos, dos o tres ya teníamos a la criatura.

Otra posible lectura es que no hay atajos que valgan la pena con el proceso creativo. ¿Hay una búsqueda de lanzar un mensaje para los creadores?

J: Realmente no más allá de que si copias un libro de una editorial maldita a lo mejor hay consecuencias…

M: Hombre, Si nos ponemos filosóficos se podría interpretar como un reflejo de la sociedad actual. De cómo la maldad humana actúa como una enfermedad venérea que lo va corrompiendo todo. Pero vamos, que en realidad no creo que haya que profundizar más allá de que lo que dice Josep.

Hay muchas obras que se han hecho desde el metalenguaje, ¿En cuáles os inspirastéis? ¿Cómo conseguisteis que las posibilidades de estas estructuras narrativas no os desviaran de la historia que queríais contar?

J: Creo que la historia recibe más influencias del cine que del cómic así que no tiene un gran abanico de recursos metalingüísticos, tan solo los clásicos flashbacks. Realmente queríamos una historia sólida y lo mejor narrada posible como los clásicos de terror, no buscamos una innovación vanguardista. Los recursos usados no nos desviaron en ningún lugar de la historia que queríamos contar, estaban al servicio de la historia.

M: Nada más que añadir a lo dicho por Josep.

A su vez, tiene un aspecto gótico y decadente que, de algún modo, evoca a la novela romántica. ¿Hasta qué punto se puede entender este proyecto como una actualización de ello?

J: Tiene muchos elementos, pero posiblemente tenga muy poco de novela romántica, tiene mucho de la literatura clásica de terror con cosas innombrables y lugares oscuros.

M: Es curioso, porque Josep me dijo que tenía que dibujar gente antigua, yo le pregunté que si pensaba en una época concreta y él me dijo que lo dejaba a mi elección (algo que confirma la libertad que da a los dibujantes de sus historias), así que pensé en la época victoriana, casi como un homenaje inconsciente a los libros clásicos de terror que me gustan.

El diseño de los “espectros” transmiten ese terror y algo de decadencia, ¿Qué recursos visuales empleasteis?

M: Como decía antes, me interesaba mucho que los personajes trasmitieran sus emociones con la expresión facial y corporal, los espectros no fueron una excepción. Además, darles tonalidades frías y oscuras con el color y, en alguna ocasión dibujarlos incorpóreos ayudaba bastante.

¿Hay algún lugar real que empleasteis como referencia?

J: Gran parte de la historia pasa en lo que eran antes las colonias, pequeñas ciudades/fabrica donde los empleados vivían en el mismo recinto y había escuelas y todo. Desde que las conozco tenía en mente usarlas en una historia.

M: Yo usé como referencia fotografías de este tipo de colonias, de edificios antiguos abandonados y ese tipo de cosas. Cogí un poco de aquí y allá, Le eché algo de imaginación y lo mezclé todo.

¿Qué es lo que habéis aprendido de la realización de este trabajo?

J: Es mi primera incursión larga en el terror, lo principal es que he descubierto que me gusta y ahora quiero hacer más. Con Manuel tenemos planes de volver a este género en cuanto podamos.

M: He tenido la oportunidad de perfeccionarme en ciertos planos que apenas había usado antes. Y el tema del color, que lo tenía bastante abandonado. En esta obra me ha enseñado las múltiples posibilidades que tiene.

Lo mismo pasa con el edificio de Ediciones Oscuro, hay algo de fábrica gótica abandonada. Se respira esa atmósfera peligrosa.

M: Me alegra que lo veas así, esa era la intención.

Muchísimas gracias por vuestro tiempo.