Lo de Marvel Studios ha sido una constante escalada hacia arriba respecto a la introducción de conceptos que pueden ser complejos para el espectador mayoritario. Pero no se trata de una simplificación, sino de hacerlos atractivos para que este se puede sentir identificado.
Cuando se echa la vista atrás hacia Iron Man es imposible no ver el desarrollo que ha tenido a lo largo de más diez años. Hasta el punto en el que la situación es irreconocible respecto al punto de partida. El público se tambaleó con la idea de la reunión de seis héroes en la primera película de Los Vengadores. Y se ha llegado al punto en el que eso es lo normal rozando el hartazgo.
Por ese motivo, es necesario que Marvel Studios lleve a cabo una huida hacia delante. El más difícil todavía. Es la única manera de mantener viva esa llama de la pasión del fan. Después de afrontar dos veces la mayor batalla superheroica que el cine ha visto. ¿Qué opciones que estén al nivel (o incluso algo más bombástico) les quedan?
La respuesta a eso es evidente. Pero, a la vez, no lo es tanto. En lugar de poner todos los huevos en una misma cesta/trama que se prolonga durante años, se ha optado en conformar al universo Marvel de distintas subtramas de igual importancia. Aquí es donde se puede jugar con mayor variedad de tonos y se aproxima más a las divisiones editoriales que siempre han regido cualquier editorial de un determinado tamaño, incluyendo Marvel.
Por un lado, está la parte más mundana, hilada por Valentina Allegra le Fontaine, de la que forman parte Falcon y el Soldado de Invierno, Viuda Negra y, próximamente, Ojo de Halcón. Por otro, está la amenaza Skrull, presentada en Capitana Marvel, que tiene su recorrido en Bruja Escarlata y la Vision y en Spider-Man: Lejos de Casa y que culminará tanto en la miniserie de Disney+ Invasión Secreta y en The Marvels.
Pero la que mayor emoción y teorías está despertando es la que tiene que ver con El Multiverso. Y esa noción es una tremendamente ardua puesto que proviene de la ciencia especulativa y de la ciencia ficción más dura. Abraza determinadas teorías que no son amables para el público profano e indaga en cosas muy abstractas y filosóficas que puede que se alejen demasiado en el día a día de quien pueda buscar un entretenimiento ligero en este tipo de películas. Y, por ese motivo, optar por ese camino es un triple salto mortal para un estudio que ha salido airoso de más de uno.
Pero, como viene siendo habitual, esto no se ha conseguido de la noche a la mañana y no son pocas las pistas y referencias que han estado inundando los productos de Marvel Studios que llevan años en las pantallas.
La primera referencia como tal a un universo paralelo se debería ubicar en Thor: El Mundo Oscuro. No deja de ser un guiño sin mayor importancia, pero ya plantan la idea de otras posibles tierras ya estaba ahí. Por desquiciado que quedase el doctor Selvig tras los eventos de Los Vengadores, lo cierto es que el hecho de que venga de una de las mentes científicas más brillantes del UCM era indicativo de que tenía cierto fundamento la posibilidad de tierras paralelas. Como ese Universo 616 (el universo Marvel tradicional de los cómics) que se ve en el fondo de este plano:
Con esto, se planta una primera semilla de que, no solo hay una escala mayor en este universo, sino que es inabarcable. En su momento, ese guiño se podía percibir como poco más que una broma que entenderían cuatro espectadores. Pero viendo por donde ha ido el UCM, es difícil entenderlo como una puntada sin hilo.
Lo siguiente que habría que indagar es en las series de Agente Carter y Agentes de S.H.I.E.L.D. En ellas se presentan determinadas tecnologías que indagan en la posibilidad de traer y transportar a personajes u objetos entre distintas dimensiones. Hasta tal punto que, por ejemplo, Gemma Simmons (la científica del grupo) se queda atrapada en una dimensión peligrosa y oscura durante un buen puñado de episodios. En la serie protagonizada por el agente Coulson, cabe destacar que hacen uso del Darkhold, un libro de artes místicas negras que puede alterar la realidad y trae otra serie de problemas entre las capas de la existencia. El libro haría una reaparición en Bruja Escarlata y la Visión en el sótano de Agatha Harkness. Pero como el canon de las series de ABC es un tanto cuestionable, no se sabe hasta qué punto estos acontecimientos tendrán la más mínima repercusión. Pero, en cualquier caso, sí que sirve para que el espectador vaya comprendiendo estas ideas.
En cualquier caso, en paralelo, llegaría la primera incursión de Ant Man en la que se vio por primera vez otra dimensión que se rige en reglas distintas a las del UCM. Y ese no es otro que el reino cuántico, lugar en el que se quedó atrapada Janet Van Dyne. Aparte de servir como recurso argumental para vencer al villano de la función, es algo que tiene una trascendencia innegable en el devenir de esta narrativa. De nuevo, es algo que queda ahí y que no parece que tendrá más que un recorrido autocontenido. Pero termina resultado algo clave.
Ese es un entorno que no tiene nada que ver con lo reconocible. Para ello vino muy bien que hubiera antes una película de Guardianes de la Galaxia que contribuyera a ampliar el marco estético y conceptual para que este tipo de cuestiones no fueran tan lejanas con el espectador. De nuevo, Kevin Feige y los suyos dan pasos seguros sin que nada resulte chirriante.
A pesar de que no haya atisbos alrededor del multiverso en el filme dirigido por James Gunn, puesto que la trama va por otro lado, lo cierto es que sí que tiene su peso a la hora de presentar que esto es mucho más rico que Los Vengadores de la Tierra. Hay todos unos elementos que orbitan alrededor de ellos, pero que funcionan de forma autónoma. Se alimenta y amplía la imaginación y se presentan las posibilidades ilimitadas que tienen estas historias. Si el público no solo acepta si no que aplaude y abraza a un mapache y a un árbol parlantes alienígenas, es que está preparado para cualquier cosa.
La siguiente pieza clave no deja de ser la sutil manera en la que Doctor Strange trata este asunto. Es la primera vez en la que el filme se atreve a ahondar en todo ello. Hasta ahora se había hecho desde el prisma de la ciencia ficción, pero es lógico que aquello que lo desafía sea la que da las cosas por hecho. Al fin y al cabo, la magia está en aquello que la ciencia todavía no alcanza a comprender.
Doctor Strange fue un viaje iniciático tanto para el personaje como para el espectador y para el estudio. Todos debían comprobar hasta dónde se podía llegar y qué reglas tiene el UCM. La introducción del concepto de magia abre un abanico de posibilidades que deben ser empleadas con tino y cuidado. Y es muy fácil que el espectador se pierda si no se saben tocar las teclas adecuadas.
Scott Derrickson era la decisión adecuada para encabezar este proyecto y, en buena medida, construir la identidad estética que tendría el multiverso. Lo fue porque venía del terror y ese, probablemente, sea aquel que pone en duda lo que es o no posible. Indaga en los recovecos de la realidad y se lanza a poner la lupa en lo desconocido. Y, por tanto, aquello que asusta.
Afortunadamente, la película supo distanciarse de todo lo anterior y tener una personalidad. Al fin y al cabo, había que intentar subvertir y exprimir algunos recursos si se quería llegar a buen puerto. Debía optar por lanzarse a innovar y ofrecer al espectador algo que no se había presenciado hasta el momento en el UCM. Y en ese sentido va la secuencia de montaje en la que Extraño descubre la posibilidad de viajar entre distintas realidades. Con ecos a 2001: Una Odisea en el Espacio, Marvel lanzó una de sus secuencias más creativas y experimentales. A día de hoy, sigue siendo la mejor manera de comprender lo que significa todo esto. Y sin necesidad de una verbalización explicativa.
En cualquier caso, tras esa película, como es lógico, ya nada pudo volver a ser igual. Este filme establece que, de algún modo, los hechiceros (y aprendices de las enseñanzas de Agamotto) son aquellos que deben proteger la Tierra de las amenazas interdimensionales. Y para ello pueden manipular la realidad o, incluso, viajar a distintas dimensiones.
De hecho, al antagonista de este filme, buscaba traer a Dormammu, una entidad malvada y ancestral de otra dimensión cuya llegada supondría el fin del mundo. Con esos tintes lovecarftianos, Strange tuvo que hacer un aprendizaje a matacaballo si quería salir victorioso. Y lo logra jugando con algo verdaderamente importante para comprender el multiverso: el tiempo.
En Doctor Strange se explicita en más de una ocasión las consecuencias que puede traer consigo la manipulación temporal. Al fin y al cabo, aquello que supone la creación de un nuevo universo es la alteración a través de las decisiones que se llevan a cabo de forma diferente a la que se debería. Todo el mundo se ha preguntado qué es lo que sucedería si en vez de tomar tal o cual decisión, hubiese tomado otra. O si hubiesen sucedido otros acontecimientos en la vida. Pues bien, eso abre universos alternativos con otras versiones de todos y cada uno de nosotros que responden a esas preguntas. Son respuestas a las que no tenemos acceso. Ahora bien, el problema viene cuando se intenta alterar las cosas yendo al pasado para tratar de hacer lo que a nosotros nos gustaría que hubiese pasado. Ahí es cuando se rompe las reglas de la realidad. Y, en buena medida, eso es lo que hace el buen doctor para salvar el universo. En el clímax se ve como rebobina los acontecimientos y mete al mundo (y a otra dimensión) en un bucle hasta alcanzar sus objetivos. De alguna manera, eso ha tenido sus consecuencias…
Por muy trascendental que pueda parecer el filme protagonizado por Benedict Cumberbatch, no deja de ser un antecedente para que el público comience a asimilar determinadas reglas. Pero la salsa estaría todavía por venir.
Saliendo del UCM, Sony estrenó un filme que ahondaría en estos menesteres y que ayudó a que el público asumiera esa terminología. Evidentemente, se está hablando de Spider-Man: Un Nuevo Universo. Para muchos es considerada la mejor película del personaje y trata de la introducción, encuentro y evolución de un puñado de versiones del personaje provenientes de distintos medios. Con un punto de partida similar al mítico episodio 64 de la noventera serie animada del personaje, pero llevado al extremo más divertido, imaginativo y atrevido posible. Aquí no es que se trate de refilón, es que es la parte central de la historia. Es el primer gran acercamiento cinematográfico de una franquicia de Marvel al multiverso. Además de tener el mérito de ser la primera película en presentar a Miles Morales.
También en esa época ya se había estrenado otro producto de animación que buscaba poner su grano de arena. Mención merecida consigue La Lego: Película o, especialmente Batman: La Lego Película. Ambas poseían un aspecto más juguetón y desenfadado que vendía precisamente esa idea de crossover entre distintas franquicias con la misma base argumental.
Dicho esto, el siguiente paso se debe ubicar, evidentemente, en Los Vengadores: Infinity War. Son unas cuantas referencias disponibles en esta historia al respecto a la ruptura de la realidad. Pero la más interesante es la idea de que Extraño ha hecho un análisis de todas las posibilidades que tienen para vencer a Thanos. Eso significa que, como el observador, ha incursionado en todos los universos y ha valorado el coste marginal de todas las decisiones para conseguir la clave para vencer al Titán Loco.
Llegados a este punto, mientras Los Vengadores estaban enfrentándose al amante de la muerte, Scott Lang estaba colaborando con Hope y Hank Pym para conseguir traer de vuelta a Janet. Este es el conflicto principal que tiene Ant Man y La Avispa. Eso significa que han llevado a cabo una investigación concienzuda de la dimensión cuántica y cuáles son los efectos sobre el tiempo que esta tiene. Se toma la premisa de que, al igual que en El Increíble Hombre Menguante, cuando se disminuye lo suficiente, se pasa a un estadio de la realidad en el que el hombre se fusiona con esta. Y, por ende, las reglas de la física no se aplican. Plantea la curiosa hipótesis que el tiempo es relativo y se puede controlar y viajar a través de él no a través de superar la velocidad de la luz (algo que es imposible para el cuerpo humano), si no alterando la masa.
Cabe cuestionar que esto es ciencia ficción muy especulativa y, evidentemente, su base científica tiene más de ficción que de otra cosa. Pero esto sirvió para que se resolviera de una vez por todas el arco de Thanos y comenzase una nueva era. Scott se queda atrapado en el reino cuántico y, no solo no envejece hasta su retorno a la Tierra tras el chasquido, si no que trae consigo la manera de revertir sus trágicos efectos.
Con la conveniencia de que una rata (la verdadera salvadora del mundo) consigue tocar el botón que trae de vuelta al héroe, su tecnología y sus conocimientos servirán para que Los Vengadores originales vuelvan a actuar. Y ello trae consigo otra erosión del tejido de la realidad de ese universo.
Con la mitad de la población diezmada, Los Vengadores escuchan a Scott y deciden manipular la tecnología Pym para viajar al pasado y alterar el orden natural de los acontecimientos. Tal y como se ve en Los Vengadores: Endgame las gemas son destruidas por el propio Thanos y entienden que la única manera de enmendar su derrota es viajar al pasado para obtener las gemas pretéritas y hacer un nuevo chasquido que ocasione que la mitad del universo vuelva a la vida.
¿Es un plan viable para conseguir su objetivo? Así es. Lo consiguen, pero nada es gratis y para solucionar una cosa, destrozaron otra.
Los Vengadores acuden a La Batalla de Nueva York, momento en el que se concentran la mayoría de las gemas en un único espacio y tiempo. Pero la primera barrera que se encuentran es La Anciana. Ella tiene un encuentro con Hulk en el que se niega tajantemente a darle la gema del tiempo. Le previene de lo peligroso que puede llegar a ser hacer alguna tontería. Es la primera vez que se plantea lo que pasaría si se rompe con la futuramente denominada “sagrada línea temporal”. Esto es un curso rápido y algo muy importante a la hora de presentar la gran línea argumental que tendrá el UCM.
Tras una dura negociación por parte de Banner, ella accede con la condición de que, una vez usadas, se devuelvan a los distintos puntos temporales de las que provienen sin que nada de llegue a alterar.
Lo que ninguno de los dos sabe es que, en paralelo, está sucediendo precisamente aquello de lo que ella está previniendo. Tras una mala praxis, Loki logra escaparse con el Teseracto a otra realidad cuando iba a ser puesto a disposición de S.H.I.E.L.D. Es un acto contra el que no se pudo hacer nada y que ha alterado el UCM. Y es el acontecimiento para el que ya no hay posible vuelta atrás.
Pero, ciñéndonos a la peli, eso supone que tienen que seguir jugando con fuego y deciden acudir a otro momento temporal para obtener la gema. Ese error supone más tiempo para que el Thanos del pasado los detecte y viaje al presente para conseguir acometer su misión. Más y más alteraciones… La idea de que si matas a un insecto en el pasado puede suponer el caos en el presente. En todo su esplendor.
Sea como fuere, Los Vengadores vencen la batalla contra Thanos pero puede ser una victoria pírrica. El Thanos de esa dimensión queda eliminado. Y, por tanto, este jamás segó a la mitad de vida en su línea temporal. La Nebula de la presente mata a la del pasado. Y, por encima de todo, la Gamora de esa realidad vaga en una que no le corresponde, la principal.
Punto aparte es que el Capi sea la persona designada para retornar las gemas al lugar al que le corresponden. Todo esto, por motivos evidentes, está contado en off. Eso supone que hay posibilidad de cuestionarse si ha habido más errores… Pero lo que sí se sabe es que se entretuvo por el camino con Peggy Carter y que vuelve con un escudo proveniente de otra realidad.
Todo eso son detalles que pueden haber pasado desapercibido para el espectador. No se tratan en el filme y puede que no lleven a ninguna parte. Pero, de nuevo, sí que sirven para allanar el terreno.
¿En qué se traduce todo ello? Pues en que Nick Furia Talos en Spider-Man: Lejos de Casa hable con completa naturalidad de un viajero interdimensional como es Misterio. Ahí se narra que hay unos destructores de universos que han acabado con su mundo y que ese personaje viene a ayudar. Uno de los giros de la propia película es que eso no es más que un embuste. Marvel rompiendo las expectativas del espectador. Pero los conceptos que manejan no se van a ninguna parte.
Lo que sí es real es ver a J.K. Simmons, recién salido de la trilogía de Sam Raimi, volviendo a interpretar a J. Jonah Jameson. Se desconoce si es el mismo personaje o si es la versión del UCM de ese personaje. Pero sí que hay algo de complicidad metalingüística con este casting que, claramente, está lejos de ser casual. No solo es que no hay nadie mejor para ese papel, sino que es una declaración de intenciones multiversal.
Y, con ello, se llega a la Fase 4 en la que ya no se va a seguir mareando la perdiz. Todo está perfectamente cimentado con la paciencia que ha caracterizado a la compañía. Tienen una visión a largo plazo y antes de arriesgar y de dar la gran satisfacción, quieren asegurarse de que todas las piezas están en su sitio. Ni antes ni después.
En la última participación de la SDCC de Marvel Studios, justo antes de la pandemia, Kevin Feige puso encima de la mesa todos los proyectos que vendrían después. Y uno de ellos confirmó el mutliverso: Doctor Extraño y el Multiverso de la Locura. En un principio lo iba a dirigir Derrickson, pero Raimi tomó el relevo. Teniendo en cuenta que es uno de los arquitectos del género en el cine, no deja de aportar más capas meta a un proyecto que, por fuerza, las tendrá.
La Bruja Escarlata y La Visión parecía indicar que se detonaría de una vez por todas todo lo relacionado con el mutliverso. Finalmente, no fue así. Una vez más fue un paso en falso. Pero los responsables daban indicios de en qué dirección mirar. No en vano, se dejó ver momentáneamente Evan Peters, que recuperó su papel de Mercurio. Pero el proveniente de la franquicia mutante desarrollada por Fox. Marvel vaciló a propios y extraños y, al más puro estilo Trevor Slattery, finalmente todo quedó en que fue una tomadura de pelo ejercida por Agatha. Lo que no se puede negar es que el arco de este personaje tendrá un peso de toneladas en Doctor Extraño y el Multiverso de la Locura.
Y, con ello, llegamos a la apertura definitiva de este arco. Hasta el momento han sido antecedentes, pero no es algo que haya ocupado el terreno que merece. A estas alturas el público está preparado para los bombazos. En Loki la TVA, una organización burocrática, busca preservar la sagrada línea temporal o, de alguna manera, el destino: lo que tiene que pasar y no debe ser alterado.
Eso es algo que se destruye radicalmente en el momento en el que Loki escapa con el Teseracto. Es capturado por la TVA y usado para parar a una versión de él proveniente de otro universo que los está saboteando. Eso puede ocasionar una ruptura de dicha línea temporal y provocar la expansión de distintos universos paralelos que cuajará en un evento nexo o, lo que es lo mismo, una guerra multiversal.
Como era de esperar, termina pasando aquello que se ha estado tratando de evitar a lo largo de la serie. En la resolución se averigua que detrás de la TVA está una versión benigna de Kang/Inmortus, el Conquistador. Una que logró parar la guerra multiversal con su intelecto y que se ha recluido en un universo hueco en el que controla el tiempo y, por ende, el devenir de todos los universos. Y afirma que la consecuencia de ello sería una catástrofe, otra guerra. Además de traer otras iteraciones de Kang más ariscas y problemáticas. Sylvie, la versión de Loki cuyo objetivo es acabar con la organización, decide acabar con la vida de Kang/Inmortus. Y eso termina abriendo del todo el multiverso. Las ramas se extienden de forma imparable e inexorable. Y ya es demasiado tarde para ello.
Y la última bala (por el momento) de este arsenal es ¿Qué pasaría si…? La primera intentona de Marvel Studios en la animación termina hoy. Y es un pequeño anticipo animado de lo que puede dar el UCM en un futuro. Siguiendo el camino trazado por Loki, lo que se cuenta son las historias de distintos universos en los que se ha alterado completamente la narrativa canónica del UCM. Y todo ello ha llevado a un enfrentamiento contra una amenaza que va más allá de un único universo y que se deshace de Thanos (el ser más poderoso que ha poblado el UCM hasta el momento) de un plumazo. Lo que se ha buscado aquí es que el público conozca lo que puede llegar a suponer una guerra multiversal a una escala minúscula respecto a lo que podría llegar a pasar. Además de ser una gran carta de presentación a Uatu.
Los planes del futuro están todavía por ver y entran en el terreno de las teorías. Pero sí que cabe destacar que en Spider-Man: No Way Home, Extraño romperá del todo la realidad para conseguir que Peter Parker recupere su identidad secreta. Y con ese conjuro mal lanzado, habrá visitantes provenientes del Universo de Sony. De hecho, SPOILER el Venom de Tom Hardy parece haber sido transportado al mundo en el que habita el Spider-Man de Tom Holland, tal y como se indica en la escena poscréditos de Venom: Habrá Matanza. FIN DEL SPOILER.
Por otra parte, tal y como se ha indicado, la secuela de Doctor Strange tratará de cómo el Hechicero Supremo trata de arreglar el desaguisado. Y Kang se dejará caer en la tercera entrega de Ant Man y, con mucha probabilidad, en la segunda temporada de Loki.
Por no hablar de que la Distinguida Competencia también está haciendo lo suyo. En el ambicioso macrocrossover intertextual televisivo de Crisis en las Tierras Infinitas ya impusieron un “todo coexiste y todo vale”. Y es algo que en un futuro se seguirá esa regla, tal y como se explicitará en el filme de Flash protagonizado por Ezra Miller. Para muestra, un botón.
Tratar de adivinar el misterio de lo que Marvel Studios tiene planeado es toda una quimera. Especialmente cuando son expertos en romper película a película cualquier posible indicio de lo que creas que está pasando. Pero lo que no se les puede negar es que saben lo que hacen. Y lo que hacen es despertar el interés en cosas muy de nicho.
Aunque no deberían serlo. Al final de lo que tratan muchas historias de esta temática es de la manera en la que se puede o no alterar el destino. Y eso es algo que atañe a todo el mundo. ¿Hasta qué punto somos libres? Eso es lo más interesante a la hora de lidiar con este tipo de narrativas. Por mucho que sean necesarios unos mimbres sólidos para que la cosa no se vaya de madre, es un camino a explorar que puede dar mucho juego. Con independencia del factor nostalgia o del placer que pueda aportar la mezcla de determinados universos, lo importante es que este contenido tenga verdad y un núcleo emocional potente.
Así pues, el redactor de la Tierra 1992 se despide. Tiene que volver a su dimensión antes de que se provoque otro apocalipsis.