Universo Sandman, con sus más y sus menos, debería quedarse como uno de esos relanzamientos exitosos. ¿Por qué? Primero, porque se atrevió a ser una secuela y no una precuela, que es la opción más fácil. En segundo lugar, se han seleccionado autores que han encontrado maneras de contar historias interesantes por sí mismas, sin que se deban exclusivamente a tratar de recuperar la magia del pasado a través de ejercicios de fan service nostálgico.
Pero, probablemente, la que ha despertado mayor ruido a su alrededor es, seguramente, El Sueño. Con independencia de que es la que está más claramente ligada a The Sandman, resultó ser una visión totalmente fresca que se atrevía a ir más allá y a construir su propia mitología. Y Universo Sandman: El Sueño – Horas de Vigilia Vol. 01: Los Bardos va a jugar en la misma liga.
Lo que plantea G. Willow Wilson se desliga de los acontecimientos de la “serie madre” y presenta nuevos personajes, en los que vuelca toda la narrativa. Las nuevas incorporaciones no tardan en reclamar su espacio en la memoria del lector.
La premisa parte de que una pesadilla corpórea es captada por una doctoranda especializada en Shakespeare durante un sueño lúcido. Eso provoca que tanto la ambos protagonistas se queden atrapados en mundos que no les corresponden. Ambos tienen sus propios objetivos, pero deben resolver el embrollo o las consecuencias serán terribles, aunque eso choque frontalmente con aquello que pretenden acometer.
Se sepa más o menos de estas narrativas, es accesible para todo tipo de lector. Si bien se aprecia más conociendo en profundidad lo que hay en juego y el background de algunos de los personajes, no es imprescindible para poder seguir con facilidad este relato. La escritora ha sabido hacer que sea lo suficientemente fuerte por sí mismo.
¿Cómo? Pues a través de unos giros absolutamente sorprendentes. Comienza tomándose su tiempo y puede dar la sensación de que no se sabe muy bien hacia donde se quiere dirigir. Una vez se arranca verdaderamente, el argumento está estructurado de tal manera que no pierdes el interés. Ahora bien, la amenaza es creciente y los protagonistas se quedan demasiado desvalidos. Por ese motivo los principales problemas argumentales vienen junto con el clímax y la conclusión. Puede llegar a resultar un tanto ex machina en la resolución, pero está justificado de tal modo que lo dejas pasar.
A pesar de ello, el lector experimentado en estas lindes queda totalmente fascinado con el tratamiento que se hace a este universo. En primer lugar, sutilmente, se encuentran algunas cuestiones que hacen que enriquezcan la lectura del proyecto de Neil Gaiman. Por otra parte, se ha hecho con un espíritu constructivo y con ganas de encontrar suficientes elementos para que se sienta como parte de la misma narrativa, pero reformulando lo conocido y tratando de llevar al lector a lugares de El Sueño en los que no se había ahondado como se merece.
Este arco está contada con un ritmo muy marcado y se deja entrever que hay mucho contenido que desarrollar. Además, es profundamente satisfactorio porque funciona a las mil maravillas por sí solo. Willow Wilson es una de las voces del cómic estadounidense que más se está haciendo escuchar y en este cómic vuelve a demostrar por qué es de las autoras que mejor saben narrar. Y aquí demuestra su versatilidad, puesto que es un proyecto muy alejado de su carrera hasta el momento. Tal vez ese sea el motivo por el que ha cogido este proyecto con entuasimo. Y se nota.
El arte corre a cargo de Nick Robles y sigue un cierto continuismo con el estilo establecido por Bilquis Evely en El Sueño. No en vano, es una serie que parte de ahí. Sin embargo, se aprecia un esfuerzo de tratar de buscar su propia identidad. Aunque no termina de tener mucha personalidad, esta obra posee virtudes que hacen que valga la pena.
Gráficamente se opta por clasicismo, pero cuando brilla es en aquellas secuencias que permiten al dibujante probar nuevas maneras de componer y de contar. El hecho de que haya distintos niveles ficcionales, permite encontrar y resaltar los contrastes en la representación de estos. Y lo justo es decir que hay bastantes splash pages ricas en detalles, lo cual invita a que el lector se pare a observarlas detenidamente.
Robles un narrador eficiente, pero viene apoyado por un uso del color bastante estimulante. Mat Lopes da en el clavo en todas las páginas y logra aprovechar las fortalezas del dibujo. Escoge una paleta naturalista y, de nuevo, muy respetuosa con lo visto en El Sueño. Pero también sorprende con algunas elecciones que se alejan de lo esperable. Brilla particularmente en aquellos momentos en los que la historia experimenta más.
El tomo de ECC Ediciones presenta unas características idénticas a los de esta línea editorial, con algunos extras y la biografía de los autores.
Universo Sandman: El Sueño – Horas de Vigilia Vol. 01: Los Bardos es un primer paso solidísimo a esta ampliación de la narrativa ingeniada por Neil Gaiman. Y es una demostración no solo de su vigencia, si no de su potencial para poder contar nuevos relatos con una perspectiva muy fresca. Y no se puede decir que esta aproximación no haga justicia a la sagacidad con la que se ha llevado la iniciativa Universo Sandman. Que vengan más.