Corazón de Espinas. El terror patrio en mejor forma que nunca

Sallybooks está haciendo un grandísimo trabajo a la hora de publicar autores españoles. Esto, en principio, no debería ni ser noticia, pero es que cuando se publican cosas con tan buen hacer merece la pena comentarlo. En este caso un cómic de terror con un aspecto muy alternativo para mostrar una historia que tiene sabor  a cuento clásico. Algo que explicado rápidamente puede parecer una mezcla complicada, pero que no lo es en absoluto.

Corazón de Espinas es una historia que sufre varios cambios de tono desde la intriga y el terror hasta un final que parece referenciar a la fantasía épica. La historia nos sitúa en un bosque del norte de España, el bosque de Urdi. Un lugar peligroso donde habita una criatura que parece secuestrar a gente. Eso es lo que le ocurre a la protagonista Aldara, que pierde a su prometido, y desde entonces habita como una bruja en los lindes del bosque, aislada del mundo. Hasta que años después Tristán, el joven hijo de un noble local, acude en su ayuda pues su hermana pequeña ha desaparecido en el siniestro bosque de Urdi.

Lo que mantiene la atención en la trama es la manera que tiene su guionista, Ángel M. Sancho, en mantener el interés por la historia a través de los intereses de los personajes. Los conflictos y los objetivos de sus personajes hacen que estos se sientan cercanos. La empatía es clave a la hora de hacer que los lectores se sientan más unidos a la historia y esto es de especial importancia en las de género de terror. De esta manera cuando uno de los personajes sufre el lector también lo hace. Cuando los personajes entran en conflicto, como ocurre a veces entre el personaje del noble o su hijo Fernando, o con el cura Lago y la bruja, el lector se ve obligado a tener que elegir un lado con lo que se implica más en el relato. Está claro que la construcción del relato está muy bien pensada.

Este es el momento de hablar del elefante en la habitación: el dibujo. El estilo de Guillermo Monje es difícil de entrada. Es un cómic que, ojeándolo por encima, quizás no llame mucho la atención o lo haga para mal. Y esto es, en el caso de que ocurra, culpa del prejuicio del lector. Porque basta con leer las dos o tres primeras páginas para comprobar que lo que consigue transmitir y como lo representa está al alcance de muy pocos. Es con facilidad uno de los cómics que mejor ha transmitido el miedo en sus viñetas. Pero vayamos por partes.

El estilo de dibujo es una caricatura extraña, llena de movimiento pero sin demasiados detalles. Se salta algunas normas, a conciencia, como las anatómicas, y lo hace sin vergüenza alguna. Son figuras abotargadas, feas e incluso desagradables, que no hacen ningún favor a la vista. Con esta estética enmarcada en el género de terror, como comentaba nuestro compañero Iván Galiano, se puede encasillar en la corriente de terror alternativo patrio en la que también estarían autoras como Isa Ibaibarriaga o Ana Galvañ.

Esta sensación de inquietud, de horror, es justo lo que quiere transmitir el autor a los lectores. Una sorpresa que, si bien es chocante, acaba por funcionar tan bien en sus páginas que consigue lo que muchos otros no son capaces. Porque representar el terror en un cómic es una tarea muy difícil, ya que los recursos visuales, sin tener el apoyo de otros elementos como la música o la iluminación, por poner un dos ejemplos, son limitados y es complicado transferir algunas sensaciones solo con imágenes. Aun así es sorprendente como al pasar dos o tres páginas hay viñetas que se quedan grabadas en la mente con una facilidad asombrosa. La manera de captar la mirada siniestra, los ojos rojos y casi verticales en la oscuridad… varios recursos que consiguen incomodar, en el mejor de los sentidos, al lector.

Otro aspecto a destacar es el uso del color. Una ejecución brillante que crea una atmósfera invasiva en las escenas de terror que contrasta con el empleo más sosegado y natural en el resto de viñetas lo cual genera tensión en el lector. El estilo de dibujo, junto al empleo del color hace que se fusione como un lavado de tinta que oscurece las partes más terroríficas y hace brillar el resto. Una buena combinación que solamente mejora la lectura.

Corazón de Espinas es sin duda alguna una grata sorpresa. Puede que su estilo de dibujo pueda causar rechazo para quien no esté acostumbrado a ese estilo de terror alternativo, pero una vez pasada esa “barrera” la historia engancha de principio a fin. Una historia de miedo con un ambiente parecido al de los clásicos cuentos de los hermanos Grimm. Es un gran cómic que consigue justo lo que se propone tanto narrativa como visualmente. Una joya del cómic español en un género complicado que consigue lo que muchos otros no son capaces.

Título: Corazón de espinas
Guion: Ángel M. Sancho
Dibujo y color: Guillermo Monje
Editorial: SallyBooks
Formato: Cartoné, 204 páginas
Precio: 25,00€