Batman: Ego, el descenso a la batcueva de la mente de Bruce Wayne

 

Cuando se suele hacer una lista de lecturas referencia de Batman, siempre se tiende a citar a autores indispensables. Sí, esas son las fundamentales… Pero eso deja poco hueco a obras que, tal vez, son menos conocidas por el profano pero que han influenciado tanto o más como las archifamosas. Y esas, precisamente, serían las que merecerían mayor visibilidad.

Todo parece indicar que Batman: Ego es uno de esos ejemplos. Algo incomprensible, dado que las peculiaridades de este proyecto de Darwyn Cooke hacen que sea algo tan único como complejo. Y es que ¿Cuántos cómics o películas del dejan de un lado las peripecias y se atreven a profundizar en la psique de Bruce Wayne? No son muchas…

Es curioso que un personaje caracterizado por ser de los más complejos del panorama superheroico haya sido tratado desde múltiples perspectivas, pero no se haya hecho una indagación a la “cueva” de su mente. Y, a pesar de que esa sea la temática, la manera de plantearla tal y se ha hecho aquí es propia de un genio.  

Tras una noche nefasta como las que tiene que afrontar El Caballero Oscuro de tanto en cuando, llega a casa totalmente agotado psicológicamente. Y, una vez ha presenciado una grave tragedia, se queda él solo en las entrañas de la Batcueva. Él y sus demonios. Y es en ese preciso momento, cuando el antihéroe está más vulnerable, cuando se materializa su peor pesadilla: él mismo.

Como un Jesús posmoderno afrontando al diablo en el desierto, Cooke hace un estudio de personaje y lo pone enfrente a aquello en lo que se convertiría si se dejase llevar por la tentación, por la salida fácil. Batman se antoja como un alguien en constante conflicto con sus instintos primarios.

Realmente, la trama de esta historia corta se podría resumir en media hoja. Pero no se trata de eso. Por el contrario, lo que se ha buscado aquí es hacer una aproximación de una figura que debe decidir quién es realmente.

Por tanto, es una obra eminentemente introspectiva y, como tal, es complicado no disociarla de las posibles dudas creativas que tuvo el artista a la hora de enfocar este proyecto. Es impresionante la forma en la que logra traducir a palabras y a imágenes pensamientos tan abstractos. Un trabajo de riesgo innegable y, por tanto, el que se haya hecho de un modo tan solvente es digno de elogio. De algún modo, se acerca más a la poesía, pero con un ritmo que deja rendido al lector, que no exhausto.

Si se quiere conocer el peso de lo que es ser Batman, aquello con lo que tiene que lidiar cada vez que Wayne se pone la capucha, este es el cómic perfecto. Puesto que es exigente el encontrar un ejemplo más elocuente que sintetice la identidad del murciélago. Cooke entiende y define al personaje de un modo en el que es difícil salirse de esa visión.

El personalísimo estilo cartoon de Darwyn Cooke es claramente inconfundible. Es de esos autores que sabes distinguirlos con un golpe de vista y eso habla muy bien de su carrera. Una en la que parece que no hay obras menores, como este proyecto viene a demostrar. Batman: Ego fue su primer cómic publicado en DC y se aprecia un esfuerzo en crear algo muy depurado.

Es una obra que juega constantemente a las composiciones. Debido a la premisa argumental, el autor está obligado a encontrar nuevas maneras de contar. Resulta arduo el clasificar y definir este cómic, puesto que, desde un clasicismo y teniendo en mente la facilidad de la lectura, consigue exprimir todo lo que puede dar de sí. El patrón está en hacer variaciones (justificadas dramáticamente) de la clásica 3×3, aunque si destaca en algo es por los momentos en el que la ilustración ocupa toda la página. Ahí es cuando se produce el verdadero significado simbólico de la creación, donde está su corazón.   

A pesar de que el propio autor considera fallido este cómic, desde aquí no se puede más que disentir. Es un trabajo visualmente muy creativo que sorprende constantemente con nuevas maneras de contar y desde una sencillez propia de los que conocen todas las posibilidades de este medio.

A pesar de que actualmente, la obra está descatalogada, ECC Ediciones lanza en marzo, con motivo del filme, una nueva y cuidada edición de esta obra.

Batman: Ego es un sueño de todo creador: lanzar una obra tan profunda como accesible. Un proyecto de una ambición incuestionable hecho por alguien que está a la altura, sin que se regodee de su superioridad. Una pieza que actualiza desde la fidelidad. Un viaje a los recovecos de un monstruo tan humano como el propio lector. Y, desde el reconocimiento de quiénes somos, un acceso a la superación de la oscuridad. Porque para poder redimirse, uno debe aceptar quién es.

Queda poco menos de un mes para la llegada de The Batman y su director, Matt Reeves, no ha dejado de citar Batman: Ego como una referencia fundamental para su filme. Aunque es pronto para ver exactamente hasta qué punto ha permeado en la manera de entender de este director al Señor de la Noche, es toda una alegría ver esta historia ocupando un lugar entre las grandes. Si todo ello sirve para que el público acuda a las raíces, bienvenido sea.