Título: Por un puñado de dracmas |
Guión y dibujo: Ivan García |
Color: Ruth O’Leary |
Edición Nacional: Grafito Editorial |
Formato: Tapa dura, 136 páginas |
Precio: 20,0 € |
Grafito editorial ha comenzado con éste una línea de tebeos llamada Colección de Historia. Y vaya forma de empezar, la verdad, creo que han dado en el clavo con este cómic. Pero quiero ser sincero con los lectores: lo leí de casualidad. No por nada, pero no lo conocía y no conocía a sus autores. Sin embargo coincidió con que Ruth O’leary, la colorista, hacía una presentación en una librería cerca de donde vivo y allá que fui. Y no esperaba gran cosa cuando lo vi. El estilo de dibujo no me llamaba mucho y el guion… bueno me daba curiosidad. Ahora que ya lo he leído sé que todo eran prejuicios míos y que fue un acierto haberlo leído. Pero no nos adelantemos.
La historia nos lleva a una polis griega llamada Épiro en época de paz por lo que los soldados no tienen trabajo y se buscan la vida como mercenarios o guardias. Ahí llega Proteas, un hoplita ateniense junto con Bomolokio, su mordaz sirviente, para buscar cómo ganarse la vida. Pero hay un problema y es que la ciudad se ve asediada desde hace meses por un temible león que devora a sus habitantes. La ciudad se ha llenado de mercenarios y matones que buscan cazar a la bestia puesto que el arconte de Épiro ha puesto una recompensa por matarlo. Así conocen al otro protagonista de esta historia, un guerrero espartano llamado Leotiquidas. Debido a la rivalidad entre Atenas y Esparta por la pasada guerra del Peloponeso no se llevan muy bien al principio pero deberán trabajar juntos para librar a Épiro de la terrible bestia que acosa la ciudad.
Y aquí viene lo primero que me gustó del cómic. Como no sabía por dónde tiraría la trama me estaba imaginando que sería algo mitológico, una especie de León de Nemea o algo así y que todo tendría una explicación mística. Sin embargo los autores se ciñen en hacer un relato más real, aprovechando la superstición de la época y jugando con el mito y la realidad. Y esto es algo que yo agradezco mucho en los relatos.
También es verdad que, aunque la idea de “Dos guerreros van a matar a una bestia” pueda parecer algo sencillo su guionista encaja varios giros de guion, o, mejor dicho, capas al guion que hace que la historia sea interesante y enganche desde la primera página. Es una historia que por un lado es muy consciente de lo que quiere contar, no pretende ser una novela complejísima y enrevesada sino una historia de aventuras basada en un momento histórico muy concreto. Y eso lo consigue de sobra, una vez abrí el tebeo no lo solté hasta el final.
Respecto al dibujo… el estilo de Iván García no me terminaba de gustar. Es un estilo que me recuerda a la ilustración de otro tipo de libros y que en un principio no me parecía correcto para un cómo este. De nuevo error mío. Es cierto que las primeras páginas tienen un algo que no me acaba de encajar pero se nota la evolución de Iván a medida que el cómic avanza con un trazo más claro. Llegando a un punto que el dibujo me encajaba perfectamente, lleno de personajes expresivos, movimiento en sus viñetas y lleno de detalles tanto en los personajes como en los escenarios. Consigue una atmosfera muy propia que, en mi opinión, transmite esa sensación de estar viendo imágenes del Épiro histórico. Creo que encaja muy bien con lo que busca la editorial en esta línea de cómic.
Y esto se consigue, sobretodo, por el gran trabajo de documentación que han hecho ambos autores (y que se explica un poco en las páginas extras al final del tomo). La calidad de detalle en las ropas, armaduras, escudos, en las calles, plazas e interiores de las casas es otro nivel. Se nota, tanto si conocéis mucho de la historia o el arte griego como si no, que hay una especial dedicación en hacer que todo encaje y son pocas, y muy justificadas, las licencias que se toma el autor.
En el color Ruth utiliza hábilmente tonos ocres y amarillentos que evocan a la arcilla y otros materiales usados en la época. Una época donde el metal era un bien escaso y de la que es fácil que recordemos sus jarrones o sus estatuas del arte griego. Todo un acierto que le da empaque a la obra unificándola y ayudando a ambientar sus páginas y trasladar al lector a aquella época.
Es una obra a la que no quiero sacarle defectos si os digo la verdad. Primero porque para ello tendría que ser muy “tiquismiquis” y decir cosas como: “Es que la mano del guardia en la viñeta x se ve rara”. Lo cual me parece que no tiene mucha importancia a la hora de disfrutar este cómic y por otro lado porque se nota que la obra está hecha con mucho cariño por parte de sus autores. Se nota que hay un trabajo muy loable detrás y por si fuera poco es una de las primeras obras que hacen.
Es un cómic que consigue su objetivo: es una aventura que consigue trasladar al lector a un momento histórico muy concreto, que es divertido y ameno, trepidante y entretenido. Grafito editorial han acertado de pleno al iniciar una línea de cómic histórico con Por un puñado de Dracmas, no se me ocurre mejor forma de presentar las bases de lo que quieren hacer de aquí en adelante. Y tengo algo muy claro, Iván García ha empezado sus andaduras en un punto muy alto del camino y no me cuesta imaginar que va a llegar muy lejos en el mundo del cómic.