Título: ¡Socorro! |
Edición Nacional: Apa Apa Cómics |
Guión, dibujo y color: Roberta Vázquez |
Formato: Cartoné, 100 páginas |
Precio: 19,00 € |
Roberta Vázquez es una millenial en toda regla, y lo muestra con creces en ¡Socorro! su primera obra fuera del mundo del fanzine. Sus obras anteriores Odiar es gratis y ¡A la porra! ya tenían ese tono gamberro que puede observarse en esta novela gráfica. Y es que, que sea de esa generación es lo que hace que pueda criticarla tanto y tan bien.
En ¡Socorro! se cuentan distintas historias cortas donde los protagonistas son siempre verduras, frutas y snacks (como un trozo de pizza, o un pretzel) antropomórficos. Todos y cada uno de ellos tienen una personalidad perfectamente definida, y muchos problemas. Entre los protagonistas encontramos a Pement, un pimiento verde con una personalidad bastante desagradable que trabaja vendiendo zapatillas. Un youtuber pobre, encarnado por un trozo de pizza llamado Pepperoni. Dunkilda, una rosquilla con mucha actitud y poco cerebro. Pretzelino, como su nombre indica, un pretzel que se gana la vida como ilustrador. Entre otros tantos maravillosos personajes.
Y es que todos y cada uno de ellos son patéticos, divertidos, estridentes y excesivamente reales. Y es que cuando al principio de la reseña he dicho que a Roberta Vázquez se le notaba de qué generación es, no era una crítica. Comprende perfectamente por lo que están pasando sus personajes, y gracias a ello hace una crítica ácida sobre la precariedad laboral entre los jóvenes, aunque nunca se comente la edad de sus personajes. El problema de la vivienda, ya que el precio del alquiler hace que algunos de sus personajes tengan que compartir piso, aunque no quieran, para sobrevivir. La vanidad, y superficialidad, de algunos youtubers o influencers. La problemática de las relaciones afectivo sexuales, y los errores que se cometen pese a tener tanta información. Entre muchos otros temas.
Con todos ellos, la autora consigue criticar todo aquello que se nos había prometido a la generación que crecimos con la idea de que si estudiábamos tendríamos un trabajo estable. Y cuando salimos de la facultad nos dimos un guantazo con la realidad del mercado laboral. Roberta consigue redirigir todos esos problemas de una generación, y volcarlos en unos personajes delirantes que exponen el mundo tal y como es. Y sobre todo, tal y como ella lo ve. Con humor.
El diseño de personajes es herencia de algunos que ya había hecho con anterioridad. Pepperoni, el trozo de pizza, ya había aparecido en alguno de sus fanzines. Y otros habían aparecido en colaboraciones con otros autores. Sin embargo, todos los diseños son suyos. En cuanto al formato, se trata de historias cortas, con capítulos casi autoconclusivos. En todo momento los personajes se relacionan entre ellos, y tienen una sub trama que se va desarrollando poco a poco, pero en ningún momento sus capítulos son correlativos. Así, vemos como se conocen dos personajes en un capítulo, y al siguiente sólo continúa la historia de uno de ellos. Para cambiar por completo de registro y personaje en el tercero.
Toda la obra es a color. A todo color. Tal y como se comentaba al principio, este cómic es lisérgico. Y no sólo por sus personajes, que también. Roberta utiliza rotuladores para colorear todas y cada una de sus páginas. La elección de los mismos depende de los personajes principales de cada capítulo, así como del mood en que estos se encuentren. Y funciona a la perfección. La propia autora se representa dos veces en el cómic, en la primera y la última página, iniciando y terminando su obra. Y aunque el título termine siendo ¡Socorro!, muy probablemente por la de trabajo que le dio este proyecto. Este cómic sólo aventura una cosa: por suerte, todavía vamos a poder disfrutar de muchas más obras de Roberta Vázquez.
Una crítica actual con lo que más necesitamos ahora mismo: risas y diversión en cada página.