En esta web apoyamos la idea de quedarnos en casa para combatir la curva del coronavirus y proteger así a la gente que es grupo de riesgo. También queremos animar a quienes por temas de trabajo no puedan quedarse en casa. Por eso hemos decidido presentaros ocho películas del Estudio Ghibli que os alegrarán el encierro, y os darán calorcito al corazón.
Para quienes no conozcan el Estudio Ghibli, se trata de un estudio de animación japonés que se fundó en 1985. Los responsables de que esto ocurriese fueron Hayao Miyazaki, Isao Takahata y Toshio Suzuki, aunque en poco tiempo el estudio creció exponencialmente. Seguro que más de uno de estos nombres os suenan, ya que fueron a su vez directores de algunas de las películas más famosas de la historia de la animación.
Posiblemente, lo que más atraiga (a nivel internacional) de las películas producidas por el Estudio Ghibli, aparte de su altísimo nivel artístico, es que sus historias se basan en la cultura japonesa, pero utilizan una narrativa que es entendible por todo el mundo. Y hace que sus películas sean mágicas.
Todas las películas que van a recomendarse en este artículo están recomendadas para todo tipo de público, tanto adultos como niños y niñas. Sin embargo, esto es como todo, dependiendo de lo habituados que estén a cierto tipo de imágenes algunas escenas pueden asustar más o menos a los más pequeños. Por lo que intentaremos, en las recomendaciones, avisar de algún caso que conozcamos que ha asustado a los más peques de la casa. Obviamente, la recomendación para todas las películas es que los adultos la vean antes que los niños, ya que, conociendo a sus peques, podrán saber si es recomendable para ellos, o no.
Así pues, de toda la filmografía que nos ha regalado Ghibli hasta el momento, y sin orden alguno, ¿qué películas dan más calorcito al corazón?
Nicky, la aprendiz de bruja (Hayao Miyazaki, 1989)
Internacionalmente conocida como Kiki’s delivery service, cuenta la historia de Kiki/Nicky una joven bruja de trece años que debe dejar su hogar para independizarse como bruja. Tal y como hizo en su momento su madre. El hecho de salir de casa por primera vez, y ser independiente, no significa que sea ya adulta, ni que haya terminado su formación. Sino que la misma continúa fuera de casa. Para ello, Nicky coge su escoba, su radio, un bolso gigantesco (en comparación con su pequeño cuerpo), su gato negro y allá que se va.
Su vestido negro hace que la gente la identifique pronto como una bruja, y esto le conlleva que al llegar a distintos pueblos los vecinos le comenten si ya tienen una bruja, o no. Nicky encuentra una ciudad en la que quedarse, y ahí empezará su verdadera aventura.
Acostumbrada a vivir en un pequeño pueblo, la ciudad junto al mar la dejará extasiada. Y pronto deberá aprender a valerse por sí misma. Para ganar dinero, y aprovechando el tamaño de la ciudad y que ella puede volar con su escoba, monta un servicio de entregas. A partir de aquí sucede el resto de la película donde Nicky no sólo aprenderá cómo funcionan sus poderes, sino también lo que significa hacer amigos, independizarse, enamorarse… aprendiendo de la mejor forma posible, relacionándose con sus vecinos.
Como se ha comentado antes, aunque la película es de 1989, el estudio tiene unos artistas impresionantes. Tanto los diseños de la película, como la animación y la música son espectaculares. A estas alturas puede parecer que una película de ese año se habrá quedado desfasada. Pero nada más lejos de la realidad. Lo bueno de las películas del Estudio Ghibli es que son atemporales, las veas cuando las veas funcionan. Y es lo que le ocurre a Nicky, la aprendiz de bruja.
En principio esta película no debería asustar en ningún momento a ninguno de los más pequeños de la casa. Aunque puede que, tras verla, quieran adoptar un par de gatos negros. Y hablando de gatos…
Susurros del corazón (Yoshifumi Kondo, 1995)
Esta película cuenta la historia de una estudiante de instituto, Shizuku Tsukushima, cuyo sueño es convertirse en una gran escritora de novelas. Sin embargo, no confía demasiado en sus posibilidades. Y es que el sistema educativo no prepara a los jóvenes para ese tipo de trabajos, y ella confía poco en sí misma.
Pese a todo, Shizuku traduce y adapta canciones del inglés al japonés para sus amigas, y escribe historias cortas siempre que puede. Aunque todavía no se ha atrevido con su primera novela. Un compañero de instituto se cruza en su camino, Seiji Amasawa, un apasionado de la creación artesanal de violines.
Y a partir de ahí todo cambia, Shizuku descubrirá el amor y esto le dará alas para intentar cumplir su sueño. Y es que el sueño de Seiji es conseguir estudiar en Cremona (Italia), y convertirse en un famoso luthier. Seiji y Shizuku se apoyarán mutuamente en sus respectivos sueños, entendiendo que lo que sienten no debe frenarles, sino impulsarles. Y eso hacen, avanzar e intentarlo.
Shizuku decide basar su primera novela en una figura que está expuesta en la tienda de antigüedades del abuelo de Seiji. Una misteriosa figura de un gato con sombrero de copa, que recibe el nombre de Barón Humbert von Gikkingen.
¿Conseguirán los dos jóvenes cumplir sus sueños? ¿Terminar la novela? ¿Ir a Cremona? Ya sabéis lo que tenéis que hacer para averiguarlo. Además, ésta no tiene ni una sola escena que pueda asustar a los pequeños.
El castillo ambulante (Hayao Miyazaki, 2004)
Sofí es una joven muy insegura que trabaja en una sombrerería. La ciudad en la que vive se encuentra rodeada por montañas, y tiene mucho movimiento. Aunque no tanto como el castillo del temible mago Howl, que tiene unas piernas metálicas que hacen que pueda moverse por todo el reino.
Un día una clienta le lanzará una maldición a la pobre Sofí, convirtiéndola en una señora mayor. Asustada, y decidida a que su familia no se entere, Sofí huirá y terminará encontrándose en medio de la nada con un espantapájaros cuya cara es un nabo, que no la dejará sola, y la puerta del castillo ambulante.
Decidida a sobrevivir Sofí entrará en el castillo, donde después de organizar y limpiar la cocina conocerá a Cálcifer, un temible ser mágico que hace las veces de caldera y calienta tanto la comida como el castillo. Además de a un niño, aprendiz de mago. Y al temible Howl, que resulta ser el atractivo rubio que conoció justo antes de que la señora la maldijera.
A partir de ahí todo se convertirá en una aventura. Viajando en el castillo, Sofí vivirá persecuciones, una guerra inminente y los momentos más mágicos y absurdos de su vida. Todo ello con las limitaciones de su cuerpo de señora mayor, ¿qué ocurrirá cuando se dé cuenta que su primer amor llega en medio de todo ese lío?
Mucho más rápida que las anteriores, esta película se hizo muy famosa en su momento, y tiene un aire mucho más adulto que las anteriores. Ya no tanto por la temática, que es para todos los públicos, como por la guerra entre reinos que se entrevé en algunas escenas.
En especial, hay una en que Howl se convierte en un cuervo gigante para parar un ataque aéreo. Esta escena puede asustar a los más pequeños ya que pueden no entenderla, y es bastante oscura y agresiva en comparación al resto de escenas.
Haru en el reino de los gatos (Hiroyuki Morita, 2002)
¿Os acordáis del Barón de Susurros del corazón? Tal fue el éxito del personaje que creaba Shizuku en su historia, que el Estudio Ghibli decidió darle su propia película.
Haru en el reino de los gatos presenta la historia de Haru, una adolescente de 17 años que salva a un gato de ser atropellado por un camión. Lo que debería ser una ocurrencia normal en su día a día hace que su vida de un giro drástico.
Y es que ese gato, no es un gato cualquiera, es Lune. El príncipe del Reino de los Gatos. El padre de éste aparece en casa de Haru y aprovechando que ésta entiende el lenguaje de los gatos le ofrece, entre otros tantos regalos, una estancia en su reino y la mano de su hijo.
La comitiva entiende la respuesta de Haru como un sí, cuando ésta estaba declinando realmente la oferta. Dispuesta a que esto no ocurra, Haru recibirá la ayuda de Muta, un gato gigante que le guiará hasta el elegantísimo Barón Humbert von Gikkingen.
Pero antes de que puedan hacer nada, Haru termina en el reino de los gatos, y sin darse cuenta, se verá en medio de unas tramas palaciegas muy locas, pues el rey pretende casarla con su hijo sí o sí. Si eso no fuera poco, cuanto más tiempo pasa en el reino, más se convierte en un gato. ¿Conseguirá escapar Haru?
Esta película es muy divertida no sólo por lo excéntrico de sus personajes, casi todos gatos, sino también por los diálogos y las situaciones tan absurdas por las que tiene que pasar la protagonista. La única escena que podría desconcertar a los más pequeños ocurre casi al principio, cuando el rey llega con su comitiva a casa de Haru. Es muy breve, pero hay un par de gatos guardaespaldas que son un tanto inquietantes.
Ponyo en el acantilado (Hayao Miyazaki, 2008)
Brunhilda es una niña pez. Es curiosa, muy curiosa. Tanto que, aunque su padre (una mezcla entre mago y científico, que una vez fue humano) les ha prohibido a ella y a sus hermanas acercarse a la costa, ella lo hace.
En uno de sus viajes familiares, aprovecha un descuido y subida en una medusa termina encerrada en un bote de cristal en una playa. Allí la encuentra y rescata Sosuke, un niño de cinco años, que empieza a llamarla Ponyo, creándose en ese momento un vínculo entre ellos inquebrantable.
Y es que, tras volver a casa, Brunhilda tiene una discusión enorme con su padre, y utilizando toda su magia consigue que le salgan piernas y huye. Para volver con Sosuke convertida en una niña llamada Ponyo. Tal es la magia que utiliza, que el mar donde vive su familia empieza a hacer cosas raras. Poniendo en peligro no sólo a su familia, sino también al pueblo marítimo donde vive Sosuke.
¿Podrán una vez juntos deshacer Ponyo y Sosuke el entuerto que han creado? Esta película tiene como protagonistas a dos niños muy pequeños, Sosuke tiene sólo cinco años y tiene que tomar decisiones muy importantes. Pero, sobre todo, lo que hace desde el principio es apostar por la amistad y el amor que siente hacia Ponyo y su propia familia.
Y es que esos son los temas principales de la película, la amistad y el amor familiar, junto a la importancia del cuidado del mar y la naturaleza. Una película imprescindible para todas las edades.
Pompoko (Isao Takahata, 1994)
Esta película no es quizás para los más pequeños de la casa, es un poco rara para ellos, y puede resultarles desconcertante. Pero adolescentes y adultos se pueden pegar unas buenas risas con ella.
Los tanuki son una especie de mapaches japoneses que, según sus leyendas, tienen poderes mágicos. Estos pueden convertirse en aquello que quieran, y por ello se les considera traviesos, y muy inteligentes. Sin embargo, tienen un punto débil, y es que les encantan los dulces y se distraen fácilmente con ellos.
Los protagonistas de esta película son varias familias de tanukis, que al enterarse que los humanos pretenden construir una urbanización en su bosque deciden dejar de lado sus diferencias y unirse para impedírselo. ¿Cómo? Muy fácil, convirtiéndose en humanos, y llevando a cabo una guerra como nunca antes se ha visto.
Pero no todo es tan fácil como parece, y es que estos tanukis llevan tanto tiempo sin utilizar sus poderes de transformación que casi los han olvidado. Así le resistencia se forma con miembros de distintas familias, que son capaces de llevar a cabo la transformación. Para sabotear la construcción, llegan incluso a crear accidentes en las obras. Hiriendo a bastantes humanos.
A esto siguen otras acciones como una marcha fúnebre llevada a cabo por “fantasmas”, intentando que los humanos crean que la ciudad está maldita. O incluso llegando a formar una facción eco-terrorista dentro del grupo. ¿Conseguirán los tanukis salvar su bosque, y qué están dispuestos a sacrificar para ello?
Esta película tiene un humor algo más complicado que las anteriores, que no sería un problema si no fuera acompañado de algo de drama. Por lo que no es aconsejable para los más pequeños. La que sí lo es, y que los adultos conocerán casi seguro a estas alturas es la siguiente. Aunque sea de oídas.
Mi vecino Totoro (Hayao Miyazaki, 1988)
Tatsuo y sus dos hijas, Satsuki y Mei, se mudan a una zona rural para estar cerca del hospital donde la madre de éstas se recupera. Al llegar a su nueva casa, en medio de la naturaleza, las dos niñas descubren a unas pequeñas motas de hollín con patitas que viven en la casa. Y es que estos seres llamados susuwatari viven en lugares abandonados.
Cuando estas pequeñas criaturas se dan cuenta que tanto las niñas como el padre son buenas personas, y están limpiando y manteniendo la casa, éstas buscan otro lugar donde vivir. Poco después Mei, la hermana pequeña, persigue lo que cree es un pequeño conejo blanco por el bosque, hasta terminar en un hueco de las raíces de un enorme árbol.
En realidad, Mei ha seguido a un espíritu del bosque que junto a otra criatura, la han llevado hasta la versión gris y gigante del espíritu. Es entonces cuando Mei conoce al verdadero protagonista de la película: Totoro. En seguida ambos se harán amigos y ella incluso se quedará dormida sobre su enorme barriga. Al despertar, Mei se encontrará de nuevo en casa, ¿habría sido todo un sueño?
La pequeña busca sin descanso el hueco en las raíces del árbol. Sin conseguirlo. Por suerte, aunque Satsuki no cree en lo que cuenta su padre sí, y le promete que Totoro se hará visible ante ella cuando sea necesario. Ya que así es como se comportan los guardianes de los bosques.
Algunas noches después las niñas esperan como siempre el autobús en el que va al trabajo su padre. Mientras están en la parada del autobús Mei se duerme, y es ése el preciso momento en que aparece Totoro de nuevo. Esta vez ante Satsuki, que le ofrece un paraguas, pues está lloviendo mucho y el espíritu sólo lleva una hoja con la que cubrirse.
A partir de ese momento Totoro aparecerá ante ambas niñas en varias ocasiones, siempre en momentos importantes y desapareciendo igual de rápido que ha llegado. Por lo que ninguna de las dos son capaces de decir con certeza si lo ocurrido esas veces es real, o no.
El punto álgido de la película llega cuando el alta en el hospital de la madre debe posponerse. Decepcionada con la noticia Mei saldrá corriendo, y desaparecerá intentando llegar al hospital por su cuenta. Poniendo a todo el pueblo en alerta, tanto su padre como su hermana la buscarán sin descanso. Por suerte, Totoro y el resto de seres estarán atentos, ¿podrán reunirse finalmente, habrá final feliz?
Esta película es una obra maestra. Bueno, muchas obras del Estudio Ghibli son obras maestras. Pero ésta se convirtió en seguida en una de las películas de animación más importantes de la historia. Y es que trata de forma magnífica no sólo las relaciones familiares, y el folklore japonés, sino que además lo hace de forma sencilla y preciosa. A tal punto, que es entendible en el mundo entero.
Tan importante fue esta película para el estudio, que el logo del mismo es el perfil de Totoro delineado.
El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2001)
Era imposible que esta película no estuviera en esta lista, y es que El viaje de Chihiro es una de las películas de animación japonesas más galardonadas dentro y fuera de Japón.
Chihiro es una niña de diez años que se muda con sus padres a una nueva ciudad. Furiosa por el cambio, se niega a tener una actitud positiva y decide no hablarse con sus padres durante todo el viaje en coche.
Durante el trayecto, sus padres se equivocan de camino y terminan en medio de un bosque, encontrando un enorme edificio rojo con un túnel por el que no puede pasar el coche. Por lo que sus padres deciden adentrarse andando, y ella termina siguiéndoles pese a estar muerta de miedo.
Una vez salen del túnel, se encuentran con un pueblo completamente deshabitado, y que no aparece en los mapas. Sin embargo, en uno de los puestos de comida de la calle comercial encuentran un banquete recién servido. Los padres, muertos de hambre, deciden servirse y esperar a que aparezca el dueño para pagar. Mientras Chihiro los mira comer asqueada, estos se transforman en cerdos, sin dejar de comer en ningún momento.
Lo que inicialmente era asco, pasa a ser terror. Y es que, sin saberlo, Chihiro y sus padres se han adentrado en un mundo habitado por espíritus, dioses antiguos y seres mágicos. Este mundo está dominado por Yubaba, una terrible hechicera que le explica que los instrusos son convertidos en animales, para ser luego consumidos.
En ese momento Chihiro conoce a Haku, un enigmático chico que la ayuda a escapar, y que le explica que como ella no comió nada del banquete no se convertirá en cerdo. Decidida a salvar a sus padres, y salir de allí con ellos, Chihiro pide ayuda a Haku quien le explica que para poder sobrevivir debe ser útil para Yubaba. Por lo que Chihiro termina trabajando en el onsen (baños termales) que ésta regenta, codo con codo con todo tipo de seres mágicos.
El viaje de Chihiro no es un viaje físico, sino mental, y es que esta obra va sobre la evolución de Chihiro al convertirse en adolescente. En ese mundo mágico aprenderá la importancia de la responsabilidad en el trabajo, la amabilidad, las relaciones sociales, y tendrá un sinfín de experiencias que la harán madurar.
Los únicos momentos de esta película que pueden asustar a los más pequeños son dos: primero, en el onsen cuando los trabajadores deciden sobrealimentar a un kaonashi (sin cara) que se sucede una escena bastante caótica y de agobio para el resto de personajes. Y un momento en que Yubaba se cabrea y su cara se deforma de la ira.
Como podéis observar, aquí tenéis una lista de películas que podéis ver durante los días de encierro que tenemos por delante. Tanto si tenéis peques en casa, como si no, todas son maravillosas elecciones. Empezad por la que más os llame la atención en cuanto a temática. Ante cualquier duda, preguntadnos en redes y os ayudaremos todo lo posible.
Y tened en cuenta que el Estudio Ghibli tiene muchas más películas de animación, pero no todas para todos los públicos. Próximamente compartiremos otro artículo sobre ellas. ¡Ánimo con el encierro, y disfrutad mucho de las películas!