Nacida como María Dolores Reyes, Meik es una artista procedente de la localidad sevillana de Badolatosa. Con un estilo muy influido por la animación, su andadura profesional en el mundo del cómic se ha centrado hasta ahora (lleva publicando desde 2016) principalmente en el género histórico, especialidad de la editorial Cascaborra, con la que ha lanzado sendas obras basadas en las figuras de María Pita y Clara Campoamor. Pero también sacó adelante en 2020 junto al guionista Rafael Jiménez (miembro, como ella, de la asociación Carmona en Viñetas) un mecenazgo para que viese la luz su Nördumani, una historia sobre la incursión vikinga en la Sevilla del siglo noveno.
Meik acudió a la décima edición del Festival del Cómic Europeo de Úbeda, celebrada entre los pasados días 13 y 15 de mayo de 2022, y allí, además de realizar sesiones de firmas y participar en varias charlas (como la de Cómic con Acento Femenino o la de Cómic Histórico) fue tan amable de concedernos una entrevista que empezó accidentada por problemas técnicos, pero que inmediatamente después de quedar solucionados, convirtió con sus respuestas en una interesantísima conversación sobre los pasos de su carrera.
Sala de Peligro: Vamos a empezar con una pregunta clásica: ¿Cuándo empezaste a leer cómics y cuáles son los autores y obras que te han marcado?
Meik: De muy pequeñita en la biblioteca de mi pueblo encontré los cómics de Asterix. No había mucha variedad, porque ya te digo, era un pueblo pequeñito, pero bueno, me enganché a ellos y los leí todos. Pero luego digamos que tuve un espacio muy grande de tiempo en el que dejé de leer cómics… a lo mejor alguno de Batman, suelto… Ya con dieciocho-diecinueve años, cuando entré en la facultad, encontré que teníamos un taller de cómic en el que me metí, y allí había un montón de gente que, o habíamos leído cómics o era muy friki de los cómics. Y me empezaron a prestar un montón, y ahí fue cuando empecé yo ya a leer con pasión y de seguido. Leí de todo, manga, europeo, americano… pero ya ahí ya decidí que mi favorito era el europeo.
Y autores que me marcaron… hombre, a mí Guarnido fue de los primeros que dije “¡Ostras qué guay!” A mí siempre me ha gustado mucho Disney y él tenía un estilo, así, muy parecido. Creo que él había trabajado en Disney también. Cuando lo vi dije “Ostras, se parece un montón” Y luego pues autores que me gustan mucho, pues Teresa Valero, Montse Martín, Ana Miralles…
Sala de Peligro: La facultad a la que fuiste a ese taller fue la de Bellas Artes. Entonces ¿recibiste allí formación académica relacionada con el cómic?
Meik: Bueno, en realidad la formación nos la dábamos entre nosotros. Porque el taller lo llevábamos los alumnos, no era que tuviésemos una clase de cómic. De hecho, en Bellas Artes, por lo menos en mí época, no sé cómo estará la cosa ahora, pero digamos que si tu decías “Me gusta el cómic y me quiero dedicar a ello” como que te apestaban un poquillo. Se tiraba mucho por el lado del arte contemporáneo y si por empezabas a dibujar los modelos y sacabas tu estilo… por ejemplo el que yo tengo dibujando… pues como que me cortaban, me trataban de corregir. “¡Pero eso no es así, le has puesto los ojos muy grandes!” “No, es que es el rollo que tengo yo”.
Entonces el taller de cómic no es que lo diera gente de la facultad; éramos nosotros, un grupo de gente que nos gustaban los cómics y allí nos intercambiábamos autores y tal. Nos poníamos pequeños ejercicios, en plan leer un texto y convertirlo en página de cómic. O crear equis personajes. Poquito a poco digamos que entre lo que sabíamos cada uno, nos hacíamos así formación en común.
Sala de Peligro: Has mencionado tu pasión por Disney. Si no me equivoco tu nombre artístico viene por su película de Hércules, del personaje de Megara ¿Te interesa también el mundo de la animación, profesionalmente hablando?
Meik: Hombre, a mí me gustaría, pero no sé yo ya. Yo hice bachillerato de artes y cuando terminé vinieron unos señores de la ESDIP con folletos hablándonos de esa escuela de Madrid y vi que tenían un curso de animación. Y fue como “¡Yo quiero hacer esto!” A mí siempre me han encantado los dibujos animados, me siguen encantando los dibujos animados… pero es que no me veía yo viajando a Madrid con diecisiete-dieciocho años sola y sin un duro. Al final mi opción era estudiar Bellas Artes en Sevilla, que es otra cosa que quería hacer y la tenía al lado, con una beca. “Me voy a hacer por lo menos Bellas Artes para que me formen y para por lo menos tener las bases del dibujo” Que si teoría del color, que si sombras, anatomía… en fin. En realidad, asignaturas que yo tenía en la facultad se repetían en el programa de ESDIP que estuve mirando. “Bueno, no voy a aprender allí animación, pero voy a ir haciendo por lo menos lo que hacen ellos”
Sala de Peligro: Te vamos a preguntar ahora por la asociación Carmona en Viñetas ¿Qué impacto ha tenido en el desarrollo de tu carrera comiquera?
Meik: Pues mucho, la verdad (Risas) Yo siempre lo digo. A ver, yo estoy ahora mismo dedicándome a esto porque Rafael Jiménez, el alma digamos de Carmona en Viñetas, me ha echado siempre un cable. Mis primeros trabajos pagados fueron porque él me recomendaba. Si alguien necesitaba a un dibujante él decía “Oye, pues aquí esta chica dibuja” Y así, de un trabajito a otro, pues yo a lo tonto he seguido viviendo de esto. También del encuentro de autores que hacemos todos los años ahí, pues también he conocido a un montón de gente, y lo de hacer contactos también viene muy bien.
Sala de Peligro: La mayoría de las obras que has publicado tienen que ver con la historia ¿Es un tema que te interesa especialmente y has buscado activamente ese tipo de proyectos o simplemente que ha coincidido así? ¿Te interesaría también trabajar en otras temáticas?
Meik: Hombre, ¿sinceramente? Yo no esperaba hacer cómic histórico. Ha sido más porque me ha ido surgiendo esos proyectos. Sí me ha gustado la temática, porque a mí, gustar, me gusta el cómic histórico. No es algo a lo que quiera dedicarme exclusivamente, supongo que me gustaría hacer también otras cosillas, tipo más fantasioso. A ver, que sí, estoy cómoda en el histórico, menos cuando empiezan las críticas de “¡Eso no era así!” (Risas), que no pasa siempre. Pero estaría bien ir viendo otras alternativas. Me gusta mucho la fantasía heroica.
Sala de Peligro: No es exactamente fantasía heroica, porque Nördumani trata un episodio histórico, pero sí tiene ese tema vikingo, y has declarado alguna vez que esa obra es tu niño bonito ¿Cómo fue el proceso para sacarla adelante?
Meik: Yo le tengo mucho cariño a Nördumani porque mis primeros trabajos de forma profesional, currando como dibujante, no me gustaron mucho. Yo tenía tantas ganas de publicar y dedicarme a esto que yo cogía lo primero que me ofrecían. Tenía un cliente que era muy… lo quería así y así. Yo le intentaba guiar y “No, no, lo quiero así”. Y yo no acababa contenta “No son los cómics que a mí me gustaría hacer, no me deja hacerlo como yo quiero…” Entre proyecto y proyecto que me iban ofreciendo, pues yo me iba poniendo con Nördumani poquito a poco. Por eso tardé tanto en sacarlo. Lo iba intercalando, y cuando yo me dedicaba a esas páginas, yo intentaba digamos resarcirme: “Yo puedo hacerlo mejor, y yo sé utilizar planos distintos, y poses de acción…”. Era un cómic que iba a salir con una ayuda económica, pero al final nunca llegó. Lo empecé en 2016, lo terminé en 2018, y hasta 2020 esperando a ver qué pasaba. Y ya le dije yo a Rafa, que era el guionista “Oye, esto hay que sacarlo. Porque no puede ser que ya haya pasado tanto tiempo, dándole tanto cariño y esto se quede en un cajón”. Al final lo sacamos por crowfunding y salió muy bien, la verdad. Yo me sorprendí, hubo muchos mecenas, mucho apoyo, y yo, super contenta.
Sala de Peligro: ¿Y cómo llegas a trabajar para Cascaborra?
Meik: Pues gracias a Rafa otra vez (Risas). Ya te digo, es mi padrino. Él ya estaba trabajando antes allí, o estaba haciendo entonces el de Pavía, creo, con José Antonio Sollero, y le comentó… no sé si fue Julián, el editor de Cascaborra, o si fue Rafael, no sé de quién salió la idea, de hacer un cómic de Clara Campoamor. Y entonces Rafa directamente dijo: “Este para Meik”. Me lo comentó y digo “Hombre, claro, sí, a mí me gustaría”. En 2019 fuimos al Salón de Barcelona y me encontré allí a Julián, que me dijo “Sí, he visto cosas tuyas, ¿Te gustaría hacer María Pita?”. Claro, y digo “Hombre, pues venga, sí” A mí María Pita me encantaba ella, la figura histórica, la señora con poder. Así que (yo con Cesar Herce) acabamos haciendo antes María Pita, y luego ya salió Campoamor.
Sala de Peligro: Cuéntanos, ¿Qué proyectos tienes ahora mismo, en qué andas metida?
Meik: Pues ahora mismo esto con La orden del hacha, con César Herce también, de nuevo cómic histórico con Cascaborra, que va sobre el sitio de Tortosa, una ciudad en la época de la Reconquista que se la disputaban entre cristianos y musulmanes. La premisa es que en ese momento estaban los cristianos sitiados por los musulmanes, y viéndose ya perdidos, las mujeres dijeron “En vez de quedarnos aquí de brazos cruzados esperando a ver qué decidís ¿por qué no nos armamos nosotras y peleamos a vuestro lado?
Sala de Peligro: Vamos a ir terminando preguntándote si hay algún cómic que te haya cautivado últimamente
Meik: Intento estar al día de lo que se publica, pero no puede uno dedicar a hacer cómic y comprarse todos los cómics que salen, es un poco imposible (Risas). Mira, ahora me estoy releyendo, porque tenemos un club de lectura y lo hemos elegido para leerlo este mes, el de Carta Blanca de Jordi Lafebre. Me lo compré cuando salió, me lo leí… y me lo volví a leer, porque es un cómic que se lee hacia delante y hacia atrás. Es una historia que empieza en el capítulo veinte y va hacia atrás. Y cuando te lo terminas de leer, te lo lees al revés. Me encanta, de verdad: las expresiones, las caras, cómo lo narra, todo cuadra… todo, todo. Es maravilloso, lo recomiendo mucho.
Sala de Peligro: Oye, pues muchísimas gracias; no te robamos más tiempo, que bastante te hemos entretenido y sabemos que tienes por delante las sesiones de firmas.
Meik: A vosotros, suelo ponerme bastante nerviosa en las entrevistas, y hoy no ha sido así, me he sentido muy cómoda.