Juan Torres, alias El Torres, es uno de los guionistas españoles de cómic más prolíficos de la actualidad. Su carrera viene de largo, y en los últimos años, tras una experiencia publicando él mismo sus obras en Estados Unidos mediante su sello Amigo Comics, cofundó la editorial Karras para dar salida a sus proyectos más personales. De ahí han salido por ejemplo dos volúmenes de su trilogía de Howard, utilizando a los populares Conan y Solomon Kane, personajes en el dominio público de la propiedad intelectual creados por Robert E. Howard, sobre los que aplica su propia visión. Una mañana de sábado a primera hora, en el muy agradable marco del Festival del Cómic Europeo de Úbeda, El Torres fue tan amable de contestar a un puñado de preguntas que le hicimos mediante una distendida conversación.
Sala de Peligro: Cuéntanos, después de tres años ¿Cuál es el balance y la experiencia con Karras Cómics?
El Torres: Me ha sorprendido mucho, porque Karras era un poco un proyecto para publicar más de lo que estaba haciendo, y digo, bueno, son cosas que no van a tener una gran aceptación, porque son los tebeos que a mí gusta hacer, los que en otros sitios no me dejarían publicar un Sangre Bárbara o un Apocalypse Girl. Pero bueno, cuando sucedió la situación con… dejó de estar Ricardo Esteban en Dibbuks y tal, pues… me encontré que podía ser un problema y lo que me salvó fue la aparición de Cristina (Carrasco, CEO y editora de Karras): “Sí, bueno, vamos a hacerlo, no te dediques a hacer fanzines, vamos a montarlo medio bien”. Y la experiencia ha sido muy positiva: realmente estoy agotando tiradas que antes tenía en otras editoriales durante un periodo de dos años, y ahora pasan dos semanas y desaparecen, vuelan. Y es como “¡Guau!”.
Lo que pasa es que estamos jugando a un juego fuera de los parámetros habituales de cómo se hacen las cosas aquí. Sencillamente el decidir que no vamos a pasar por lado de la distribuidora tiene sus cosas buenas, y tiene un montón de cosas malas también, porque claro, no llegamos ni a las grandes superficies, ni a las grandes librerías y tal. Yo, la verdad es que me ha permitido dedicarme a escribir mientras que Cristina, Ana y Bea, y el resto del equipo se encargan de las funciones editoriales, así que yo, más feliz que una perdiz. Yo nunca me he considerado editor, y si lo hubiera sido, un editor malísimo. Porque en España el ser editor per se no solo te exige un conocimiento y una dedicación casi exclusiva al tema de editar; es también jugar con unos números y un tema empresarial en el cual pues al editor-fan le pierde. “¡Ah, es que quiero sacar esto!” Te estrellas o no sabes manejarlo bien o hay detalles que tú no le das importancia, pero sí que la tienen. Entonces, el encontrar una editora como Cris dedicada a ello y tal, y yo dedicado a “Bueno, pues voy a hacer mis tebeos y que sea lo que dios quiera” la verdad es que ha sido una maravilla. Ahora mismo con Karras estoy contento no, lo siguiente.
Sala de Peligro: ¿Cuál es la relación entre el Phantamagoria con arte de Joe Bocardo y el publicado en USA por Amigo Comics y dibujado por varios autores?
El Torres: La verdad es que lo que iba a hacer Joe era dibujar los tres últimos capítulos, pero cuando lo estábamos haciendo, “Bueno, pues lo sacamos, hablo con el resto de autores y sacamos todo en un tomo”. Pero como hubo esos subibajas tan grandes, cuando lo estaba viendo, era como “Buf, va a quedar muy Frankenstein”. Y esto en un comic-book norteamericano la gente lo lleva bastante bien sin problemas porque lo que le interesa es el personaje básicamente. Tú te encuentras cuatro autores distintos en un tomo de Batman y no te va a chirriar demasiado. Pero en una cosa independiente sí te chirría mucho, así que… “¿Joe, tú quieres hacer el resto?”. “Venga, adelante”. Y ya de paso refinamos cosas, volcamos más hacia el terror, que el otro estaba volcado más hacia el tema fantasía, más aventurero. Pero con Joe y ese dibujo tan chulo volcamos más hacia el terror, incluimos páginas nuevas, cambiamos muchísimo del enfoque de la historia y ya completamos el tomo y la verdad es que estoy muy contento.
Sala de Peligro: Pero básicamente cuenta la misma historia, simplemente es una especie de remake ¿no?
El Torres: Hay más de remake que de contar lo mismo. Obviamente está la base, ¿no? La primera parte de la historia es así pero luego empezó a desviarse todo más hacia el lado terror, y hay secundarios que yo los iba a sacar para matarlos, pero Joe “No, no, hay que utilizarlos”. Y cambió, cambió muchísimo todo. Cambiaron los diálogos, personajes… pero eso es normal. Cada vez que cojo un tebeo mío digo “Uf, esto está horrible, voy a…”. El síndrome George Lucas, le llamo.
Sala de Peligro: ¿Y en qué punto está Amigo Cómics y el tema de publicar en Estados Unidos?
El Torres: No, ya el tema pandemia nos acabó de matar. Pero aparte, estábamos muy insatisfechos con Amigo porque salió para sacar mis cómics y de los amigos que se quisieran apuntar. Y en el último momento estaba yo trabajando más arreglando los cómics de otras personas que en los míos. Había dejado de producir mis cosas para estar trabajando en los cómics de otras personas. Había que traducir, había que rotular y muchas veces, pues había que cambiar casi todos los diálogos porque no… Así que piensas “¿Qué estoy haciendo?”. Y luego llegó la pandemia, Diamond cortó el asunto y eché el freno. “Bueno ya está. Ya no… Esto es ya pelear contra cosas demasiado grandes y no se va a poder”.
Y a día de hoy, sí, Amigo sigue estando digamos activa administrativamente, sigo recibiendo las notificaciones de Diamond, pero incluso todo lo de la distribución ha cambiado mucho en Estados Unidos. Porque antes, sí podías concentrarte en sacar las cosas por Diamond, pero ahora hay varias. Antes sí, igual Diamond te decía “Tienes que sacar un mínimo de…” nosotros no llegábamos nunca al mínimo, pero como les gustaban los tebeos, pues los seguían sacando. El problema ahora es que claro, no se vende… para una independiente, Diamond no llega ser del todo rentable sobre todo en el sistema grapa. Muchas independientes están encontrando su campo en las librerías. Y el sistema de distribución de las librerías generalistas, con Walmart o una cosa así, se parece mucho al que tenemos aquí: devoluciones y con toda la pesca. Y eso es inviable si no estás allí. Requiere presencia, requiere almacenaje, requiere un montón de cosas que… Antes, claro, era relativamente sencillo, aunque se perdía dinero siempre, pero era relativamente sencillo el coger y decir “Bueno, envío los ficheros, se imprimen aquí, se envían para allá”, que durante un tiempo estuvimos así, y ya subieron los precios de los combustibles, o se perdían los libros en aduanas… unos circos de tres pistas… Y ya se imprimía directamente allí, enviabas las copias, pagabas imprenta y poco más. Pero es que estaba en ese bucle, y no estoy… si fuera que estoy sacando mis cómics y los cómics de los compis, pues estupendo. Pero al final, claro, digamos un poco que quise hacer demasiado y con quien me junté no era la mejor opción.
Sala de Peligro: Mirando el otro día la versión original del Lucky Devil de Cullen Bunn y Fran Galán vi que lo habías rotulado tú, que trabajas mediante esa faceta profesional tuya en el mercado estadounidense. Son bien conocidos los numerosos ejemplos de dibujantes españoles triunfando en Marvel, en DC, en independientes… Sin embargo, las editoriales norteamericanas no parecen animarse en general a contratar guionistas de fuera del ámbito angloparlante, ni siquiera en casos como el tuyo, de un escritor con trabajos publicados y alabados por la crítica allí.
El Torres: Es rarísimo. Yo todavía no le pillo explicación. O sea, estos trabajos de rotulista y tal, realmente salen porque Fran dice “Oye, para dárselo a un rotulista de la casa, voy con el mío” “Ah, sí. ¿Quién es? Lo ponemos en cubierta” y yo “Vale, gracias” (Risas) Rotular me gusta muchísimo como parte final de darle corpus a tu propia obra, ¿vale? Yo he aprendido a rotular para mis tebeos. Porque puedes volver, cambiar el significado de lo que estabas haciendo con una nueva perspectiva a un personaje. Sobre todo, depurar el asunto. O sea, yo a todos los guionistas que hay por ahí les digo “Aprended a rotular, aunque sea mal, para que otra persona…” porque muchas veces tendemos a sobreescribir demasiado o a escribir demasiado poco, y ese toque de la rotulación te da esa última oportunidad para sintetizar o desarrollar. Porque muchas veces es “John dice: Me siento muy triste, la cosa va muy mal”. Y eso lo ha explicado el dibujante con una mirada, y ese texto es superfluo, ya no es necesario. Te permite, aprendes, a cambiar el estilo, con el dibujante… ese tipo de cosas y es muy emocionante. Porque si haces bien tu trabajo pasa desapercibido del todo. Si lo haces mal, canta de una manera enorme, y aquí lamentablemente en España, es que se sigue obviando, y rotulando muy mal. Por rapidez, pero ya no puedes decir que es por falta de medios técnicos porque estos están ahí y son muy accesibles. Entonces no sé por qué no se rotula mejor. Está bien porque ahora se está juntando un grupo así de gente, no solo de rotulistas, sino de autores también y se preocupan mucho de hacerlo, pero eso, es el arte invisible dentro del arte invisible que es el cómic.
Y, claro, explicación de por qué es más fácil encontrar trabajo como rotulista que un proyecto completo con autores con los cuales pues tú los conoces o son amigos… es muy raro. Creo que en cierta manera es por el asunto de las IP’s, de las marcas. Las editoriales, cuando pueden vender un producto o.… todas estas miniseries, que están saliendo muchísimas, y se opcionan casi al momento. De hecho, hay muchas pequeñas editoriales que están apareciendo como setas porque van la editorial y el departamento de venta de derechos cogiditos de la mano. Y el cómic se convierte en el pasquín “¡Mira qué guay está esta idea que hemos desarrollado!” …se hace todo con las leyes de Estados Unidos. En Europa tenemos unas leyes completamente distintas. Lo que no quiere ninguna editorial es que le dé un arrebato a un autor que con la ley europea de su lado pueda decir…. Esa cosa de que casi todos los guionistas o están viviendo en Estados Unidos, o son norteamericanos o anglosajones y se acogen a esa legislación. La nuestra es la europea, que ampara muchísimo a los creadores. Sí, ahora mismo pues sí voy a sacar un par de cositas más, el Phantasmagoría sí va a acabar saliendo en Estados Unidos y tal, pero… es que da igual, que he ido con Carlos Pacheco del codo cogidos los dos y hemos dicho “Vamos a hacer un tebeo juntos” y “Ayyyyyyy… es que no sabemos” (Risas)
Sala de Peligo: Oye pues hablando de las diferentes legislaciones en Europa y Estados Unidos, te voy a preguntar por la Trilogía de Robert E. Howard. Viéndola, da la sensación de que tienes un conocimiento exhaustivo de la obra del tejano. ¿Eso es porque te has documentado o es una pasión previa tuya?
El Torres: A ver, siempre me ha gustado mucho. Y bueno, hay muchísimos expertos. Pero expertos a niveles abrumadores. Conocía que había una sociedad Robert E. Howard en Estados Unidos, se pusieron en contacto con nosotros y me han pasado artículos, libros enteros con unos estudios que digo…” Voy a echarles el freno” porque si no es demasiado. Howard me ha gustado muchísimo de siempre. No hay que echarle un vistazo a mis tebeos para ver que siempre ha estado ahí la espada, la brujería, el tema Conan, el tema terror… Me ha apasionado desde siempre, y a la hora de escribir el Sangre Bárbara, El Puritano o el siguiente, no es tanto decir “Voy a escribir mucho sobre el tema Howard para ser específico y tal” sino despertarse en las sensaciones que tenía con esas lecturas. Entonces, ha habido cosas que me han gustado muchísimo y hay cosas pues que no me gustan, porque no coincido con esa vertiente. No porque sean mejores o peores sino porque el personaje deja de ser un personaje para convertirse en una barca. Y yo quería volver al personaje y a esas sensaciones que teníamos todos cuando nos cayó la primera Espada Salvaje en las manos: “¿Qué es esto?” es lo que causa ¿no? Y era como “Si yo me lo tuviera ahora que hacer, ¿Cómo lo haría? ¿Cómo me aproximaría?”.
Te vuelves a releerlo todo, lo pasas pipa, esa es la parte divertida; buscas los Weird Tales originales, te lees tus biografías de Howard y demás, pero lo que tienes que mover, eso en todas las historias, lo que quieres lograr, la pasión de contar las historias, eso es lo importante. Lo demás es todo trucos de magos. Sí, porque pones a Howard escribiendo y tienes ahí la librería en el fondo y son los libros que él leía, ¿no? Pero eso son diez minutos de búsqueda.
Los cómics tienen muchas funciones, pero lo importante es contar la historia. Y si sabes y tienes muy claro cómo quieres contarla y a qué te quieres referir, lo demás tiene que acompañarlo. Pero el motor principal tiene que ser ese. En este caso, yo quería esa sensación.
Sala de Peligro: Hablando de eso, es curioso porque la última entrega de la Trilogía está protagonizada por El Borak, un personaje muy desconocido ¿Por qué no otros como Kull, Bran Mak Morn o incluso Dark Agnes?
El Torres: Bueno, al principio fue “Vamos a ver si sacamos a Red Sonya de Rogatino y…” y el primer esquema de la historia era Red Sonya en el asedio a Viena justo cuando los arcabuceros españoles estuvieron en la muralla más jodida pegando tiros. Porque está en las crónicas de la historia, es muy fácil insertar al personaje ahí; esa era la primera idea. Pero cuando te sientas piensas “¿Sobre qué estoy escribiendo?” Porque se llama Trilogía de Howard y estás tocando una serie de temas, que no es que yo me sentara y dijera “¡Voy a hacer una serie de temas profundos para tocarlos!” sino que cuando estás escribiendo te das cuenta sobre lo que estás escribiendo realmente. Estoy escribiendo sobre el legado realmente, son personajes que, digamos, la gente más joven puede ver de una manera caduca —tú lo hablas con cualquier chaval, le hablas de Conan, le hablas de Solomon Kane o le hablas de cualquiera, y todo le va a sonar caduco “Sí, eso es antiguo, eso es…” — y dices, claro, los personajes tienen que ser mayores. Las historias tienen que ser crepusculares. Y, sobre todo, son historias de legado. Tanto El Puritano como Sangre Bárbara son historias de legado y desde el punto de vista de esos personajes que más allá incluso de su ancianidad siguen siendo muy imponentes y siguen marcando una pauta que va más allá. Otra cosa es que queríamos también que fuera bastante realista, el concepto de no hacer lo típico de poner diez mil muertos vivientes que es tan clásico, el héroe ahí, con un hacha y una espada, y todo este tipo de cosas, sino que tiene que ser todo, dentro de lo fantástico porque todo es fantástico ¿no? pero tiene que ser todo muy recogido, muy intimista, porque lo que… obviamente que tenga sus momentos épicos, pero tiene que ser todo muy intimista.
Claro, los dos primeros personajes los tenía muy claros. Cuando hice Sangre Bárbara dije “Voy a estrellarme, me van a tirar piedras. Vamos a hacer el tebeo porque nos está molando hacerlo, pero esto no va a llegar a ningún lado, pero vamos a sacarlo”. Y fue muy bien, sigue yendo muy bien realmente. Y ya cuando hice el segundo, Solomon Kane, fue con Jaime, y bueno “¿Por qué El Borak?” Voy a hacer un pequeño spoiler aquí. El Borak fue el primer personaje que creó Robert E. Howard, con unos diez añitos, que tiene todas las mezclas de la fantasía, del explorador blanco en un oriente casi mítico y demás. Es el primero cuya descripción física se parece mucho a la de Howard. Realmente todos sus personajes eran trasuntos de a lo que Howard aspiraba, soñaba en ser. Pero el que más se parece a él es El Borak. Y de eso trata la historia. Este tomo se llama Dos Pistolas, porque Robert E. Howard era también conocido como Dos Pistolas Bob.
Sala de Peligro: Sí, así le llamaban en el círculo de Lovecraft
El Torres: Eso es, y El Borak sale con sus dos pistolas. Este va a ser muy divertido. A ver, voy a hacer un pequeño truco de magia, voy a intentarlo: contarte una historia cuando realmente quiero sorprenderte con otra. Pero en esta, es un El Borak con sesenta y pico años también, pero ¿qué tenemos? Que es el año 1936: Nazis. Va a ser un Indiana Jones muy divertido. Va a ser muy pulp… pero es con lo que trato de distraeros; lo que voy a tratar de contar es otra cosa.
Sala de Peligro: Aprovechando que ha salido por ahí…aparte de Espada y Brujería, se tiene la idea de ti principalmente como de escritor de terror ¿Has tenido en mente hacer algo parecido con la obra de Howard Phillips Lovecraft, también en el dominio público de la propiedad intelectual?
El Torres: Sí, muchísimo. De hecho, en el último Bribones hicimos una pequeña sátira con los personajes. Pero el tema de Lovecraft es que lo estoy dejando reposar un poco porque nos hemos dejado llevar por los monstruos. Y entonces en lugar de ser sobre terror es sobre Kaijus, bichos grandísimos que lo aplastan todo. Me falta ese elemento terrorífico de un algo inabarcable que no podemos traducir y el ser humano no es nada respecto a ello. Si me aproximo a Lovecraft sería así. Pero lo que está esperando todo el mundo es el muestrario de la pescadería y bichos gigantes aplastando ciudades. Que a mí me encantan, por otra parte. O sea, hay una cosa a la que tendría que recurrir, que tendría que aparecer: el gran Cthulhu de fondo y un maremoto gigantesco detrás arrasándolo todo. Pero eso no es terror. Eso es Kaiju. Es muy divertido, pero…
Entonces, si me aproximo a Lovecraft tiene que ser así. Y ahora mismo hay muchísimo, hay demasiado. Entonces tengo que sentarme y decir “¿Qué es realmente lo que quiero contar sobre Lovecraft”? Que si quiero hablar sobre la locura, u otro montón de cosas… No llevaría a.… bueno es que también está Alan Moore, que ha sacado Providence y demás, que es un estudio bastante profundo. No iría por ahí, pero también es imposible que después de haberlo leído no te deje un cierto poso, aunque lo que hizo Moore pues fue todas las fobias de Lovecraft trasladarlas dentro de la historia, todo el tema sexual, su xenofobia, todo lo ha marcado ahí. Entonces ¿Qué es lo que puedo contar yo? Lo tengo ahí, mira que soy fan en demasía, pero lo tengo un poco paradete. Algún día.
Sala de Peligro: Hace poco comentaste en redes sociales que has decidido descartar la posibilidad de que tus obras se adaptasen a medios audiovisuales. Cuéntanos un poco tus motivos.
El Torres: Pues es que ha sido una historia tan extenuante que en el momento en que solté eso (que lo medité, no fue una pataleta) fue un alivio enorme, como “Buf, me he quedado super tranquilo” Y lo que me ha sorprendido es que no he sido el único, porque al mismo tiempo ocurrió lo de Jeff Smith, Erik Larsen también hizo declaraciones al respecto… un montón de autores independientes diciendo “Idos a la porra”. En esta vorágine que estamos viviendo de hoy día de adaptaciones de cómics, donde el cómic es un pozo, siempre lo he dicho, un pozo de ideas, una piscina brutal: al mes salen trescientas ideas nuevas, dices “Ah, esto funciona, esto sí, esto no”. Y uno se deja… no solo por el tema mítico de “Te vas a hacer rico” sino porque dices “Lo voy a ver en imagen, lo voy a ver en tal”. Y las intentonas que ha habido han sido, bueno, a veces un pequeño chasco, pero otras te dan mucha alegría, sin importar los medios, como con Iván y demás con Camisa de Fuerza.
Tenía ocho de mis tebeos opcionados. Y lo que ocurre es que no trabajas, porque te están llamando toda la semana tres horas para hablar sobre la vacuidad de la nada. Porque al final es nada. “Este personaje tal tal tal tal….” Y ya está. Y entras en una dinámica como en los cómics: todos compartimos las ideas. Ya estás viendo por aquí que estamos tres-cuatro autores y no nos importa hablar del cómic que vamos a hacer, porque no creemos que vaya a venir nadie a robarnos las ideas y hacer su propia historia. Eso en cambio en el cine es peligroso. No, porque tú entras con esa dinámica, sueltas un porrón de ideas, alguien toma nota y luego las ves trasladadas. Pero claro, pues son ideas, están flotando en el aire. “Esto lo solté yo y ahora ¿Cómo es que está ahí?” Luego, otra cosa que pasó, con todo ese maremágnum, parece que tu vida tiene que rotar en torno a eso porque la adaptación es algo importante, es algo que va a cambiar tu vida y tal. Y de repente, hace la comunicación “¡Zasca!” y se corta. Te quedas así y dices, “Bueno, voy a llamar, no voy a dar mucho por saco”, pero eso, podemos hablar de meses. Los meses se convierten en años hasta que los derechos expiran y entonces dices “Bueno, no ha pasado; no ha salido, no han dicho que no ha salido, pero no pasa nada”. Pero te vuelven a llamar y empieza otra vez ese ciclo. Y es un ciclo de subibaja y un cansancio enorme, y es que si dijeras “Es que me están pagando muy bien por la opción…mil quinientos euros. ¿Qué es lo que pasa?
Y luego ya una cosa que notaba y que me enervaba muchísimo es el desdén. El desdén por el tebeo. Porque quizás a la persona que quiere hacerlo le apasiona, quizás le gusta. Pero el entramado este industrial, lo primero que hacen es coger a tu criatura, la ponen en la mesa y la despedazan ¿vale? Pero no la despedazan diciendo “¿Cuáles son los recursos” sino “A ver qué le cambiamos por qué”. Hay un cómic que salió, de Hellraiser, que es una cosa rarísima: es un escritor que está en el infierno. Entonces, (Kevin O’Neill era el dibujante) estaba escribiendo un guionista que había muerto, no se daba cuenta y seguía escribiendo. Y saca un niño y le llega el demonio y le dice “Uf, esto está genial, pero hay gente a la que esto no le gustará”, y le arranca el pito. Y el escritor “Me lo has matado, me lo has destrozado” y dice el demonio “Espera un momento”, le arranca el corazón. Y dices “Ya no se molestan en ponerles corazón a las criaturas” y en aquel momento, todos de reír, “Ostia, que chulo, que idea” … y dios, que razón tiene. Es tal cual, lo despedazan. Sobre todo, con ese “¿Qué nos gusta? Vamos a cambiarlo todo”. En Roman Ritual, por poner un ejemplo. “Es que no puede ser El Papa, tiene que ser un obispo. Y en lugar de ser este personaje, va a ser otro, completamente distinto que no tiene nada que ver” ¿Por qué? Esa no es mi historia. Y tampoco es que sea una historia que haya vendido cientos de miles de ejemplares, que con el nombre vaya a atraer más público.
Ese es uno de los motivos, esos subibajas emocionales, de “Mañana vas a salir y te vas a comer el mundo” al absoluto ostracismo. O sea, estamos en el campo de los tebeos, creo que sabemos manejar las frustraciones mejor que nadie, que te digan que no. O sea, “No me gusta” Pues fuera. Creo que lo sabemos hacer mejor que nadie. Pero en este campo es muy complejo. Y fueron ocho, nueve subibajas y me dije “¿Para qué? ¿Tengo necesidad de esto?” O sea, me voy a morir pobre como una rata, pero tengo un techo, mi pareja trabaja, puedo hacer los cómics que a mí me gustan. El de Sangre Bárbara lleva mucho de eso. O sea, la recompensa emocional que ha tenido, y que ha permitido que Karras se consolide. Y era el tebeo que en ningún lado me hubiesen dejado hacer y que yo… “¡Tengo que contarlo!” Y creo que es uno de los mejores tebeos que he escrito. Pues ahí está el camino, en sentirte bien haciéndolo y tal. Y si llegan musas de “Oy, es que vamos a hacer esto y vamos a tal”, ya no es… He escrito guiones de adaptaciones, porque me resultaba más fácil, en lugar de conversaciones “¿Y qué te gusta?” y tal, “Espera, te escribo el piloto yo. Y entonces, luego lo cogéis y lo despedazáis” pero, “¿Qué es lo que me gustaría? Yo te escribo el piloto” Y yo he escrito pilotos de varias de mis obras en plan de para demostrar. Luego por ahí te dicen “Oye, ¿tú sabes que un piloto cuesta el guion quince mil euros?” Y yo estaba haciendo esas cosas por mil quinientos euros, una cosa así. Y es como “Vale, sí, estoy haciendo un poco el panoli llevado por la pasión”. Es como tratar de trasladar lo que hacemos con los tebeos a otro lado. Y es un lenguaje, y es una industria, y es una maquinaria, pero, sobre todo, un juego, muy distinto. Entonces “¿Quiero seguir jugando a este juego? No. Corto” ¿Significa “Ay, ya no quiere nada con el cine, es un Alan Moore de la vida?” No, a ver, por ejemplo, he escrito el guion de Vampira que no está basada en una de mis historias, es para una película de bandoleros y habrá otras, El otro lado, y habrá más cosas. Pero ¿por qué? Porque escribo yo el guion, Iván me deja estar involucrado y no me importa que por eso pues no tenga una retribución económica de plataformas, ni nada de eso, sino “Oye, esta noche te invitamos a cenar” “¡Bien, vamos adelante!”. Pero sentirte bien haciendo ese trabajo y demás, y que salga como salga, eso es lo de menos…la cosa es que tratas de contar esa historia y que le llegue. Así sí. Pero el juego este de Hollywood cutre, porque es un juego de Hollywood muy muy cutre, pues no tiene nada que ver. Eso no significa “Te has peleado con todo el mundo del cine”. Hombre, sigo teniendo muchos amigos en ese campo ¿no? Y muchísima gente a la que admiro y que sigo su trabajo. Yo solamente he dicho que, si quieres una adaptación de las mías, ya es el no por delante. Ahora me tienes que convencer para que yo diga “Bueno, vamos a mirarlo”. Pero ya no es como siempre “¡Ay, sí venga! Y te hago el guion. Y bailo si quieres, y tal” No. Ya es el no por delante.
Sala de Peligro: Muy bien, oye, pues no te vamos a retener más. Muchísimas gracias, de verdad.