Jeff Loveness, el absurdo camino de un guionista accidental de comedia

Las grandes historias tienen pequeños inicios. Si no, que se lo digan a Jeff Loveness. Su breve, pero contundente, carrera es una demostración muy clara de esa afirmación. Como lo es también de que la vida es un lugar caótico, impredecible en el que el factor suerte domina más cosas de las que los maniáticos del control están dispuestos a aceptar.

Este es un escritor que tampoco pareció tener claro su devenir desde un principio. De hecho, su formación no iba encaminada a dedicarse a escribir. Eso sí, su vida siempre ha estado definida por un voraz apetito por cómics y comedia. Aunque nunca lo consideró como una opción viable.

A pesar de ello, optó por mudarse a California para estudiar Bellas Artes en la Universidad de Pepperdine. No estaba exactamente en la meca de la industria del entretenimiento, pero no se alejaba demasiado de ello. En ese contexto, descubrió The Onion (un medio de noticias falsas satíricas de Estados Unidos similar El Mundo Today). Leer esos artículos compulsivamente junto a su bagaje anterior fue su escuela de guion. De hecho, este medio supone para él el gran culmen de lo que debe ser una comedia. En sus propias palabras: “Siempre lo he visto como la forma más pura de comedia. Es afilada, descomprometida, oscura y siempre tiene la razón.”

Durante ese periodo fue trabajando como becario en distintos lugares, a la vez que comenzaba a tener una crisis existencial inevitable. ¿Realmente es eso lo que quería? Para evitar caer en esa vorágine de autodesprecio, probó suerte enviando a The Onion un artículo que podría ser publicable. Aunque, como es lógico, el medio le comunicó que no aceptaban material no solicitado.

El giro inesperado se produjo cuando le enviaron un mail comunicándole que hiciera una prueba mandando 10 posibles temas para la web. Loveness, sin terminar de creérselo, lo hizo. Y gracias a ello pasó a formar parte de la plantilla. Eso, finalmente, hicieron que se le abrieran las puertas del cielo y fue el primer paso de una carrera increíblemente ascendente.

En paralelo, Jeff decidió probar suerte haciendo videos paródicos para Youtube. La plataforma todavía no había eclosionado del todo y, a pesar de lo amateur que parecían, sí que se intuía un conocimiento de los recursos formales y del ritmo cómico. Prueba de ello son este par de ejemplos:


Eso le permitió seguir creciendo y ganándose su espacio en The Onion, puesto que pasó a convertirse en creador y guionista principal de The Onion Network, la vertiente audiovisual del medio. Pero no solo eso, si no que estos videos, por algún motivo todavía por conocer, terminaron en manos de Jimmy Kimmel que, ni corto ni perezoso, le ofreció unirse a su sala de guionistas.

Ahí fue donde verdaderamente aprendió de la élite de la industria del entretenimiento. El trabajar generando ideas para sketches en un ritmo diario curte a cualquiera, pero lo cierto es que Jimmy Kimmel tuvo olfato con este joven (entró a trabajar ahí con tan solo 22 años). Ahí consiguió destacar por su creatividad hasta tal punto en que no tardó en ostentar un puesto preferencial. Y no es para menos, como demuestran algunos de estos sketches que, todavía a día de hoy, siguen siendo de los más recordados del programa.

Sea como fuere el célebre presentador, contó con él para escribir los guiones de las galas de los Oscars y de los Emmys que presentó. Este fue su primer trabajo de importancia internacional y lo solventó con una gran habilidad para el ritmo. Puede que parezca poco siendo resumido, pero invirtió seis años de su vida de la mano de Kimmel.

Pero si algo faltaba, era su salto a la ficción. Y, una vez más, su camino le condujo a un lugar tan deseado como inesperado. De la mano de Gerry Duggan (guionista que también se movía por círculos cómicos) logró entrar dentro de Marvel en 2014. Participó en algunos tie-ins y especiales de grandes crossovers aunque algo anodinos… Lo suficiente como para que confiasen en él para lanzar la serie en solitario de Groot y para tomar las riendas de Nova durante unos cuantos números. A pesar de que esas sean sus únicas series regulares, no se ha desvinculado de la compañía puesto que recientemente ha participado en la etapa de Wells y de Romita Jr. en Spider-Man.

Resulta muy particular su situación de guionista de cómics que trabaja, en paralelo, en algunos proyectos audiovisuales de envergadura. Y lo es más si se tiene en cuenta que esto nace de su amor al medio y con publicaciones continuadas y no eventuales. Eso ha demostrado ser un todoterreno a la vez que siguió desarrollándose creativamente.

¿Y qué pasa con su relación televisiva? Ya tocaba emanciparse de la sombra de Kimmel y en 2019 cuando pasó a formar parte de la sala de guionistas de la disparatada serie de culto Miracle Workers, protagonizada por Daniel Radcliffe y Steve Buscemi. Ahí ejerció el puesto de story editor, algo así como un puente entre la sala de guionistas y producción.

A pesar de que no fuera una serie de un éxito apabullante, lo cierto es que fue celebrada por un pequeño círculo en el que, seguramente, estuvieran Dan Harmon y Justin Roiland. ¿Qué significa eso? Que tuvo la oportunidad de trabajar en la cuarta temporada de una de las series más rompedoras del momento: Rick y Morty.

En esa temporada escribió algunos de los episodios más memorables, como el 4×04, en el que hay una oda a la fantasía pasado por su desmitificador filtro. Pero su paso no será recordado por ese episodio. Por el contrario, en sus episodios exhibió un fortísimo músculo a la hora de desgranar, deconstruir y reformular los recursos estilísticos narrativos, formales, cómicos y estilísticos, si no que iban al corazón de cómo y por qué se construyen las historias. Ahí quedarán los episodios 4×06, 4×07 y 4×08 atestiguando todo ello.

Su paso por la serie fue disruptivo en una serie que, precisamente, se caracteriza por su radicalidad. Tiene una capacidad de adaptación fuera de toda duda. Y es alguien que domina las narrativas complejas. Y eso es incuestionable.

Y luego vino el último giro de guion, el clímax sorprendente pero inevitable de esta historia. Kevin Feige cuenta con Jeff Loveness para escribir Ant-Man y la Avpisa. Quantumania. La película no sólo iba a ser un paso más en la historia de Scott Lang, si no que se pretendía que el espectador tuviera un viaje lisérgico y espectacular por el mundo cuántico. Ah, y tendría se ser la introducción definitiva de Kang, el villano llamado a ocupar el puesto que dejó Thanos.

Es la primera vez que Jeff tuvo que afrontar la escritura de una película de estudio y, además, de gran presupuesto. No es la persona más evidente para esta misión. Y la verdad es que todavía estaba algo verde. Si bien, se entienden los motivos que llevaron a Feige a tomar esta decisión (de hecho, no ha sido el único guionista de Rick y Morty que ha terminado escribiendo algo para esta compañía), lo cierto es que este filme no ha funcionado como debiera.

Sin embargo, son tiempos de cambio para Disney. Y Marvel Studios ha aprendido de sus errores, a la vez que ha sabido formar plantilla. De algún modo, hay planes más grandes y Jeff Loveness va a formar parte de ellos. Y es que es el guionista de Los Vengadores: La Dinastía de Kang. Al fin y al cabo, él es quien ha introducido al personaje en el UCM y algo de experiencia multiversal ya tiene.

En cualquier caso, hay unas dudas lógicas, a juzgar los modestos resultados de la tercera película, de Ant-Man y la Avispa. ¿Convencerá de una forma tan impactante como lo hizo Infinity War y Endgame? El tiempo lo dirá… Y tanto Jeff como Kang son dos expertos en la materia.