Título: The Resistance |
Guión: John Michael Straczynski |
Dibujo y color: Mike Deodato Jr. |
Edición Original: AWA Studios |
Color: Frank Martin |
Formato: Grapa de 34 páginas a color |
Precio: 3.99 $ |
Los cómics de superhéroes son, siempre han sido y deben ser un reflejo de la época en la que fueron concebidos. ¿Acaso el paradigma de la Marvel de los sesenta no fue el antiautoritarismo en la época hippie? ¿No surgieron muchos superhéroes en los años cuarenta para animar a las tropas combatientes durante la segunda Guerra Mundial? ¿En el caso Watergate no se publicó cierta saga llamada Imperio Secreto? La lista se podría prolongar ad eternum.
The Resistance, el debut de AWA Studios (la editorial capitaneada por los ex editores de Marvel, Bill Jemas y Axel Alonso), ha optado por no alejarse de esa receta secreta de la persistencia de los superhéroes a lo largo de las décadas.
Y se han nutrido de dos artistas con los que han trabajado en la citada major. El primero es un Joseph Michael Straczynski que salió bastante quemado de las interferencias editoriales y el segundo es Mike Deodato Jr., en busca de nuevas aventuras en el mercado independiente.
La premisa parte de un virus de origen desconocido que extermina al 95% de la población, sin posibilidad alguna de salvación. Y, parte del 5% restante, obtiene superpoderes. Aunque solo puede ser leída esta premisa como una coincidencia triste, teniendo en cuenta las circunstancias en las que la humanidad nos hemos visto sometidos, el tratamiento, en este contexto, se antoja como algo morboso e innecesariamente explícito y trágico. Tal vez, retrasar el número o modificar el contenido, hubiese sido una buena idea.
The Resistance entra en diálogo constante con el acervo cultural de la Historia del subgénero. Casi se podría decir que roza el plagio de obras de Alan Moore: la deconstrucción superheroica de obras como Watchmen o Miracleman. O, sin ir más lejos, en la adaptación cinematográfica de V de Vendetta, un gobierno fascista se alza tras una pandemia. Curiosamente, la película está producida por las hermanas Wachowski, colaboradoras del bueno de Michael.
También bebe de los trabajos previos del propio autor. Un virus que otorga poderes es un recurso heredado de su Supreme Power. Aunque, las “inspiraciones” Rising Stars, en la que se explica el encaje en el mundo de una serie de elegidos que obtienen superpoderes en el vientre de sus madres, tras las caídas de un meteorito. Solo puede ser leído como una actualización del concepto a esta era, con un estilo y unos temas completamente diferentes. Además, este cómic nace con una clara intención internacionalista, una de las que serán las señas de identidad que busca AWA.
Por otro lado, también tiene un referente clarísimo: la saga literaria Wild Cards (nacida en 1987), proyecto capitaneado por George RR Martin, muchísimo antes de que alcanzara la fama que ahora ostenta. Esta saga literaria de superhéroes de unas 40 novelas escritas por distintos talentos se desarrolla en unos años ochenta alternativos en los que, en 1946, cayó una nave alienígena que propaga un virus acaba con el 90% de la vida humana. Del 10% restante, un 1% consigue superpoderes y un 9% se convierten en unos monstruos convenientemente llamados, Jokers. No es la única aproximación de esta saga al mundo del cómic, ya que contó con una adaptación publicada en el sello Epic.
Aparte de todo ello, el cómic de Straczynski resulta un tanto arriesgada la elección en cuanto el ritmo. Normalmente, se intenta presentar rápido el conflicto principal para intentar captar la atención del lector. Sin embargo, aquí nos encontramos con un cómic pausado en la que la mayor parte de las escenas tienen que ver con la contextualización del universo de la historia. No es hasta la segunda mitad del número hasta que no tenemos la aparición de lo superpoderes. Y lo hacen de una forma que poco o nada tiene de acción.
La presentación de los personajes superhéroicos está caracterizada por ser en un par de escenas en las que lo trascendental es la caracterización. Tenemos a una gemela que llora la pérdida de su hermana y otra mujer que observa una injusticia. JMS, en el epílogo da un par de claves de lo que podremos esperar: por un lado, le interesa la aleatoriedad de la obtención de superpoderes, que los obtengan todo tipo de personas con todo tipo de intereses y moralidad. Y, por otro, las consecuencias morales de las acciones de los personajes. Se preveen, por tanto, historias character driven, en las que los conflictos internos serán lo que tengan mayor peso.
Pero también se ve un comentario clarísimo respecto a la administración Trump y el peligroso ascenso de la utraderecha que estamos sufriendo en Occidente. Se puede apreciar un reflejo de la incapacidad de la burocracia y la política, de la que dependemos todos, a la hora de afrontar las crisis y los dramáticos entuertos que debemos afrontar y los monstruos que eso puede generar. También se ve en un reparto de personajes multicultural. Ese tipo de decisiones hace que tenga una posición clarísima
Si bien el trabajo de Deodato Jr. Últimamente es muy clónico respecto a sus obras precedentes, sí que se nota una motivación extra. Se le notan los años de trabajo, ya que es un autor maduro y con unas capacidades narrativas más que contrastadas.
Formalmente, por tanto, tampoco es particularmente revolucionario. Pero es pronto para juzgar. El primer número, visualmente no es apabullante, pero sí que es muy eficaz y cuenta mucho, en comparación con otros.
JMS ha vuelto al cómic, tras muchos años centrados en la serie Sense8 y ha lanzado un cómic que exige bastante bagaje para disfrutarlo del todo. De hecho, es un cómic que, para bien o para mal, no se puede negar su sello de autor, con sus filias y sus fobias. Pero no por eso deja de ser accesible para los lectores curiosos. Se pretende renovar a los superhéroes para una nueva década, para un nuevo público. Solo el tiempo dirá.