El cine siempre se ha alimentado de las otras artes que le han acompañado durante sus años de existencia. Y el cómic no está exento de ello. Si bien es una relación que ha fortalecido ambos medios, no siempre ha estado bien visto ni por unos ni por otros.
Por parte del cómic, al ser un medio con menor envergadura económica, muchos son los autores que se han visto atraídos a la idea de trasladar sus viñetas a fotogramas. Además, ha permitido que los personajes provenientes de este medio lograsen un mayor conocimiento por el gran público.
Pero no todo es felicidad, puesto que eso ha conducido a que se entienda el cómic como un medio para conseguir un fin: ser adaptado al cine. Todo se ha industrializado y ese, probablemente, es el motivo por el que las ventas no sean las mismas que en su mejor momento. Esa pérdida de artesanía es interpretada como una traición al proceso creativo clásico del cómic y se han perdido algunos lectores por el camino.
Por parte del “malo de la película”, el cine, ve en el cómic un modo de obtener décadas de historias y personajes ya asentados que conectan con el público. Más allá del boom espontáneo (o creado desde la sombra por un estudio) de un best-seller literario, los cómics tienen un gran recorrido de publicación exitosa de historias ininterrumpido. Lo que estamos viviendo no es más que la traslación de esas historias en mastodónticas superproducciones.
Eso es un pulmón financiero para una industria que, aunque suene extraño, es tremendamente insegura. Las adaptaciones de cómic ahora mismo es la opción más conservadora. Y es muy extraño escribir esto sobre tipos enmallados que vuelan y tiran rayos.
Al igual que sucede con el cómic, hay un sector que se resiste a aceptar que el cine se supedite constantemente a adaptaciones de cómic, en lugar de contar historias más cercanas a la condición humana.
Aunque muchas veces, tengan razón, y los resultados sean muy cuestionables en muchas ocasiones, en otras la industria ha tenido que admitir ciertos méritos de este tipo de adaptaciones. Y el modo más visible de la aceptación del conjunto de la industria es ganar el codiciado premio Oscar.
Ahora bien, hay una serie de patrones para ganar ese premio que todos conocemos. Sabemos cómo les gustan los dramas autobiográficos a la Academia y lo mucho que desprecian géneros como el terror o la comedia. Y el modo en que se ha convertido en una apuesta comercial: gana la película cuyos productores pujan más. Demos las gracias de ello a las agresivas campañas de marketing establecidas por Harvey Weinstein.
Pero, para ser justos, las reglas no son tan estrictas y han sido muchas las ocasiones en las que la Academia ha optado por sorprender a propios y extraños dando el premio a quien verdaderamente se lo ha merecido. Pero no suele ser habitual.
¿En qué lugar deja a esto a las películas sobre cómics? Pues en muchas ocasiones, en el apartheid de los denominados premios técnicos. Pero como a continuación veremos, la estrecha relación que han tenido, casi desde las primeras adaptaciones de cómics. No siempre han logrado alzarse con los grandes premios. Pero ya han sido unas cuantas las veces que han estado cerca.
- El corto animado de 1941 protagonizado por Superman, dirigido por Max Fleischer producido por Paramount fue la primera vez que una película adaptada del cómic ganar algún Oscar. Curioso que fuese por Superman, el primer superhéroe moderno occidental. Perdió, como no podía ser de otra manera, frente al todopoderoso Disney.
- Habría que esperar a 1978 para que las adaptaciones de cómics tuvieran una mayor consideración. El Superman de Richard Donner marcó un antes y un después para el cine de superhéroes. A muchos niveles, es una de las películas más icónicas jamás producidas. Fue nominada por mejor banda sonora, mejor montaje y mejor sonido. Pero su derrota fue justificada. Si te enfrentas a El Expreso de Medianoche y El Cazador, estás perdido. Bendita década para ser cinéfilo fueron los setenta.
- Habría que esperar a 1989 para que una película de cómics rompiese el hielo y ganase el Oscar. Como no podía ser de otra manera, fue el Batman de Tim Burton, que ganó en la única categoría en la que fue nominado: mejor dirección artística. A partir de este momento, con un mayor número de películas de este tipo en cartelera, pocos serían los años que no haya nominaciones.
- Sin embargo, la película que dio un golpe en la mesa respecto a las nominaciones llegaría un año después. Hablamos, claro está, del Dick Tracy de Warren Beaty. Ganó en las categorías de mejor dirección artística, mejor maquillaje y mejor canción original. Pero también compitió por premios gordos tales como mejor actor secundario (Al Pacino perdiendo contra Joe Pesci en Goodfellas, de nuevo, es más que razonable), mejor vestuario, mejor dirección de fotografía (fue el año de Bailando con Lobos, me temo) y mejor sonido. Un total de 7 nominaciones.
- Batman Vuelve en 1992. Y Tim Burton, también. Aunque esta vez se vino como volvió. Perdió las dos opciones de llevarse el premio: mejores efectos visuales y mejor maquillaje en favor de Tan Muertos como Yo y de Dracula de Bram Stoker.
- La Máscara llegó en 1994 con ganas de llevarse la estatuilla de mejores efectos visuales. Pero hubo un personaje no menos excéntrico que se interpuso: Forrest Gump.
- Batman Forever no cambió el gafe del Señor de la Noche. Aunque a día de hoy despreciemos la creación de Joel Schumacher, en su momento gustó lo suficiente como para llegar a conseguir ser nominada a mejor dirección de fotografía, mejor sonido y mejor edición de sonido. Bravehart se llevó las dos primeras y Apollo 13 tuvo efectos sonoros mejores.
- Men in Black se llevó el premio gordo gracias a su maquillaje en 1997. Pero perdió mejor dirección artística por culpa del Titanic y la imbatible Full Monty se llevó la mejor canción original para comedia o musical.
- En 2001 Daniel Clowes se quedó a nada de ganar el premio a mejor guion adaptado gracias a Ghost World. Pero el premio finalmente recaería en el guion de Una Mente Maravillosa para desgracia de los cínicos.
- En 2002, Camino a la Perdición dio mucho de qué hablar. La película de Sam Mendes conseguiría el Oscar a mejor dirección de fotografía. Pero también luchó por otras seis categorías. Mejor dirección de arte, mejor sonido, mejor edición de sonido, mejor banda sonora original y mejor actor secundario. El tristemente fallecido Paul Newman perdió frente a Chris Cooper de Adaptation. Este ha sido el último gran papel de la gran estrella del celuloide.
- La primera Spider-Man de Sam Raimi luchó en el mismo año por mejores efectos visuales y mejor sonido. No pudo ni contra Las dos Torres ni contra Chicago.
- American Splendor, la magnífica adaptación de la obra homónima de Harvey Pekar tampoco pudo frente a esa superlativa acumulación de Oscars que supuso la tercera parte de la trilogía de El Señor de los Anillos.
- Spider-Man 2 trajo la redención para Raimi. De tres nominaciones consiguió una victoria: mejores efectos visuales. Se quedó con las ganas con las de apartado sonoro.
- Batman Begins siguió dejando al murciélago a dos velas. Memorias de una Geisha hizo que no ganase el premio a mejor dirección de fotografía.
- Una Historia de Venganza volvió atraer nominaciones en categorías de calado para las adaptaciones de cómic. Compitió en las categorías de mejor guion adaptado y mejor actor secundario (William Hurt). Perdió en ambos casos. Poco se pudo hacer si tienes en frente al guion de Brokeback Mountain y al George Clooney de Syriana.
- No fueron mejores noticias las que trajo Superman Returns. Los Piratas del Caribe le arrebataron la posibilidad de obtener el premio a mejores efectos visuales.
- Y una película de cómics volvió a fracasar plantando cara a Disney. Ratatouille impidió que Marjane Satrapi duerma con el eunuco de oro.
- El Caballero Oscuro (2008) sí que marcó un punto de inflexión. Por primera vez, una película de superhéroes consigue ganar en categorías interpretativas. El trágicamente fallecido se ganó su Oscar póstumo en una ceremonia histórica por ese acontecimiento. También ganó mejor sonido y estuvo nominada a mejor dirección de fotografía, mejor edición, mejor dirección artística, mejor maquillaje, mejor montaje sonoro y mejores efectos visuales. Esta adaptación subió un peldaño hasta conseguir ocho nominaciones.
- Hellboy II: El Ejército Dorado, del mismo año, perdería mejor maquillaje. La que ganó fue El Curioso Caso de Benjamin Button.
- El UCM debutó con Iron Man también en 2008. Y también recibió deseadas nominaciones técnicas: Batman pudo con Stark en cuanto a mejor sonido. Tampoco tuvo suerte con mejores efectos visuales, ya que ese galardón tenía el nombre grabado de la citada película de David Fincher.
- Por absurdo que suene Wanted también compitió mejor sonido y mejor montaje de sonido. Perdió, de nuevo, frente a la película de Christopher Nolan y frente a Slumdog Millonaire. Desde luego, 2008 fue el año que mayor número de adaptaciones han competido.
- Nolan volvió a vencer al UCM cuando se quedó con el premio a mejores efectos visuales por Origen frente a Iron Man 2 en 2010.
- En 2012 Los Vengadores rompieron todos los records habidos y por haber en taquilla. Pero la Academia la nominó, tan solo, a mejores efectos visuales que no ganaría por culpa de La Vida de Pi.
- Tampoco rompió la racha Iron Man 3 en 2013. Misma categoría. Misma derrota. And the Oscar goes to… ¡Gravity!
- Y el cómic volvió a perder ante Disney. Frozen se impuso a El Viento se Levanta, adaptación del manga autobiográfico de Hayao Miyazaki.
- El primer premio de la Marvel de Disney no llegaría a través de UCM, si no gracias a sus estudios de animación. Big Hero 6 ganó en 2014 se convirtió en la mejor película animada a los ojos de los académicos. Ya era hora de que le concediesen algo de importancia.
- Nolan vuelve a ganar. Teniendo como aspirantes a mejores efectos visuales a Capitán América: El Soldado de Invierno, X-Men: Días del Futuro Pasado y a Guardianes de la Galaxia, Interstellar fue quien se quedó con el premio a mejores efectos visuales. La película de James Gunn también se quedó sin ser la que tiene mejor maquillaje. Recibió el reconocimiento El Gran Hotel Budapest.
- Mismo número de premios se llevó a casa Doctor Strange, que perdió en mejores efectos visuales frente a El Libro de la Selva.
- Mayor fortuna tuvo Escuadrón Suicida, que se trajo el galardón de mejor maquillaje.
- Baby Groot no enterneció los fríos corazones de los académicos y no les dieron el premio a mejores efectos visuales a Guardianes de la Galaxia Vol. 2. Prefirieron a los robots de Blade Runner 2049. Igual porque se vieron identificados con ellos…
- Logan compitió por primera vez en una película de superhéroes por conseguir ser el mejor guion original. Pero los académicos lloraron más con Call me by Your Name.
- Vengadores: Infinity War volvió a ser nominada a mejores efectos visuales. Y volvió a fracasar estrepitosamente. El cohete de First Man llegó más lejos.
- La tónica del UCM cambiaría con Black Panther. Ahí conectó con la sensibilidad de los votantes y logró siete nominaciones incluyendo, por primera vez en una película adaptada de un cómic, la de mejor película. De entre todas las nominaciones ganó las de mejor vestuario, mejor banda sonora y mejor diseño de producción. También aspiraba a obtener mejor montaje de sonido, mejor mezcla de sonido, y mejor canción original.
- Spider-Man: Un Nuevo Universo dio otra alegría a los fans las películas de superhéroes al conseguir ganar la estatuilla a mejor película de animación.
- Vengadores: Endgame volvió a dejar al UCM de vacío al perder frente a 1917 en su categoría favorita: mejores efectos visuales.
- Y, por último, llegamos a Joker. Esta película ha roto todas las expectativas y records respecto a sus precedentes. Ha conseguido la friolera de 11 nominaciones: mejor película, mejor director, mejor actor, mejor dirección de fotografía, mejor guion adaptado, mejor maquillaje, mejor vestuario, mejor montaje, mejor banda sonora original, mejor montaje de sonido, mejor mezcla de sonido. Aunque solo conquistó la mejor banda sonora y mejor actor, ya es todo un hito. Además, el Joker comparte el honor con don Vito Corleone de ser el único personaje interpretado por dos actores distintos en llevarse el premio.
Con todo ello, se pueden sacar dos conclusiones: las adaptaciones de cómic han tenido mayor fortuna en las categorías de animación que en el resto. Y que las historias sórdidas a pie de personajes callejeros como son Batman, Joker y Dick Tracy son las que han conseguido que esta clase de adaptaciones tengan una mayor acogida por la academia. Sin embargo, Pantera Negra ha sido la primera en conseguir ser nominada a mejor película, por tratar temas raciales tanto del interés del público americano.
Por otro lado, también habría que destacar el caso de Birdman (o la Inesperada Virtud de la Ignorancia), que fue recibido a brazos abiertos por la Academia, puesto que, aunque no adapta directamente ningún material proveniente del cómic, sí que es una respuesta sumamente reaccionaria y crítica frente a la gran concentración de producciones de este tipo. El hecho de que defendiera un, por llamarlo de algún modo, “cine de verdad” frente al de superhéroes, y que ese mismo organismo le diese multitud de premios es muy elocuente respecto a la percepción de ese sector a este tipo de productos. Todavía queda mucho por avanzar hasta que reciban una buena consideración.
Lo cierto es que el único filtro justo y aplicable es el tiempo. Ningún premio hace ninguna película ni mejor ni peor. Ni ninguna crítica. Ni ninguna opinión de twittero de barra de bar. Ni que recaude más dinero que la piscina del tío Gilito. Tan solo el paso de las décadas dictaminará si esta película sigue siendo recordada y reverenciada o no. Y, por el momento, ¿Cuántos podríais contar la sinopsis de las últimas ganadoras al Oscar a mejor película?