Thorgal o cómo la fantasia y la ciencia ficción se dan la mano para traer una de las mejores sagas de cómic europeo

El hijo de las estrellas parece estar viviendo una segunda juventud en España. Creado en 1977 para la revista belga Tintín por el guionista Jean Van Hamme (XIII, Largo Winch) y el dibujante polaco Gregorz Rosinski (Hans), Thorgal cuenta con 36 números en la línea principal, 3 líneas de spin-offs recogidas en Los mundos de Thorgal, varios proyectos para llevar a la televisión (que no llegaron a salir a la luz) y un videojuego de aventura gráfica titulado La Maldición de Odín y desarrollado por Cryo Interactive Entertainment. Thorgal desembarcó en España hace más de 30 años. Sin embargo ahora, con la salida de nuevos spin-offs y las reediciones parece estar recibiendo por fin la atención que merece en nuestro país.

 

Thorgal Aegirson no es un vikingo normal. Desde luego no representa el héroe vikingo que conocemos por la historia y las sagas. Es un hombre normal, un extraño entre su gente, que está enamorado de una princesa vikinga llamada Aaricia. Por desgracia su padre, Gandalf el Loco, le odia. Tanto como para ordenar su ejecución. Y así es como empieza esta historia. Thorgal está atado a una roca en el mar para que la marea lo ahogue con un corte en el pómulo para que sufra antes de morir. Cicatriz que será el icono del personaje en adelante.

A diferencia de los héroes Thorgal no quiere luchar, ni la fama ni ser considerado un héroe. Él solo quiere formar una familia con su amada Aaricia y vivir tranquilo. Pero ni los hombres ni los dioses se lo pondrán fácil. No es tampoco un ser perfecto. Es un hombre valiente y con un fuerte sentido de la bondad y la amistad pero también tiene dudas, miedos y comete errores como cualquier persona. Esto hace que el personaje sea mucho más profundo y que el lector pueda identificarse con él, o con cualquiera de los demás personajes, con facilidad.

A partir de aquí se suceden una serie de aventuras que nos guían por la vida de Thorgal, pero no solo de él sino también de su familia y otros conocidos. Aaricia, su hijo Jolan o su hija Loba e incluso adversarios como la memorable Kriss de Valnor, que tiene su propia serie en paralelo a la actual de Thorgal.  Son muchos los personajes que aparecen en esta obra y la historia los muestra y deja conocer tanto como se merecen.

¿Qué tiene de especial Thorgal? Pues que no es un vikingo normal y corriente sino que procede de las estrellas, sin entrar en más detalle para evitar spoilers. Esta, aunque es la parte menos interesante y la que más chocará con los nuevos lectores, añade un punto  de ciencia ficción a la historia en algunas de sus aventuras que da un toque fresco y diferente a la aventura. Una mezcla que quizás ahora no destaque tanto pero que en los años 70 fue toda una revolución en el cómic clásico europeo.

En todas estas aventuras los autores van trabajando diversas materias. Se pueden encontrar, como se ha mencionado, rastros de ciencia ficción, pulp en países lejanos, guiños a la mitología no solo nórdica sino también mediterránea o incluso aventuras de miedo como Alinoé o La peste azul, explorando nuevas formas pero, de alguna forma, consiguen que todo encaje y no se rompa la coherencia dentro de la serie y con el universo del vikingo.

Jean Van Hamme, su guionista y creador, siguió la serie hasta el número 29 de la serie titulado “El Sacrificio”. Esto, según el deseo de sus autores, cierra la saga de Thorgal como protagonista (que no del personaje) y continua siendo Jolan, su hijo, el protagonista. Gregorz Rosinski continua dibujando la serie principal con el guion a cargo de otros guionistas como Yves Senté o Dorison (Undertaker).

Es importante destacar a Rosinski en la obra. Su estilo de dibujo, tradicional, es representativo en esta serie. Si bien empieza con un estilo muy clásico, basado en la línea poco a poco se va acostumbrando a ello y va expandiéndose, valiéndose del color, para hacer un dibujo más artístico y colorido usando acuarelas y acercándose cada vez más a lo que podemos ver en Western, una obra autoconclusiva de ambos autores que destaca, sobretodo, por el magnífico trabajo del dibujante. El uso del cromatismo, valiéndose de los colores para representar si una escena está en interiores o exteriores o contrastando con colores más crudos y rojizos cuando hay escenas de violencia o acción se convierte cada vez más en un elemento fluido y mejor integrado en las páginas sin perder la esencia.

También comienza a destacar a partir del tercer o cuarto número los fondos, cada vez más preciosistas y detallados donde quedan definidos los escenarios naturales, como escenarios marinos o cumbres nevadas, hasta los escenarios más urbanísticos que son una mezcla de elementos medievales y de cultura vikinga hasta de otras civilizaciones o decorados teatrales.

El trabajo de documentación de ambos autores es tremendo y digno de elogio tanto en el apartado guion como en el dibujo, prestando atención máxima a todos los detalles y aspectos importantes de lo que tratan de reflejar en sus páginas. No hay mas que ver la forma de vida de cada pueblo, sus ropas o la estructura de los edificios.

También se ve reflejada esta evolución en el ritmo y la composición de las páginas. En los primeros números se observa un esquema de tres tiras horizontales con dos o tres viñetas en cada una. Pero esto no tarda mucho en cambiar y el autor se atreve a dibujar viñetas panorámicas o crear un diseño de página más atrevido que rompe por completo con el esquema tradicional.

Los personajes también son cada vez más definidos y transmiten mejor las emociones y el movimiento. El ritmo de cada historia está marcado con gran habilidad a través de sus páginas. Intercalando momentos de calma con momentos de acción manejando el tempo a la perfección.

Con todo esto no es atrevido decir, por tanto, que Thorgal es un ejemplo de excelencia narrativa tanto en dibujo como en el guion. Ambos autores ponen toda la carne en el asador para explicarnos de la manera más clara e inteligente una historia confiando en el lector para no tener que simplificar o sobre-explicar situaciones o escenas.

Actualmente la serie sigue siendo dibujada por Rosinski y guionizada por Yann (Ángel Wings), además podemos encontrar tres series paralelas englobadas en Los Mundos de Thorgal. Estas tres son:

  • La juventud de Thorgal, guionizada por Yann y dibujada por Surzhenko, que nos narra aventuras de la juventud del protagonista entrelazándolas con los hechos acontecidos en los primeros números.
  • Kriss de Valnor. Es la que más varía entre guionistas y dibujantes pero la calidad se mantiene, en ella nos narra lo ocurrido con Kriss a partir de los sucesos ocurridos en el número 28 de la serie principal.
  • Loba. Guionizada por Yann y dibujada por Surzhenko, nos cuenta las aventuras de la hija de Thorgal dándole el protagonismo que no tiene en la serie principal en la actualidad.

Es normal verse sobrepasado si se intenta abarcar desde el comienzo todas las lecturas que componen el universo de Thorgal. Actualmente hay varias ediciones en curso pero las más sencilla de seguir es la edición integral publicada por Norma Editorial. Esta, además de recopilar los tomos de la serie principal, trae unos jugosos extras escritos por Jorge García que explican la historia de la serie: como se creó en tiempos de censura, como se hacían los envíos desde la Polonia comunista hasta Francia y detalles de algunas de las historias. Un buen añadido al cómic que no puedo dejar de recomendar.

Thorgal es un referente en el cómic. Uno que encandilará a los amantes del cómic europeo tanto como a los aficionados del cómic. La serie va mejorando poco a poco hasta llegar a ser Magistral a todos los niveles y con unos personajes que calan en lo más hondo consiguen atrapar al lector en cada una de sus aventuras. Es, por experiencia de quien subscribe estas líneas, una gran forma de atraer a nuevos lectores tanto adultos como jóvenes.