Título: Los que quedan |
Guion: Josep Busquet |
Dibujo y color: Alex Xöul |
Edición Nacional: Ponent Mont |
Edición Original: Delcourt |
Formato: Cartoné, 128 páginas |
Precio: 26,00€ |
¿Alguna vez os habéis preguntado qué ocurre cuando los niños van a nunca jamás? ¿O cuando una niña está en Narnia enfrentándose a una bruja? ¿Qué pasa en sus casas o con sus familias mientras ellos viven aventuras? El mundo sigue girando y sus familiares, amigos quedan allí preocupados, sin saber a dónde han ido o cuando volverán. Los profesores empiezan a hacer preguntas, los vecinos empiezan a cuchichear… Esa es la premisa de la que parte este original cuento que trata de ir un poco más allá, escarbar en todas esas historias y contar lo que no suelen contar muchos otros cuentos.
Los que quedan nos cuenta la historia de Ben, un niño normal y corriente que una noche tiene que ir a un mundo mágico para ayudarles a luchar contra un terrible mal. Sin embargo la historia no se centra en Ben y sus aventuras, como ocurriría normalmente, sino que esta vez la narración se detiene en los padres del joven. Lo que en principio parece una aventura trepidante en realidad es una pesadilla para los padres del niño. Un niño que ha desaparecido. Y pronto los vecinos empiezan a hablar de ellos, y la policía los convierte en los principales sospechosos de su desaparición. Sin embargo un día Ben regresa. Y sus padres, preocupados, buscan ayuda pero las instituciones, la policía, los psicólogos piensan que todas esas cosas fantásticas que cuentan son solo producto del estrés postraumático de lo que sea que le haya ocurrido. Los únicos que parecen creerle es una asociación de padres que han pasado por lo mismo pero Ben vuelve a desaparecer y las excusas son cada vez más difíciles y la investigación de la policía cada vez es más cruda y peligrosa para unos padres que no pueden explicar lo que ocurre porque ni ellos lo tienen claro.
Josep Busquet (Korokke, Nothing Personal) demuestra una vez más una gran imaginación y un amplio abanico de recursos. La narración es calmada, dejando espacio para que el dibujante pueda transmitir el ambiente necesario en cada página. Es un cómic sin mucha acción que se mueve por los sentimientos y las sensaciones de los protagonistas. Crea una historia bien construida que utiliza todos los elementos narrativos a su alcance para mantener en tensión al lector variando a veces tanto que puede llegar a hacer dudar sobre a qué género pertenece el cómic. Una narración fluida que, pese a no usar la acción para atraer la atención del lector, mantiene enganchado por el uso de recursos narrativos y la profundidad de lo que se cuenta dejándose de artificios y creando una historia mucho más seria y profunda de lo que en un principio, con las primeras páginas, pudiera parecer.
El dibujo de Alex Xöul (Alphonsino, rey del crimen) recrea un mundo real que a su vez encaja perfectamente con la fantasía haciendo que funcione y no rompa la ilusión ante el espectador. Los escenarios, que evocan a otros fácilmente reconocibles de obras mencionadas como Peter Pan, son sin duda su punto fuerte. Es la clave a la hora de transmitir sensaciones al lector sin abandonar ni mucho menos el cuidado al representar los sentimientos de sus personajes. La paleta de colores que usa, con una mezcla de tonos azulados y anaranjados para transmitir emociones, acerca al lector de manera sutil a esos protagonistas. Un trabajo muy remarcable la superposición de esos colores complementándolos y ajustándolos en cada viñeta para guiar la atención del lector a placer.
En conjunto se crea un cómic muy sólido. Una aventura que parece estar, en un primer momento, estar enfocada a un público joven pero que no tarda en descubrirse como una obra profunda destinada al adulto. Es un tebeo duro y triste, donde claramente se empatiza con los padres que deben quedarse en casa preocupados sin saber cuándo o cómo volverá su hijo. Pero es curioso también pues, en el fondo, el lector fácilmente puede empatizar con ese niño que quiere vivir aventuras y no enfrentarse al mundo real. Un pensamiento que todo el mundo ha tenido en su infancia y que Los que quedan obliga a revisar desde un punto de vista distinto. Un trago amargo que ocurre casi sin darnos cuenta mientras la historia avanza entre investigaciones policiales, “policía del balcón”, apoyo entre las víctimas y sobretodo una gran sensación de soledad.
Un cómic muy recomendable al que podemos sacar diferentes lecturas como las ganas de experimentar de los niños y las consecuencias de sus actos para quienes les rodean, lo fácil que se puede manipular a un niño hasta el punto de destrozarle la vida, el amor paternal. Una lectura muy original que, pese a que sus dos autores son españoles, fue publicada primero en Francia donde ganó Premio Maurice Petitdidier 2019 en Quebec al álbum francés publicado en el extranjero por un autor no canadiense. Una lástima que autores españoles con tanto talento no sean publicados en nuestro país y deban salir primero en nuestro país vecino. Los que quedan es un gran ejemplo del talento que tenemos en nuestro país.