«La casa de la playa» el cómic publicado por Nuevo Nueve que te hará revivir las vacaciones familiares de verano de toda la vida.

Título: La casa de la playa
Guion: Séverine Vidal
Dibujo y color: Víctor L. Pinel
Edición Nacional: Nuevo Nueve
Edición Original: Hachette Livre
Formato: Cartoné, 176 páginas
Precio: 22,00€

Ahora que suben las temperaturas, y que poco a poco parece que vamos a poder empezar a salir a la calle, hemos querido recuperar la obra La casa de la playa de Séverine Vidal y Víctor L. Pinel. Porque si hay algo que nos apetezca ahora a todos es salir a la calle, y disfrutar de unas buenas vacaciones en el exterior. Si a eso le añadimos una casa en la playa en el Loira Atlántico… pues poco más de puede pedir. Por el momento, para poder disfrutar de un sitio así, tenemos esta novela gráfica editada en nuestro país por Nuevo Nueve ediciones a finales de 2019, pero que hemos querido recuperar, por el placer de la buena lectura.

La casa de la playa es la primera obra que se publica en España del tándem Séverine Vidal y Víctor L. Pinel, y aunque originalmente se concibiera para el mercado franco-belga, si no fuera por los nombres de los lugares y sus personajes, bien podría ser cualquier localidad de la costa española. Julie y Coline son dos primas que han llegado las primeras a la casa familiar de los abuelos. Tras la muerte de estos, la casa ha pasado a ser propiedad de los tres hijos, y se ha convertido (como ocurre siempre en estos casos) en la casa vacacional de toda la familia.

Pero el verano de 2018 parece que va a ser el último verano que esto sea así. Para Julie está siendo un año terrible ya que ha perdido a su marido, y está embarazada de siete meses. Además, es la primera vez que va a La Malvarrosa (que es el nombre de la casa) desde que se quedó sola y uno de sus tíos ya les ha avisado que tiene intención de vender su parte de la casa porque necesita el dinero. Las cosas no pueden ir peor.

Por suerte, Juls tiene a Coline, y es que su prima no la deja ni a sol ni a sombra. Como siempre, y eso aligera la carga mental de Julie. Poco a poco la casa se irá llenando de primos, cuñados, hermanos, sobrinos, tíos… y la casa volverá a la vida durante una breve temporada. Durante esos días de verano el lector irá conociendo en profundidad a la familia, y la historia tanto familiar como de la casa. Además, gracias a personajes externos a la familia (como la señora que todos los días pasa a las doce menos cinco por la puerta del jardín, o el grupo de amigos de la infancia de las primas) La Malvarrosa cobrará todavía más protagonismo frente al lector.

Y es que, cuando creamos que la historia está a punto de acabar, el guion de Séverine Vidal da una vuelta de tuerca a lo que hemos ido aprendiendo sobre la familia. En un salto temporal, Vidal muestra al lector dos épocas distintas a la actual donde la protagonista continúa siendo La Malvarrosa y lo que ocurre a su alrededor, y dentro de ella. De esta forma, la guionista crea una historia circular donde vemos pasar hasta a tres generaciones por la casa de la playa. Y de cuyas fechas, y hechos, no comentaremos nada en esta reseña porque, como siempre, no queremos hacer spoilers de la trama.

Julie tendrá que afrontar su último verano en La Malvarrosa, y plantearse qué va a ser de sus veranos cuando todo acabe, y dé a luz a su hija. ¿Conseguirán salvar La Malvarrosa? ¿Y por qué en su habitación sigue estando un fragmento del antiguo papel pintado que su abuela nunca le dejó quitar? ¿Y cómo es posible que se unan tres generaciones con una única frase?

El guion de Séverine Vidal es un canto a la inocencia de la niñez, a esos veranos llenos de risa con los primos y los amigos del pueblo. Pero también a la ausencia evidente por el paso del tiempo, y a las pérdidas trágicas. Un canto al amor familiar, y a los pequeños detalles que hacen especial una casa, o un lugar, que no es la vivienda habitual. Es muy interesante los cambios temporales, y las historia que con ellos se cuentan, pero lo más interesante es que esos saltos se avisan a página completa. Normalmente este tipo de guiones que juegan en torno a un mismo sitio en distintas épocas no suelen especificar tanto las fechas, sin embargo, en La casa de la playa el año en que se sitúa la historia ocupa una página completa, como si de un diario se tratase, y además esto está acompañado por un ligero cambio de color.

Respecto al color, y los diseños de personajes, el trabajo de Víctor L. Pinel es muy detallado. El número de personajes que aparecen en la historia es bastante más elevado de lo esperado, cuando empieza la historia parece que ésta va a centrarse en las primas, especialmente en Julie. Sin embargo, poco a poco va introduciéndose toda la familia, amigos de la infancia y más personajes que, finalmente, serán todos importantes. Pinel consigue que todos ellos sean reconocibles, y tengan su propia personalidad. Además de ser tremendamente expresivos en todas sus facetas. En el caso de Julie, es capaz de mostrarla sonriendo ante su familia, y cambiar por completo sus expresiones cuando se encuentra sola. Aunque no es capaz de ocultarle su tristeza a Coline que, a su vez, muestra al lector su completa irreverencia ante la familia, pero su profunda preocupación por su prima. Al igual que los padres de ambas. Además, crea una localización para La Malvarrosa completamente reconocible en todas las épocas que se retratan. Así como la evolución de la propia casa durante ese tiempo. La tonalidad de cada época varía para adaptarse al tono de la historia.

La casa de la playa de Séverine Vidal y Víctor L. Pinel es una historia agridulce pero muy esperanzadora, sencilla y a la vez muy profunda. Consiguen que el lector empatice con una familia que, posiblemente, no se parezca a la suya, pero que sin embargo tiene en ella situaciones que en mayor o menor medida todos hemos vivido. La historia además guarda varios secretos que poco a poco se van desvelando, y que conforman una novela gráfica que merece muchas relecturas. Además, la edición de Nuevo Nueve tiene buen papel y todavía mejor color. Además, al tratarse de un volumen único, el lector podrá disfrutar de la lectura completa en un solo tomo. La casa de la playa pasó un poco inadvertida en su momento, sin embargo, con la llegada de nuevo del verano creemos muy necesario recomendaros su lectura.