Una Laowai en Shanghai o el final de Estela Plateada: Negro en lo nuevo de InstagrapaComics

Instagrapa Comics es un perfil de Instagram con micro-reseñas de cómics, manga, novelas gráficas y fanzines de actualización diaria, realizado por el divulgador Iván Galiano. Una mirada amplia a lo que se publica a lo largo y ancho de la industria del cómic en España. En Sala de Peligro, recopilamos las reseñas de la penúltima semana en esta sección dominical.

Una Laowai en Shanghai, de Elisa Riera. Editorial: Astiberri. Formato: cartoné, 160 páginas, color. Precio: 17€.

De las experiencias autobiográficas de dibujantes de cómic por el mundo empieza ya a haber una cierta cantidad de un tiempo a esta parte. Es inevitable mirar a los fundacionales modernos, así que es inevitable cuando leo un tebeo como el de Riera, que además es divertido y desenfadado sin perder cierta capacidad de reflexión sociológica, acordarme de Guy Delisle.

Pero no quiero traer a Delisle aquí para hacer una comparativa de mejor-peor sino para establecer diferencias por contraste en el enfoque. Por ejemplo, donde Delisle contaba sus experiencias a solas, Riera lo hace con la compañía de su amiga Esme lo que le permite tener un dialogo con la cultura que retrata. Delisle reflexionaba a solas desde su punto de vista occidental a veces un poco etnocentrista y observaba las cosas un poco como un entomólogo socarrón. Riera también observa y reflexiona acerca de curiosidades varias pero también entra en cierto dialogo. Hay menos elevación por encima de lo que observa.

También pasa en su relación con el lector. Una cosa que me ha gustado del tebeo es que Riera rompe la cuarta pared y se dirige a un hipotético lector al cual le dibuja bocadillos para que interactúe con ella según nos cuenta la historia. Me ha parecido una maniobra arriesgada pero original y divertida, así que tiene mis dieses.

La única pega que le saco al comic es su narrativa un tanto confusa. El tebeo es apaisado pero el sentido de lectura de muchas páginas no es un estricto izquierda, derecha y luego abajo. Riera elabora dos bloques de 2×2 viñetas en una misma página que hay que leer independientemente antes de saltar al bloque de al lado. Me ha parecido algo contra intuitivo.

En cualquier caso, los pros superan los contras con diferencia y he disfrutado mucho con el enfoque en general que le da Riera al relato, algo que lo hace destacar del resto de obras de temática similar.

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El Hombre que Pesaba Dos Días, de Miguel Rof-Abúricus (autoeditado). Formato: rústica, 80 páginas, 15×21 cm, blanco y negro. Precio: 5€.

Los más veteranos lectores de reseñas quizás recordéis la web Entrecomics, que tuvo mucha actividad y fue web de referencia en cómic la primera década de este nuevo siglo. En ella se publicaba periódicamente páginas de un webcomic llamado La estrella viscosa cuyo autor es Miquel Rof. Autor que hace un par de añitos se autoeditó esta maravilla de cuento fantástico.

El hombre que pesaba dos días es una suerte de fábula victoriana en la que los hombres se rigen por una religión maniqueista de enfrentamiento entre el bien y el mal hacia la cual el lector pronto empezará a sospechar de sus fundamentos. El relato desarrolla tanto una intriga sobrenatural y metafísica como un viaje entre mundos, siendo ambos temas también tratados por Rof en La estrella viscosa, aunque con trasfondos y desarrollos diferentes.

También como en La estrella viscosa en esta obra el autor vuelve a demostrar su gusto por los juegos compositivos. Y en este caso lo practica sobre las orientaciones de las viñetas (algunas estando de lado o boca abajo) para jugar con la extraña cosmogonía del mundo que representa.

El relato es paulatinamente siniestro, pero no truculento. Hay una suerte de desolación creciente pero combinada con cierta poética argumental y visual que hace interesante el recorrido. Recomendable para los amantes de lo gótico y los curiosos por cierta experimentación formal.

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Juliette: Los fantasmas regresan en primavera, de Camille Jourdy. Editorial: La Cúpula. Formato: rústica, 224 páginas, color. Precio: 30€

Esta novela gráfica fue muy recomendada hace unos pocos años y me he animado con su lectura, que a su vez me ha animado también a mí. Su espíritu es ligero como correspondería a su carácter de comedia familiar. Juliette no es descacharrante, pero si va apilando toda una serie de situaciones que pueden resultar simpáticas al contar la historia de su protagonista.

Juliette es una chica parisina que viaja a casa de sus padres en la misma población que viven su hermana y su abuela. Se queda allí para pasar unos días y retomar el contacto con la familia y a partir de ahí todo empieza a removerse un poco. Afloran viejas historias familiares, se descubren secretos presentes y surgen nuevas relaciones. Sin yo saberlo, Juliette recorre uno de los temas que más me interesan en el comic y que he visto tratar bastante en este medio, que es el de la depresión. Sin embargo, Jourdy no lo convierte en el tema central de la historia si bien si que caracteriza con él a la protagonista. Es agradecido encontrarlo en un tebeo como este que, como decimos, podría caracterizarse como comedia ligera.

La narrativa visual es lo que prende la lectura. Da igual que te interese o no el tema de la obra: enseguida estás navegando por las páginas siguiendo los recorridos de Juliette por una ciudad que combina lo urbano con los espacios naturales y que le permite a la autora desplegar el color a través de las páginas. La obra está repleta de transiciones que acompañan muy bien los interludios entre escenas. Y también cabría destacar el estupendo desarrollo de los personajes y su caracterización visual. Me parece una obra «muy francesa». Recomendada para cualquier tipo de lector, especialmente para no lectores de comic habituales. Funciona igual de bien que tebeos como Arrugas o La casa porque tratan temas universales con un equilibrio entre lo profundo y lo anecdótico.

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Estela Plateada: Negro 5, de Donny Cates y Tradd Moore. Editorial: Panini Comics. Formato: Grapa 24 páginas. Precio: 3€

Llegamos al final del viaje. Esta es la última grapa que me quedaba durante el confinamiento y ha valido la espera, por supuesto. Sin embargo, voy a recapitular la sensación de la serie en global y voy a ser un pelín duro. Y va a sonar extraño porque el tebeo, y la serie en general, es un diez.

Porque al recapitular todo lo leído me doy cuenta de que aquí había la oportunidad de aspirar incluso a más, de ser un tebeo histórico, uno de los mejores tebeos de Marvel hechos nunca. A priori estamos hablando de dos autores en lo más potente de su capacidad artística, ninguno de los dos está en declive, más bien al contrario. Moore ha estado espectacular. Las claves ya las he ido resumiendo en entradas anteriores. Síntesis de lo viejo y lo nuevo. Homenaje a los clásicos y capacidad de reinvención y re-modularlos. Absorción de influencias del manga. Ausencia de miedo a la hora de emplear formas experimentales de dibujo y narración visual.

La parte de Cates es en la que veo los limites. La historia leída parece una parte más de una historia mayor lo que le resta independencia al relato. La historia solo aspira a dos cosas: el enfrentamiento con el villano y una transformación visual del héroe. Cates ha sido muy conservador con la historia. Y ha dejado algunos cabos que no acaban de resolverse aquí. Es una historia excelente, insisto. Pero sobre el papel del texto podría haber apuntado más alto. Corrijo: a lo más alto. Pedimos poco, eh.

Pese a todo, espero que salga pronto el recopilatorio porque me ha turboflipado. Aunque estando como están las cosas con Panini no podemos esperar más que nos tanguen un poco más con alguna edición más cara de lo habitual.

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Squeak the Mouse, de Massimo Mattioli. Editorial: Fulgencio Pimentel. Formato: cartoné 144 páginas. Precio: 23,65€

Massimo Mattioli es un autor de cómic underground celebrado por sus obras en los setenta y ochenta, parodias de los toons y las historias de funny animals. También creo la revista Cannibale en 1977 con Tamburini. Y ahora Fulgencio Pimentel, que ya nos había traído joyas del underground italiano como los trabajos de Andrea Pazienza.

Si las historias de Tom y Jerry ya eran una sana gamberrada, Squeak The Mouse es una gamberrada de la gamberrada. Se dice que este tebeo inspiró el Rasca y Pica de Los Simpsons. Y se ve porqué. La obra toma los gags del gato persiguiendo al ratón y viceversa y los lleva al campo del humor negro, la violencia y el gore y lo salpimenta con el porno setentero típico de Crumb. La historia comienza de forma leve, indistinguible de la fuente que parodia. Pero pronto el giro hacia lo oscuro y lo sangriento nos advierte que no es este un cómic para niños.

Mattioli juega con la inmortalidad absurda de los personajes en la fuente original manteniendo ese principio para la más sangrienta de las ejecuciones. Justifica la vuelta eterna y sisifesca de los personajes a través de los mecanismos del género de terror y la ciencia ficción sin abandonar los recursos visuales del tebeo de humor slapstick. Resurrecciones de ultratumba, recreaciones de los cuerpos etc. y vuelta a empezar en un recorrido sin fin.

Las páginas pornográficas son lo que acaba de descolocar al lector. Más allá del punto erótico que aportaba la serie b de la que toma referencias, Mattioli se recrea en páginas completas de sexo en todas las posturas posibles con sus protagonistas. Sí, estamos pues ante un tebeo de furros

Divertido, canalla e histórico en una edición impecable (como todo lo de Fulgencio) que recoge la trilogía de historias de estos personajes.

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