El manga «La ciudad al atardecer. El país de los cerezos» muestra las consecuencias de la bomba atómica que se lanzó sobre Hiroshima.

Si esta mañana mencionábamos en la reseña de Cocoon que la Editorial Kodai ha decidido desmarcarse bastante del tipo de manga que se publica actualmente en España es por obras como éstas. La ciudad al atardecer. El país de los cerezos de Fumiyo Kouno sigue la línea editorial de la anterior. Y es que se trata de un tomo auto conclusivo donde se narra una historia ficticia, basada en hechos reales.

Fumiyo Kouno sitúa su historia diez años después del bombardeo sobre Hiroshima. Y es que, tras la destrucción creada por la bomba atómica, no sólo quedaría destrozada la ciudad sino también sus supervivientes. La ciudad al aterdecer y El país de los cerezos son dos historias cortas que muestran las consecuencias de haber sobrevivido al horror. En la primera historia el lector conoce a Minami Hirano, una joven de 23 años que perdió a su padre y dos de sus hermanas por la bomba. Su hermano, su madre y ella sobrevivieron. Sin embargo, sólo su hermano se alejó de la ciudad y su radiación. Tanto ella como su madre viven en una barriada de chabolas donde han ido juntándose las familias que sobrevivieron al bombardeo y lo perdieron todo.

Al seguir la historia de Minami, el lector verá mediante sus recuerdos, el profundo dolor y culpabilidad que sentían los supervivientes. Además de las heridas y secuelas físicas que sufrieron durante años. Como ocurría en Cocoon, los silencios en los que Minami camina hacia su casa dejan entrever lo profundamente dañada que quedó la sociedad nipona. Cuando un amigo de Minami parezca empezar a sentirse atraído por ella, la joven no sabrá qué hacer, ya que no cree merecer la felicidad que le brinda esa posible relación.

Aunque pueda parecer extraño, el síndrome del superviviente (también llamado síndrome de supervivencia o culpa del superviviente) es una condición que se da en aquellas personas que han sobrevivido a una catástrofe y sienten una culpabilidad tremenda por haber sobrevivido cuando muchos otros han perdido la vida. Ocurre en accidentes de coche, guerras, o incluso con enfermedades pandémicas. Por lo que, diez años después del bombardeo, que Minami tenga esos sentimientos es lo más normal del mundo. Además de todo esto, la autora desarrollará a su alrededor (en forma de vecinas, compañeras, amigas…) otros problemas relacionados con la bomba, y sus consecuencias. ¿Conseguirá Minami ser feliz después de todo lo que ha visto?

Por otro lado, la segunda historia, El país de los cerezos muestra la historia del hermano de Minami. El que se había ido de Hiroshima para estudiar, y que nunca tuvo que sufrir las consecuencias del bombardeo de forma directa. En ésta Fumiyo Kouno aprovecha para hacer un salto en el tiempo y mostrar que en 1987 y 2004 las consecuencias del bombardeo siguen vigentes en las generaciones que ni siquiera estaban presentes durante la guerra.

En El país de los cerezos no sólo vemos la historia del hermano de Minami, sino también cómo salió de Hiroshima, estudió y formó su propia familia. A partir de sus hijos, especialmente de su hija Nanami, que hará de protagonista y narradora de la historia, veremos su pasado y las consecuencias que éste tiene todavía sobre sus hijos. Aunque de esta historia podrían darse muchos detalles, considero que se consideraría spoiler. El lector debe ir encontrando la historia al mismo tiempo que lo hace Nanami. ¿Qué le ocurre últimamente a su padre, qué no les está contando?

Al igual que ocurría con la reseña de esta mañana, La ciudad al atardecer. El país de los cerezos es una obra de ficción mediante la que se cuentan hechos reales. Fumiyo Kouno nació en Hiroshima y, tras hacer infinidad de trabajos sobre la historia de su ciudad durante toda su vida académica, terminó dándose cuenta que tenía cierta responsabilidad en hacer que todo aquello no se perdiera en el olvido. Y así creo esta obra. A este respecto, lo más interesante es que al finalizar la segunda historia hay un apartado de referencias bibliográficas y notas explicativas relacionadas con muchos detalles de la obra. Algo que no suele ser habitual en estas obras, y que es una delicia no sólo para los historiadores sino también para cualquier lector que se acerque a este manga. Ya que, de haber obviado alguno de esos detalles, este último apartado le hará la relectura mucho más interesante.

En el apartado gráfico, el tipo de dibujo de Fumiyo Kouno es bastante clásico. Con ojos expresivos, y diseños de personaje muy sencillos, estos se distinguen por su forma de expresarse y de vestir. Lo más curioso es que, pese a ser un dibujo de corte clásico, la autora no utiliza en ningún momento tramas para hacer sombreados. Absolutamente todas las profundidades y sombras están creadas mediante delineados cruzados.

Fumiyo Kouno ha conseguido con muy pocas páginas en La ciudad al atardecer. El país de los cerezos crear una investigación profunda en torno a la bomba nuclear. Y presentar los resultados de forma sencilla y empática a los lectores actuales. Algo muy difícil de conseguir con un tema tan complicado como éste.

Como ya se ha comentado en la reseña de esta mañana, de nuevo, la edición de tapa blanda, con algunas páginas a color, mantiene todo lo posible la edición original en japonés. A falta de ver con qué nuevas licencias nos va a sorprender la Editorial Kodai, tanto La ciudad al atardecer. El país de los cerezos como Cocoon son dos obras que ningún lector interesado en la historia y la memoria debe dejar pasar.

Título: La ciudad al atardecer. El país de los cerezos.
Guion, dibujo y color: Fumiyo Kouno
Edición Nacional: Editorial Kodai
Edición Original: Futabasha
Formato: Rústica con sobrecubierta, 107 páginas
Precio: 7,95€