Los años noventa fueron la década de la emancipación de los autores. En esa década el cine independiente explotó como nunca antes, surgiendo una serie de directores u guionistas de un talento y una ambición extraordinarias. Y también sucedió algo parecido con el cómic. Fue el momento en el que los creadores dijeron no a todas las injusticias que se habían cometido a lo largo de la Historia demostrando que lo podían hacer a su manera.
Se llamó la atención de las majors a través de la terapia de shock. Image nació en 1992 como un modo de decir a la industria que los autores son capaces de gestionarse a sí mismos, que las grandes editoriales y sus procedimientos no les hacía falta.
Y, paralelamente, en el mismo año nació un proyecto editorial que, a largo plazo, puede que no haya tenido tanta durabilidad ni éxito, pero que empujaron y apostaron por el progreso social de tal manera ensombrece a las iniciativas de cualquier competidor del mercado. De entonces y de ahora.
Milestone llegó casi veinte años de lo que tendría que haber llegado. Fue un proyecto editorial avanzada a su época y, probablemente, eso fue lo que causase su pronta desaparición. Fue algo que, lejos de la tendencia en ese momento de ignorar el color de piel de las personas (y todo lo que ello determina en sociedades más o menos racistas), cómics que hablen de la realidad negra, de una minoría de la población no logró calar demasiado hondo en un público que, tal vez, en ese momento no estuviera particularmente interesado en escuchar.
Todo tuvo su comienzo en una San Diego Comic Con, tal y como contó Denys Cowan, miembro fundador de Milestone, en su conversación David Macho en su canal de Youtube, Diálogos de Cómic. El, ya por aquel entonces, reputado dibujante tuvo una revelación: si se querían hacer personajes superheroicos negros, no tenían que quedarse esperando a hacerlo, debían tomar acción ellos mismos.
Tal y como el propio Cowan, especificó hace unos años en la serie documental de Robert Kirkman acerca de la Historia del cómic estadounidense, todo ello tiene unas raíces muy profundas que él, con los ojos de su experiencia como una persona de color en Estados Unidos, encuentra en tres aspectos:
- En aquel momento, la figura de Spike Lee y su cine político que se levantó él mismo en Nueva York, sin contar con el beneplácito y el apoyo de los grandes estudios, supuso una gran motivación para sus compañeros de raza.
- Las fantasías de un adolescente lector de cómics. Estas consistían en algún día, poder llegar a hacer cómics con superhéroes de raza negra que tuvieran éxito.
- La completa falta de representación de héroes negros en los cómics. En los noventa, los personajes de color ya no eran tratados como estereotipos de sesgo racista. De hecho, surgieron una serie de personajes supeheroicos de color, pero ese aspecto no era determinista. Los máximos exponentes eran (y siguen siendo) Pantera Negra y Luke Cage, pero se notaba cierta falta de veracidad, al haber sido creados por blancos. Además, Pantera Negra era una idealización y no hablaba de los verdaderos problemas sociales que pasaban las personas de color en América. Y tampoco es que hubiera muchas personas de color en las redacciones para contar sus propias historias.
- Había un gran público de lectores de color. Las personas de color son muy amantes de los cómics, cosa que las editoriales no entendían y por eso lanzaban productos que no hablasen hacia ese colectivo. Había un nicho que no se contemplaba.
Lo primero que hizo fue comentárselo a Michael Davis, le pareció una completa majadería. Luego ambos hicieron lo propio con Dwayne McDuffie, un autor mainstream totalmente comprometido con la causa negra. También le pareció una locura. El siguiente paso fue contactar con Derek Dingle, un amigo de la infancia de Cowan, porque era quien tenía conocimientos empresariales, para encargarse de la gestión. Una vez todo se estableció, comenzaron a desarrollar una biblia de más de cuarenta páginas con absolutamente todas las intenciones y narrativas que iban a desarrollar para la que Cowan haría las primeras ilustraciones.
Con el documento debajo del brazo, fueron a presentárselo a Paul Levitz, puesto que con las posibilidades financieras y de distribución de DC Comic iba a ser la manera más viable de llevar a cabo este proyecto. Tras pensarlo y repensarlo, el editor aceptó y les ofreció un acuerdo que aceptaron. Y fue en ese momento en que Milestone nació para el gran público.
¿Qué superhéroes iban a crear en Milestone? Pues no quisieron complicarse la vida y tomaron los arquetipos de personajes que han funcionado en las majors y con los que el público ya estaba habituado con ellos, y los moldearon y adaptaron a su terreno. En Milestone no buscaban una innovación y una experimentación (aunque eso no quiere decir que su contenido artístico no sea portentoso. Fueron páginas con ideas visuales sumamente interesantes), si no que estaban más interesados en poner la lupa donde nadie la ponía. Y lo hacían tomando esos personajes como caballo de Troya para un público que, de otro modo, tal vez no se habría acercado a ellos.
¿Su Iron Man? Hardware, un personaje que luchaba contra la corrupción dentro de la empresa para la que trabajaba. ¿Su Spiderman? Static, aventuras de un adolescente que puede controlar la electricidad? ¿Su Superman? Icon, un héroe negro conservador que chocaba constantemente con su joven sidekick por su ideología. ¿Su personaje con raíces sobrenaturales? Xombie. ¿Sus Vengadores? Blood Syndicate, que, con aspecto de banda de rap, denunciaban problemáticas sociales de los empobrecidos barrios negros. Crearon distintos tipos de personajes, muy diferenciados en tono y forma y lanzaron cómics que tuvieron una buena acogida crítica por la forma en la que daban visibilidad a determinados temas de una forma compleja y alejándose de los clichés.
Y es que no se limitaban a personajes negros, aunque la mayoría sí que lo fueran. Habían de otras razas que no solían tener mucha presencia en los cómics estadounidense. Y también fueron progresistas con las diversas sexualidades. Era una editorial tan incómoda para el lector blanco conservador (que ahora diría que esto es políticamente correcto y que él es le oprimido), como progresista e integradora para aquellos a los que se les ha negado de mostrar su realidad a lo largo de las décadas.
Otro de los grandes logros de la editorial es que fue una descubridora de talentos. Algunos de los artistas más prestigiosos, como bien podría ser John Paul Leon, de la actualidad dieron sus primeros pasos en esa editorial.
Sin embargo, las ventas comenzaron a caer. Y la autocensura trajo consigo la desintegración y la buena sintonía que reinaba, se resintió. Dwayne McDuffie tuvo una disputa directa con Paul Levitz a raíz de que se negasen a publicar una portada de dos mujeres besándose apasionadamente. Y eso provocó que, sin previo aviso, también abandonase el barco Dennis Cowan.
Ante esas adversidades, DC no sabía qué hacer con el sello y optaron por hacer crossovers con sus personajes, pero con ello no lograron revitalizarlos. Por otro lado, los esfuerzos de Milestone se centraron en las producciones audiovisuales y de videojuegos, siendo particularmente exitosa, Static Shock, una serie de dibujos animados que no solo nominado a los Emmys (ganando uno por su banda sonora), si no que fue una serie que marcó una generación al ser una serie infantil de un superhéroe de color. Eso no es algo que se vea todos los días.
Finalmente, con Los Nuevos 52 y con algunas apariciones previas en títulos de DC, Milestone se estableció como uno de los múltiples universos de DC, bajo la denominación de Tierra M. Eso significaba que estaban ya completamente integrados dentro de su universo y que no funcionaban de forma autónoma e independiente (también en lo creativo), que es cómo Milestone se había desarrollado hasta el momento.
Todo volvió a dar un giro tras la trágica y prematura muerte de Dwayne McDuffie en 2011, con tan solo 49 años. Ahí volvieron a encontrarse Denys Cowan, Derek Dingle y Reginald Hudlin y decidieron que tenían que hacer que Milestone resurgiera de sus cenizas. No solo porque el mundo lo necesitase, si no como homenaje el homenaje que Dwayne se merece.
Y en la New York Comic Con de 2017, DC hizo un panel sorpresa dedicado a Milestone. Ahí se reveló que iban a volver con energías renovadas con ambiciosos planes de introducir nuevos personajes, entre ellos, una versión femenina de Static. Algunos de los artistas implicados en esta nueva andadura serían Alice Randall, Ken Lashley o Greg Pak.
A la viuda de Dwayne McDuffie no le pareció una buena idea. Especialmente, y de forma muy resumida a grandes rasgos, si no se llegó a tener en cuenta la parte proporcional de los derechos que le pertenecían a Dwayne. La mujer lo consideró una falta de respeto total y optó por interponer una demanda para reclamar los derechos de su difunto marido. Y eso llevo a la congelación total de este relanzamiento. A continuación, podéis leer el archivo de la denuncia:
Todo ello se saldó a finales del año pasado con un acuerdo con un acuerdo, tras dos años de disputa entre la heredera de McDuffie y DC, Cowan, Hudlin y Dingle. Fue uno que satisfizo a todas las partes implicadas y suponía que podían volver a llevar a cabo acciones para este reinicio.
En una reciente entrevista de Denys Cowan para CBR ha afirmado que los planes de traer de vuelta a Milestone se han retomado y que se están haciendo avances de los que se informará pronto:
“Como bien sabes, estuvimos envueltos en una denuncia de la que todo el mundo leyó o, por lo menos, aquellos que tenían el interés suficiente como para leer sobre esto. No todo lo que se imprimió era verdad, pero sí que fue una situación comprometida. Bueno, pues esta situación se ha revuelto de una forma que ha satisfecho a todas las partes. Así que estamos todos contentos. También la persona que tuvo problemas con nosotros. Estamos ahora todos juntos, somos todos amigos. Y DC y Milestone están avanzando en sus planes después de un gran retraso. Y, justo cuando comenzábamos a retomar todo de nuevo, es cuando la pandemia nos golpeó.
Pero eso, en verdad, no ha detenido nuestro trabajo, estamos haciendo progresos. No puedo decir nada demasiado grande pero ahora estamos todavía llevando a cabo muchas de esas cosas, aunque algunas de las cosas ya fueron anunciadas hace tiempo. Va a haber algunas cosas nuevas que van a ser anunciadas. Pero para todo aquellos que siguen pensando en Milestone, os agradecemos vuestra continua paciencia. Se van a enseñar cosas relativamente pronto. Y, con suerte, la gente querrá volver a subirse al tren de Milestone. Y eso será bueno porque creo que ahora se necesita más que nunca”.
Denys Cowan
En la actualidad la cultura se ha sensibilizado con las minorías y se ha buscado una mayor diversidad y respeto. Aunque los cambios de mentalidad no son de la noche a la mañana y sigue habiendo muestras de un preocupante racismo institucional, se han hecho progresos y avances desde los años noventa. Y una de las consecuencias de ello es el alzamiento de un grupo creciente de reaccionarios que ven en ello y peligro haca sus intereses. Y ese es el verdadero problema.
La América de Trump, defensor de la opresión y de grupos de sesgo racista y utltraconservador como el Ku Klux Klan. Su ideal de Hacer América Grande otra vez se refiere a hacer grande SU América y dejar en la cuneta a aquellos que no les interesa. O les guarda un profundo desprecio. En lugar de solucionar y atajar problemas, los agrava. Y por eso el conflicto racial no solo no ha desaparecido, sino que está muy vivo. Más de lo que parece en un territorio en el que sigue habiendo nostálgicos del esclavismo.
Es una problemática muy en flor de piel. No se había presenciado una reivindicación de tal magnitud desde la lucha por los derechos civiles. Algunos hablan hasta de revolución, cosa habitual por otro lado después de meses de confinamiento. Pero el racismo institucional, siendo la violencia física la forma más extrema de este, es algo de lo que las personas de color están hartas. No quieren seguir aguantándolo y en eso consiste los sucesos de estos días.
Y por eso el retorno de Milestone hace falta como nunca antes. El contexto no es el mismo que en los noventa. Tras algunos pasos adelante, el contexto se ha recrudecido. Especialmente tras el nuevo asesinato injustificado de un ciudadano de raza negra a manos de un policía blanco. El mundo necesita reconvertirse, renovarse, replantearnos quiénes somos y hacia donde queremos dirigirnos, entendernos. El mundo necesita más empatía hacia el otro, no más prejuicios y odios.
El trabajo de Milestone siempre ha sido el buscar que aquellos que nunca han tenido un espejo que ensalzase sus virtudes, lo tuvieran. Sus cómics no hablan del color, sino de los grises de estos. La diversidad consiste en eso: en lograr que estas historias no solo hablen al público objetivo, si no que aquellos que no lo son sientan interés. Y ya tenemos muchas historias
Este retorno solo puede y debe ser recibido con gratitud y con la esperanza de que llegue más lejos de lo que ha llegado proyectos herederos como Lion Forge. Fue un sello que rompió muchos prejuicios y que demostró que hay muchas realidades debajo de la superficie que es fundamental que salgan a la superficie. Los cómics no son propiedad de nadie. Todos deben tener acceso a este medio. Y para ello se necesita que cuenten el máximo de historias diferentes. Y también se precisa un esfuerzo de tener la mente abierta para el lector.
Así pues, ¿es necesaria? Sí. ¿Puede funcionar y calar más hondo de lo que lo hizo entonces? Los factores para ello están. ¿Qué estos proyectos y movimientos en favor de la diversidad no deberían cuestionarse? Evidentemente. Como lectores somos todos lo suficientemente maduros para entender que tenemos que apoyar las causas justas y, por tanto, esto son buenas noticias, ¿verdad?
Le escueza a quien le escueza la visibilidad no va a desaparecer mientras que haya falta de representación. Y hoy es más significativo de lo que ha sido nunca. ¿Quién sabe? Puede que inspire a acometer grandes gestas a chavales que se sienten marginado y atemorizados por el hostil día a día, que no ve nada en lo que verse inspirarse. Esas son las cosas que merecen la pena.