La semana pasada os comentamos que en Sala de Peligro todos los lunes nos gusta publicar reseñas de mangas. Y recuperamos una obra que no habíamos podido reseñar en su momento por llevar poco tiempo en activo la web. Se trataba de Drifting Dragons, un manga que sigue en activo. Hoy, hemos decidido recuperar otra obra que creemos merece una nueva lectura: Ran y el mundo gris de Aki Irie, publicada por Tomodomo y que, al contrario de la anterior, llegó a su fin en su séptimo volumen. Por lo que, si no la leísteis en su momento y decidís darle ahora una oportunidad, podéis acceder a la obra completa en castellano.
Ran y el mundo gris es un manga de temática algo difusa, siendo ésta una mezcla entre mitología japonesa y un coming-of-age de una protagonista demasiado pequeña con un poder demasiado grande. Normalmente las obras cuyo género es ese coming-of-age (o transición a la mayoría de edad) trabajan el crecimiento moral/psicológico del (o la) protagonista. Y suele situarse en ese momento entre la adolescencia y la juventud. Suele tratar temas de identidad, y a partir de ciertos eventos todo se precipita. Pero, ¿qué ocurre cuando la protagonista de la historia, Ran, tiene diez años y un poder mágico que la ayuda a convertirse físicamente en una joven de veinte?
Ocurre lo que tiene que ocurrir, un desastre. Porque si mente y cuerpo no van de la mano, sólo pueden pasar cosas imprevisibles. Pero pongamos las cosas en su sitio. Ran Uruma es una niña de diez años muy activa. Aunque no le termina de gustar el colegio, porque no tiene muchos amigos, le encanta meterse en problemas y hacer todas las trastadas que se le ocurren. Vive con sus padres y su hermano mayor, a quien lleva de cabeza ya que, gracias a unas zapatillas de deporte especiales, Ran puede transformar su cuerpo en su versión adulta. Y es que la familia Uruma es de todo menos convencional, ya que todos sus miembros tienes características sobrenaturales. Siendo la más poderosa la madre, una poderosa bruja que debe cuidar del portal entre el mundo espiritual y el que vive su familia.
Jin, el hermano mayor de Ran, tendrá que controlar las travesuras que ésta realiza. Ya que, cada vez que ésta se transforma en su forma adulta despliega sus poderes. Y todavía no los controla. Poco a poco Ran irá metiéndose en cada vez más líos sin saber que al mismo tiempo, una amenaza se cierne sobre su mundo. Amenaza que aprovechará sus trastadas para convertirlo todo en polvo y cenizas. Por si esto fuera poco, Ran verá su vida hecha un lío en cuanto a relaciones personales se trata. Problemas en el colegio y fuera de él, porque cuando tu versión adulta es toda una preciosidad, y tu actitud es completamente inocente, nunca sabes a quién puedes atraer. ¿Pero qué va a hacer ella, si lo único que quiere es ser mayor para hacer lo que le dé la gana?
Ran y el mundo gris es, como se ha comentado antes, un manga de aprendizaje. Aunque la protagonista es muy pequeña debe enfrentarse por su magia a situaciones muy peligrosas y fuera de su alcance. Además, las relaciones que establecerá con cada una de sus formas físicas harán que la pequeña tenga debates continuos acerca de temas demasiado complicados para su edad. De ahí que el coming-of-age en esta obra sea algo extraño. Sin embargo, Aki Irie consigue nivelar a la perfección la mitología japonesa, con el realismo mágico que ha creado entorno a la familia Uruma, y todos los personajes sobrenaturales que se reúnen en su entorno. Además, la magia no se limita a Ran, sino a todo un plano que lleva a parte de los personajes a luchar por proteger la vida de muchas personas. Las escenas de acción y en especial el desarrollo de personajes son increíbles.
En cuanto al apartado gráfico de Aki Irie, es tan ecléctico como su argumento. El diseño de personajes, en especial las mujeres, son voluptuosas y con unos diseños muy provocativos. De ojos enormes y muchos brillos. Con diseños muy diferenciados unas de otras. El cambio entre la Ran infante, y su versión adulta, es el ejemplo perfecto de estos diseños. La propia niña se maravilla en sus transformaciones de las curvas que tendrá de mayor, que es lo que ella quiere, ser mayor. Por otro lado, pese a tener estos diseños, Irie no escatima en sus paisajes, ni en ninguna representación relacionada con deidades o mitos. Las escenas de batalla son brutales, y no evita el dibujar el conflicto directo, así como las heridas. La aparición de personajes nuevos suele ir acompañada de ilustraciones a doble página como si se tratara de posados para una revista. Y es que absolutamente todos los personajes son importantes en la historia. Incluidos todos los secundarios. Lo mejor de todo, la diferenciación entre todos los diseños hace fácil reconocerlos en todo momento. Así como el preciosismo de absolutamente todas las páginas.
Tomodomo terminó de publicar hace dos años esta obra. Con una edición sublime manteniendo las portadas y contraportadas originales, donde se resume lo que ocurre en cada volumen. Por suerte, esto es incomprensible hasta que se lee el tomo. La ilustración, pese a ser preciosa, carece de sentido hasta ese momento.
Aki Irie hizo un trabajo magnífico con este manga, si bien hay un punto casi al final de la obra algo debatible que no comentaremos por no destrozar ninguna de las tramas de la historia. Ran y el mundo gris es una de esas series que merecen la pena volver a leerse una y otra vez no sólo por el apartado gráfico, que es espectacular, sino por el guion que hay detrás. Recomendadísima.
Título: Ran y el mundo gris |
Guion, dibujo y color: Aki Irie |
Edición Nacional: Tomodomo |
Edición Original: Enterbrain (Kadokawa Future Publishing) |
Formato: Rústica con solapas, 216 páginas |
Precio: 8,00€ |