¿Conocéis Grafito Editorial? La editorial valencia dirigida por Yolanda Dib y Guillermo Morales ya lleva más de un lustro trabajando en el mercado del cómic patrio y nos ha regalado obras de autores como Agustín Ferrer Casas, Nacho Fernandez, Pedro j. Colombo, Raule, Sergio Bleda, Jose Fonollosa, Josep Busquet, Kelly Thompson o Alba Cardona, entre muchos otros, incluyendo por igual autores veteranos como nóveles.
Hablar de Grafito es hablar de Mies, Cieloalto, Viaje a Xambala, Descorazonada o Vampi. Es hablar de Cazador de Sonrisas, Arde Cuba o Objetivo Hedy Lamarr. Y de eso queremos hablar, de Grafito Editorial. Para descubrir a fondo Grafito Editorial hemos hablado con sus máximos responsables: Guillermo y Yolanda. Y este es el resultado de esa charla.
¡Muy buenas, Yolanda y Guillermo! ¿Qué tal todo? ¿Cuántos años lleva ya Grafito Editorial en marcha?
Yolanda: ¡Muy buenas, Pedro! En octubre 2014 fue cuando publicamos el primer álbum, que fue Cazador de Sonrisas con Agustín Ferrer.
Guillermo: Antes llevábamos un añito preparándolo todo. Hablando y preparando temas… Con lo cual son unos, ¿cinco o seis años?
Yolanda: Sí. El tiempo pasa volando, pero sí. Llevamos ya casi los seis años.
O sea, que dentro de dos o tres meses estamos hablando de seis años de Grafito. No son pocos. A trazo grueso, ¿Qué conclusiones sacáis de estos seis años? ¿Montaña rusa emocional lo describe bien?
Yolanda: Sin duda. Yo creo que cualquier negocio, cualquier empresa, cualquier proyecto de este tipo en el que, además, te involucras tanto, siempre es una montaña rusa. Y, de hecho, en nuestro caso, además de socios somos pareja. Con lo cual todas las emociones todavía se juntan más.
Y sí que es verdad que es un ir creciendo nosotros con la editorial. Hasta tal punto que a finales de 2018 decidimos dejarnos, como se suele decir, los trabajos de comer, para centrarnos al 100% en la editorial y apostarlo todo por Grafito. Porque, al final, el problema de hacer las cosas a medias es ese, ¿no? Que estás haciendo todo a medias. Entonces decidimos que ya habíamos hecho esa fase de aprendizaje y que ya era el momento de lanzarnos a full. Y yo creo que eso en 2019 sí que se ha visto reflejado. En nuestra implicación, en haber estado en muchísimos más eventos porque ya no teníamos que compaginarlos con otras cosas, el poder sacar más títulos, el poder dedicarles más tiempo… En fin, yo creo que eso sí que se ha podido percibir en 2019.
Hay una cosa muy interesante. El aficionado que sí que está muy metido y que se interesa por la intrahistoria de la editorial y de las obras, pues sabe que la mayoría de los autores del cómic patrio hacen sus obras en las dos o tres horas libres después de su trabajo a jornada completa. O sea, que son autores tienen su trabajo y en su ratito libre hacen sus cómics. Y sacan uno cada año o dos. Y luego las editoriales también funcionan así. Este tipo de editoriales, no de los tres o cuatro monstruos que puede haber. Está la jornada de trabajo y luego, pues hay que responder mails, estar con los tweets, hablar con los autores… Yo sabía que ya os dedicabais a tiempo completo, pero no sabía que habíais dado ese cambio. Pero creí que era así desde el principio. Imagino que los primeros años tuvieron que ser duros. Se dice que hasta que un comercio da beneficio tienen que pasar dos o tres años. Aunque, supongo, que del dicho al hecho…
Guillermo: Nosotros somos machacas. Somos curritos. Que quede claro. Alguno de los que están aquí pensará que todo esto viene de un ordenador (risas). Venimos de trabajar de currito. Y lo que hemos hecho ha sido ahorrar y montar nuestro negocio.
Lo bueno es que Yolanda venía del mundo del marketing y yo venía del mundo de la venta. Eso ayuda mucho. Y aparte de que ya habíamos estado en el mundillo del cómic. Ya conocíamos a la gente y habíamos puesto la oreja. Habíamos puesto la oreja mucho para saber qué es lo que quiere la gente. El ADN de Grafito es editar a autores españoles. Ese es el ADN, aunque luego mutamos. Tenemos autores y licencias de fuera, pero nosotros siempre queremos tener material original.
Cuando montamos la editorial empezamos de una manera muy discreta. Sacábamos unas cuantas novedades. Tú lo sabes. Lo sabe cualquiera que esté dentro del mundo del cómic: el autor necesita su añito o añito y medio para terminar su obra. Empezamos a sacar cosas y nos empezó a ir bien. Dijimos que había que coger un poquito de velocidad y tenemos que tener más oportunidades de publicar obras. Ahora mismo mientras estamos hablando tenemos ¿doce?
Yolanda: Quince.
Guillermo: ¿Quince? Madre del amor hermoso…
Yolanda: Y he quitado tres o cuatro que están muy en el aire.
Guillermo: Claro, yo hablo de obras de las que ya han entregado páginas. Que marchas y tienen equipos trabajando en ellas.
Yolanda: Para que os hagáis una idea. Creo en que lo que llevamos hasta ahora creo que son doce o catorce títulos los que hemos publicado. Y la inversión, el esfuerzo y el meterle velocidad a esto ha sido precisamente por ese motivo. Es decir, hemos compaginado esos proyectos durante cinco años y ahora estamos llevando incluso más proyectos en marcha que todos los que hemos publicado hasta ahora para que salgan dentro de un par de años. Con lo cual a esto al final también tienes que meterle velocidad. Porque si no cocinas, no comes. Hay un refrán en Valencia: fregint i menjant, friendo y comiendo. Y es un poco lo mismo. Si no te nutres, no creces.
Guillermo: Es un tema que se basa en tres puntos. El primero: calidad. Nosotros a nuestros autores les pedimos calidad. ¿Por qué? Porque si me dan el cómic de la mayor calidad posible, yo tengo más oportunidad para venderlo aquí en España, para vender la licencia en el extranjero o para buscar más posibilidades de negocio. Lo que queremos es que se lleven más pasta.
Luego está el tema de responsabilidad, ¿vale? Yo le estoy exprimiendo la sangre y exigiéndole mayor calidad. Pero, por mi parte, tengo que ir a más eventos. Tengo que hacer más labor comercial y Yolanda tiene que hacer y comunicar ese cómic a cuanta más gente posible. O sea, si el tío se está dejando la piel, nosotros también. Es lo que toca. Quid pro quo.
Luego, la tercera es crecer. Nosotros somos una editorial pequeña. Queremos crecer. No queremos convertirnos en una megaeditorial. No es nuestro rollo. Pero sí que queremos dar más oportunidades, tener más títulos. Por ahora teníamos una cantidad de títulos y ya estábamos reventados con eso. Pero veíamos que podíamos manejarla con un trabajo. Y llegó un momento que dijimos que si queremos que esto crezca o nos metemos de cabeza o nada. Y por eso estamos a tope ahora con Grafito.
Yolanda: Luego una de las cosas, también, más importante para nosotros… Que digamos que ha estado desde el minuto uno y luego es una queja un poco generalizada entre todos los que estamos en esta industria. Y es que es verdad que el techo de lectores en España es bajo y la cantidad de novedades que salen al año es muy elevada. Con lo cual sabemos que el mercado que tenemos en España no es muy boyante comparado con otros mercados como Estados Unidos o Francia, que son nuestros referentes.
Entonces, una de las cosas que siempre ha estado en nuestro ADN es la de hacer cosas de producción propia con idea de sacarla afuera. Es decir, con la idea de vender las licencias a otros países. De forma que cuando tienes un producto terminado poder comercializarlo en cuantos más sitios, mejor. Y pensamos que de ahí vendrá un pequeño retorno que permitirá que esto tenga un poco más de sentido a nivel de ingresos.
Guillermo: Cuando pedimos una obra, pedimos que sea original, que el dibujo sea bueno, que la historia sorprenda… Que sea autoconclusiva, porque es algo que nos piden siempre nuestros lectores. No suelen decir: “¿Esto empieza y termina o es una colección? ¡Ya estoy haciendo muchas!”. “No, no. Esto empieza y termina. Es un solo tomo”.
Entonces pasa que nosotros queremos coger material en el extranjero, pero aquí en España tiene que funcionar. Es la base. Pongamos los pies sobre la tierra porque hay poca cantidad de lectores y muchísimos cómics.
Por nuestra parte, nuestros títulos no terminan en unos meses. Que es uno de los problemas de la sobreproducción. Hay tal cantidad de títulos que la rotación en tiendas es salvaje. Nosotros vamos a seguir haciendo promoción de este álbum hasta que se termine la venta completa. Y para eso necesitamos más tiempo, para eso nos esforzaremos más.
Luego estamos teniendo mucho, mucho interés en vender las licencias fuera. Estamos haciendo muchos contactos y asistimos a ferias internacionales. Es otra manera de venderlo. La otra es convencer a una productora de cine, que también es el infierno. Cinco años de chapa hasta que al final te hacen caso. Pero buscamos oportunidades de sacarle todo el jugo posible a las obras de nuestros autores.
Claro, es lo que dices tú. Fíjate, el volumen de las novedades. El año pasado hubieron 3000 novedades en un solo año. Pero también es cierto que tienes que competir en ese mar, en ese tsunami de novedades, pero tampoco compites contra todas. Realmente, al final el target que tengas tú es distinto al que puedan tener otras editoriales.
Yolanda: Totalmente de acuerdo.
Al final tienes que competir con un perfil de lectores menos pijamero o menos manga. Y ahí es donde, supongo, os tenéis que abrir vuestro camino.
Yolanda: Tú piensa que al final, competir, estás compitiendo con todo el mundo. Porque al final no se trata solo de competir cómic contra cómic, que también. Ikea, por ejemplo, hizo un análisis y se dio cuenta de que su principal competidor eran las agencias de viajes. ¿Por qué? Porque la gente que había ahorrado 2000 o 3000 euros para cambiar una habitación u otra cosa y de repente se dan cuenta de que no era tan urgente y deciden irse de vacaciones toda la familia.
¡Vámonos a Mallorca!
Yolanda: Y eso puede parecer así de absurdo, pero, al final, tú tienes cincuenta euros en el bolsillo. Y a lo mejor leer, te gusta el teatro… Porque a la gente a la que nos gusta leer en general, es verdad que somos gente inquieta, tenemos muchas aficiones… Entonces, este mes, a lo mejor toca ir a la obra de teatro y al siguiente es hacer cuatro rondas de cine.
Está el cómic, está el tipo de lectura al que nosotros nos acercamos. Y a lo mejor sí que es verdad que no es un lector de manga o es un lector menos aficionado al americano… Pero la competencia sigue siendo feroz.
Con 3.000 novedades al año ya estamos a cuchillo limpio, pero, luego, hay que pensar en qué se lee más.
Guillermo: Nosotros pensamos en ese lector que lee de todo. Vale, sí. Hay gente que tira más de superhéroes, yo mismo. Y hay gente que tira más de manga y hay gente que tira más de europeo… Y luego está el mezclado que le da a todo. Pues cuando a nosotros nos preguntan qué tipo de obra hay que hacer y cuál es el tope… El tope está en la tienda. Tú vas a competir con la tienda. Si un tío se acera y dice “dame este Spiderman y me llevo este Saga” es porque le ha gustado más. Tienes que llamar la atención y tiene que ser muy bueno.
La verdad es que competir es muy difícil, pero nosotros estamos muy orgullosos de las cosas que sacado. Una de las cosas buenas y malas de Grafito es que no tenemos dos cómics que se parezcan. Vamos cambiando mucho de tema, de argumento, de tipo de historia porque lo que buscamos es lo que pone en nuestra leyenda: “Buenas historias. Buenos dibujantes”. Si la historia es buena y el dibujante es bueno, está dentro.
Estaba mirando que en muchos de vuestros cómics está el guionista por un lado y el dibujante por otro. ¿Esto cómo funciona? ¿Se os acerca un guionista con una idea muy buena que no puede dibujar y vosotros buscáis el dibujante? ¿OS llegan guionista y dibujante juntos? ¿Siendo directores editoriales, cuánto hay de cazatalentos?
Yolanda: Estás definiendo nuestro día a día.
Guillermo: Sí, es así. Pongamos que alguien se ha pasado por grafitoeditorial.com. Ha ido a la parte de “envía tu proyecto” Y pongamos que es alguien que se dice a sí mismo y que guionista y tiene una idea de cómic. O un dibujante que nos dice “mira, es que quiero dibujar un cómic, pero no tengo una historia. ¿Qué hago?”
En ese caso, nos toca a nosotros. Nosotros tenemos una base de datos de dibujantes y de guionistas. Pongamos que nos viene un dibujante que su estilo pega muchísimo con un género concreto. Pues nosotros ya sabemos de algunos guionistas que pueden trabajar ahí. Y le decimos: “¿Tienes alguna historia de esto?”
A nosotros, normalmente, nos vienen guionistas con historias y dibujantes con ganas de trabajar. Y a veces vienen equipos, que es lo mejor porque cuando tú haces un equipo tienes que ver varias cosas: que la historia y el dibujo casen, que los dos autores casen también… Porque lo que no queremos es que los dos se saquen los ojos porque van a trabajar juntos durante año y medio. Entonces, tienen que hacer equipo. Entonces, cuando vienen con el equipo hecho es mucho mejor. Pero no es siempre así.
Luego hay veces que nosotros descubrimos una historia. Y decimos: “ostras, nos apetece hacer mucho una historia sobre Hedi Lamarr”. ¿Por qué? Pues porque Hedi Lamarr lo tiene todo. Entonces, pues vamos a hacer equipo. Cogimos y hablamos con Ricardo Vilbor, el guionista con quien ya habíamos trabajado porque nos hizo Chorizos. Atraco a la española, que es muy bueno. Nos fuimos con Ángel Muñoz que es un dibujante de línea clara con un estilazo y unas pin ups que dibuja… Bueno, es un fiera. Y luego con Abel Pajares, que hace un color que es salvaje. Y ahí está. Hedi Lamarr es uno de nuestros cómics en los que nosotros hemos montado el equipo, en lugar de venir montado.
Yolanda: Porque la idea partía de nosotros. Eso es algo que es inevitable. Estás todo el día pensando y trabajando con gente creativa y, de vez en cuando, ves alguna noticia o lees alguna historia que despierta ciertas ideas y a partir de ahí somos nosotros hablamos con distintos autores si les apetece. Porque sí que es verdad que no es idea original de ellos. Pero sí que es importantísimo que es suya también.
Guillermo: La tienen que hacer suya. ¿Esto es un encargo? Sí. Pero no. La obra tiene que ser tuya, tienes que meter de ti en el guion y en el dibujo.
Yolanda: Tu impronta y tu sello.
Guillermo: Exacto. Porque vas a estar mucho tiempo trabajando con ella y la tienes que gozar.
Yolanda: Sobre todo por otra cosa. No solamente el desarrollo de la historia. Esto es algo que se lo recalco mucho a los autores. Supongo que es la parte del marrón que me como yo. Aquí, internamente, para que lo sepáis, toda la parte desarrollo de producto, la parte más de proceso editorial, la lleva, principalmente, Guillermo. Y yo, cuando el álbum está a punto de terminar, llevo todo lo que es marketing, comunicación, negociando con las distribuidoras, con los comerciales y con el cliente final.
Guillermo: Exacto. Yo te cojo de la mano mientras se está haciendo y desarrollando un proyecto. Y Yolanda te coge de la mano una vez el proyecto está hecho.
Yolanda: O te empujo por las escaleras. Depende de cómo te comportes (risas).
Os dais la mano en imprenta, ¿no?
Yolanda: ¡Exacto! Una de las cosas que les recordamos mucho a los autores es que el cómic no termina cuando se ha terminado de dibujar la última página. Eso es solamente la mitad del camino. La otra mitad es la promoción, el hablar de él, el moverlo… Entonces, claro, tienes que terminar el cómic con el sabor de boca de decir que se ha hecho algo que te gusta, de lo que estás orgulloso y de lo que te apetece hablar con el resto de gente y compartirlo.
Porque, además, nosotros en una de las principales cosas en las que nos centramos mucho en la producción es en ese tú a tú de los autores y los lectores. Nos centramos muchísimo en eso. Y tú lo has vivido conmigo, el ser muy pesada y decirte: “entrevístame a mis autores, reséñame esto…”. porque para nosotros la promoción del álbum es fundamental. Y es fundamental tanto en lo que son las presentaciones en las librerías como en los eventos. Con lo cual, esta nueva normalidad para nosotros es un mazazo porque parte de una de las actividades que para nosotros es más importante a la hora de promocionar es que el autor se acerque al lector y viceversa y ahora está un poco capada.
Pero siempre decimos eso. ¿El álbum terminado? Vale. Ahora estamos a mitad de camino. Luego toca promocionarlo y venderlo.
Guillermo: Sabiendo que el mercado del cómic español tiene un techo de lectores bajo y que hay una competencia feroz, nosotros necesitamos la ayuda de los autores. Que quede claro que nosotros, como editorial, vamos a estar haciendo promoción sin parar porque es nuestro trabajo y porque es lo que nos toca.
Yolanda: Pero que quede claro que nosotros no le importamos a nadie y es así como debe ser. ¿Tú sigues al cantante o a su discográfica? A nadie le importa la discográfica. El cantante es el protagonista y nosotros vamos a hacer muchísimo ruido. Pero, por poner un ejemplo, un tweet de uno de nuestros autores tiene cuatro veces más fuerza que un tweet nuestro. Y somos conscientes y es así.
Esto tiene que ser una labor de equipo. A pachas. Nosotros vamos a dar todas las herramientas y vamos a ayudar todo lo posible, pero agradecemos muchísimo la ayuda. ¿Sabes por qué? Sobre todo, porque somos pequeños y lo que queremos es hablar mucho de cómic en redes para que la gente conozca a Grafito.
Sobre todo, hablo de los casuales, de la gente que normalmente no lee. Puede decir: “ostras, esto mola. ¡Cómprame un cómic de esa editorial!”
Está bien que penséis así pero tampoco es lo común. Hablando de ser pesados, como decía Yolanda. ¿Cómo de pesado hay que ser para pescar en el mercado internacional? Porque también habéis publicado algunas cositas de fuera como, por ejemplo, ese Descorazonada de Kelly Thompson, que ha entrado en varias listas de lo mejor de 2019. Ya solo por la traducción del título, lo merece. O yéndonos un poco más para atrás, el Ordinary de Rob Willaims. ¿Cómo de pesados o batalladores hay que ser para pescar fuera?
Yolanda: Al final, comprar tampoco es especialmente complicado. Lo que sí que es verdad es que todo tiene que basarse en una estrategia.
Nosotros, efectivamente, pescamos. Picoteamos de aquí y de allí cosas que nos gustan y demás. Pero sí que es verdad que hay ciertas obras de otras editoriales que no pescan, si no que tienen una red. El volumen de licencias que ellos compran es muy grande.
Red de arrastre, sí.
Guillermo: Si tú eres Dark Horse o Image y tienes a un cliente que te compra mucho, le haces mucho más caso que a un cliente que te compra poco. Es así. Nosotros, por tamaño, somos muy pequeñitos y picamos de vez en cuando. Lo que pasa es que tenemos que darnos mucha prisa y tenemos que estar con el ojo puesto. Y muchas veces, nosotros queremos algo y ¡Pum! Se lo han dado a otros. Y lo tenemos asumidísimo. Las grandes, grandes obras, las llevan las grandes, grandes editoriales.
Yolanda: Nosotros, en nuestra línea, hacemos lo de siempre: encontrar esas pequeñas joyitas que están más olvidadas y que, cuando las lees dices: “¿Cómo es que nadie ha publicado esto?”.
A mí, personalmente, Descorazonada me parece un álbum fantástico.
Guillermo: Nosotros lo que hacemos es escarbar en catálogos. Pero en catálogos de hace muchos años en vez de en novedades. ¿Por qué? Porque nosotros somos un poco como los buscadores de oro. O sea, si quieres imaginarnos enfangados hasta las rodillas con un plato buscando pepitas… Prácticamente es lo mismo.
Yolanda: Tontos no somos. Ciegos no estamos. Guillermo tiene olfato. De repente ve un cómic que está publicado y enseguida te lanzas para preguntar si está disponible. Aunque muchas veces nos dicen: “sí, a buenas horas. Esto está más que repartido”.
Guillermo: Y luego están los chollos que te encuentras, te lanzas a la piscina y uno de tus compañeros editores se lo ha pillado. Por ponerte un ejemplo: Mecánica Celeste, que lo va a sacar Nuevo Nueve. Nosotros ya le habíamos echado un vistazo. Pero él fue más rápido. Pues bien, por él.
Yolanda: Y será un gran álbum. Os lo recomendamos.
Guillermo: Sí, ese os lo tenéis que leer.
Otra de las patas, líneas de negocio, estrategias, modelos en los que insistís mucho… Y desde el principio, además, si no me equivoco, es en la parte digital. En la venta digital de vuestros cómics. Esto, ¿Por qué es? ¿Por limitación? ¿Por cabezonería? ¿Por estrategia?
Guillermo: No, no. Por cabezonería. Lo que voy a decir duele. Pero es así. No hay dinero en el digital, ¿vale? No hay dinero en el digital.
La gente que nos compra en digital suelen ser padres que ya no tienen espacio para los cómics y que, sin embargo, quieren leérselos. Y nos dan las gracias.
Pero no hay casi ventas porque la mayor parte de los lectores de cómic son coleccionistas. Todos somos unos zumbados que queremos tenerlo en nuestras manos y que la edición sea guapa. Queremos tenerlo en nuestra estantería y leerlo cuando queramos.
Lo digital es el futuro. Pero todavía no ha llegado. Sí que ha subido el número de lectores en digital. Pero también hay que pensar una cosa: tú coges y vender un cómic en digital por tres euritos. Si lo vendes a ese precio tan bajo, las ganancias también son bajas. Los costes también son bajos en cuanto a venta. Pero el mercado es bastante diferente. Tendrías que vender una barbaridad. Y volvemos a lo mismo: al techo de lectores.
Sabiendo que la mayoría de ellos son coleccionistas y que quieren tenerlo en papel, nos centramos bastante en el papel. ¿Por qué lo seguimos sacando en digital? Como servicio social. Por la gente que nos lo pide en digital y quiere leerlo en digital. Lo hacemos porque nos sabe mal por ellos. Pero no por pasta.
Es cierto lo que decís. Incluso hay una frase que podría ser un titular bueno. Es cierto, todos los cómics que publicáis, ninguno es parecido entre sí. Son todos distintos. Tiene todo su estilo propio, sus temas propios… Parece como que, del año pasado hacia aquí, muchas editoriales están comenzando a apostar muy fuerte por el cómic infantil. Quien más quien menos, cada mes o cada dos, sacan sus novedades de infantil. Tienen su subsello propio con nombre distinto para publicar solo cómics infantiles… ¿Vosotros cómo os veis en esta “moda”, entrecomillada porque llegó hace mucho tiempo y está para quedarse?
Yolanda: Lo has clavado. Efectivamente, es una moda. Uno de los grandes problemas ha sido, yo creo, que ha habido un esfuerzo por parte de la industria por entrar y centrarse en el mercado adulto. Y, de repente, todo el mundo parece que se olvidó de los niños.
Por otro lado, sí que es verdad que los niños de ahora tienen unas herramientas disponibles para entretenimiento que son enormes. Yo creo que esa costumbre que tenemos los cuarentones a los que nuestros padres nos daban dinero para ir al quiosco el fin de semana, o que tenías algún especial que salía con el periódico… Eso es una costumbre nuestra, una tradición de nuestra infancia. Obviamente, los chiquillos ahora no van a un quiosco a comprarse un cómic. Pero me parece una parte muy importante de nuestro entretenimiento.
Y yo creo que es algo de lo que nos hemos dado cuenta cuando en 2018 inauguramos nuestra línea Lapicero que era, precisamente, para ese cómic infantil. Lo inauguramos con Vampi. Después hicimos Viaje a Xambala, que es una historia única capitulada en diecisiete capítulos realizada por diecisiete guionistas y por diecisiete dibujantes. Pero no son historias cortitas, es la misma historia que continúa.
Es verdad que la experiencia fue muy buena. Los libreros lo acogieron muy bien. Y el público lo acogió también muy bien. De lo que nosotros nos dimos cuenta es de que para nosotros encajaba también mucho con el público que tenemos. La mayoría de las cosas que publicamos son para un techo de lector más alto, de una edad de treintaypico para arriba.
A esa edad, la gente comienza a tener nanos. Y al que le gusta leer y, sobre todo, al que le gusta leer cómic, es algo que quiere pasarlo a su nano. En nuestro caso es a nuestros sobrinos. Pero vienen muchísimos padres que compran para ellos y nos solían preguntar en los eventos: “¡Oye! Para este nano que traigo por aquí, ¿Qué tienes?”. Y es como: “Jo, pues para niños no tenemos nada”.
Guillermo: Al principio nosotros no publicábamos infantil. Lo hablábamos con autores y les decíamos que no a hacer cómic infantil. Y nos dimos cuenta de que todos tenemos que arrimar el hombro y tenemos que ofrecer cómic infantil para tener nuevos lectores en un futuro. Y sobre todo porque funcionan. Mis sobrinos, y otros niños que los leen, vienen atacados. ¿Tú sabes cómo van buscando a José Fonollosa con los cómics de Vampi? Parece que le quieran arrancar un brazo. Vienen ansiosos.
Y tuvimos El Gran Libro de los Magos, que es un libro de ilustraciones. Y los chavales se parten la caja. Y no sé. Estamos contentos. Vale que no es la mayor parte de nuestra producción, que está enfocada a un público adulto y adolescente. Pero sí que vamos a tener títulos infantiles dentro de nuestra línea. Eso lo vamos a mantener.
Yolanda: Además, piensa una cosa: también es algo intermedio. Yo creo que también son importantes, sobre todo en librerías docentes, los padres. Muchas veces ven a los cómics como una lectura de segunda clase, cosa que en Francia no ocurre. El factor cultural influye mucho.
Yo creo que ahí tenemos todos que arrimar un poquito el hombro y también usar un poco esa pedagogía. Pensad que los padres muchas veces pasan de los libros ilustrados, con hermosas ilustraciones y cuatro líneas a tamaño ochenta de lectura y de eso pasamos a hacerles leer textos muy complejos.
El cómic es una herramienta de lectura intermedia para hacer el salto de ilustrado a lo que viene siendo negro sobre blanco. Pero es que además el lenguaje narrativo del cómic se acerca mucho más a esa forma de entretenimiento visual que tienen ellos ahora. Porque al final está mucho más cerca del lenguaje cinematográfico que de un libro. De verdad que es una herramienta perfecta y creo que hay que quitar muchos tópicos.
Guillermo: Si tú eres un crío y ya sabes leer y creces un poquito, lo que pides son historias un poquito más complejas. Lo que pides es que te entretengas de una manera interesante.
Yolanda: Pero no que te hagan leer Guerra y Paz.
Guillermo: Exacto. Lo que nosotros tenemos son historias que pienso que pueden entretener. Es más, Vampi está lleno de dobles lecturas. Son dobles lecturas muy inteligentes. Sin moralina ni ganas de adoctrinar sobre nada. Funcionan. Nosotros tenemos a un montón de padres que vienen a por Vampi porque después de que se lo haya leído su chaval, se lo han leído ellos y les ha gustado y han dicho que esto mola para su crío.
Yolanda: O Viaje a Xambala, que tiene unos guiños ochenteros buenísimos. Ha habido muchos padres que nos han venido y nos han dicho que lo han disfrutado tanto como el nano. Porque, claro, les ha evocado a películas de su infancia o les han hecho esos guiñitos.
Eso me gusta porque seguimos haciendo una lectura que vale para todos los públicos.
Guillermo: Exacto. Ver a unos niños perdidos con un dragón es lo que todos habríamos querido con esa edad. Ha sido una labor de ingeniería porque han sido treintaipico autores y han tenido que coordinarse todos porque es una única historia. Cada uno de encargaba de un capítulo. El resultado nos ha satisfecho muchísimo y tenemos a varios de esos autores preparando nuevas obras con nosotros. Y nos viene muy bien porque si nosotros trabajamos a gusto con un autor, repetimos. Eso es así.
Una última pregunta. ¿Os dan mucha caña con el precio de las obras? El otro día hablando con Emilio de La Cúpula, me decía que les dan caña. Lo explicaba con un lenguaje muy pedagógico, muy empresarial. También veo que, quitando la parte de ilusión, que se nota que derrocháis, también veo que tenéis ese lenguaje empresarial. Tenéis tablas. ¿Os dan caña con los precios u os dejan en paz los aficionados?
Yolanda: No especialmente. Sí que hay gente que nos ha dicho que son precios bastante asequibles. Lo que pasa es que muchas veces olvidamos que esto es una cadena. Es decir que por supuesto que lo primero que hacemos todos es calcular cuánto margina. No nos olvidemos que las distribuidoras se llevan entre el 50 y el 60% del precio de portada que se reparte entre el resto de la cadena: distribución y librería. Eso sin asumir la logística. Porque la logística va aparte y sigue asumiéndola la editorial.
Luego plantearos una cosa y volvemos a lo mismo de siempre: tiradas de 1000 o de 1500 ejemplares… Recordemos que los autores cobran un porcentaje sobre el precio de portada. Con lo cual, si tú bajas mucho el precio del álbum y el autor sigue haciendo el mismo número de páginas, la obra sigue siendo igual de larga y a él le ha costado el mismo tiempo, él al final está cobrando menos.
No se trata de decir eso que oigo tantas veces de “se me hace corto”. Bueno, es que es un cómic. El cómic también hay que saber leerlo. Si te vas a leer el texto solo, claro que se te hace corto. Píllate Guerra y Paz por quince pavos y ya tienes lectura para un rato.
Guillermo: Nosotros, además, buscamos historias que absorban lo máximo posible y tenemos algunas obras… No estoy hablando de obras que son de ochenta páginas, que normalmente rondan las cientoipico, 140. Esas te las lees en un ¡Plas! Te las lees en nada. Te llaman para comer y no vas hasta que no te lo terminas. Y claro, se te pasan en un tirón. Pero te han tenido enganchado. Yo creo que si pasa eso es que hemos hecho bien el trabajo.
También, yo entiendo que digan eso. Si se encuentras recopilatorios de colecciones que están superbaratos, dicen “oye, ¿Por qué estos están baratos y tú no?” Pues porque me pegan un hachazo. Nosotros imprimimos en España. Queremos seguir manteniendo industria. Yo me podría ir a China. No nos cuesta nada y sería mucho más barato.
Y luego que nosotros somos una editorial con un tamaño pequeño. En el momento en el que coja y publique una barbaridad de títulos… No estoy hablando de aumentar la tirada, estoy hablando de publicar más títulos. Y los mantenga en la misma imprenta, la imprenta me bajará el precio.
En cuanto a los precios, es un baile muy difícil. Nosotros intentamos bajarlos siempre que podemos. Tenemos títulos que son de 140 o 160 páginas que, por lógica, tendríamos que haberlos puesto a 17 euros. Me refiero por costes. Pero los dejamos a 16 porque sabemos que no es el momento de coger y de rascar el bolsillo a la gente. Nosotros lo que queremos es que nos sigan considerando una editorial amiga.
Yolanda: Pero ya os digo que hay que ver el otro lado. Todo lo que rebajes el precio de portadas, se lo rebajarás también en royalties al autor. Porque, volviendo al lenguaje económico, podrías decir de subir el royalty al autor. Pero entonces, me bajas mucho el margen a mí. Es un malabarismo conseguir ese equilibrio.
Yo tengo un Excel muy sofisticado en el que nos ponemos a hacer todo ahí para asegurarnos. Porque hay veces en las que te despistas un poco y… Y esto no es broma. Te lo puede decir cualquier editor. Si no ajustas bien los precios, a veces, todo lo que vendes por distribuidora te da pérdidas. Y a lo mejor son dos céntimos, pero eres consciente de que por cada álbum que sale por distribuidora, estás perdiendo dos céntimos. Con lo cual no es hacer bien tu trabajo empresarialmente.
Al final dependes de las ventas propias de internet, de la venta online.
Yolanda: Pero eso no lo sostiene.
Guillermo: Esto también me gustaría decirlo. La mayor parte de las ventas son en tienda. Pero la mayor, mayor, mayor parte. Y luego, el nivel de ventas online es supermarginal.
Yolanda: Esto es como lo que decíamos del digital. Cuando el cómic ya ha pasado su ciclo en la librería y este ha vuelto a la distribuidora, al lector muchas veces le cuesta encontrarlo.
Y a lo mejor lo ha descubierto más tarde. Tenemos lectores que nos han descubierto este año y, de repente, tiran de catálogo editorial. Y dicen “ostras, pues aquí hay cosas que me gustan”. Y en la librería ya no lo tienen tan a mano. Entran en la página web y les resulta muy cómodo.
Guillermo: Es un fondo de catálogo.
Yolanda: Efectivamente. Con lo cual, ya te digo que las ventas online, en nuestro caso, son residuales. Y de ahí, por tanto, la importancia (vuelvo a ser pesada) de los medios de comunicación con los blogs y demás. Porque cuanto más le demostremos al librero que nuestro cómic se está dando a conocer, más lo mantienen ellos en la librería. Porque ellos también están haciendo una apuesta muy gorda.
Guillermo: Tú eres un librero y te vienen cada mes 300 novedades… Ostras, yo te aplaudo muy fuerte si te lees cada mes nuestro PDF con las novedades que te hemos enviado. ¿De dónde sacas el tiempo, macho? Los libreros tienen un trabajo ahí muy fuerte y nosotros dependemos de ellos porque es el entorno natural de los cómics.
Yo lo que quería dejar claro es eso. Nosotros hacemos una apuesta muy fuerte por las librerías, que es donde tienen que estar los cómics. Luego nosotros tenemos la página web por si alguien quiere cogerse un cómic que sea más difícil de conseguir. Y también los eventos, porque queremos que haya un contacto con el autor.
Yolanda: El librero, como hemos dicho, no puede absorber y saberse de memoria todo lo que ha sacado todo el mundo, todas las novedades. ¿Cuál es la mejor manera de que un librero apueste por un cómic? Que cuando sale, le vengan dos o tres clientes preguntando por ese cómic. Entonces, ya sabe que algo se está haciendo bien desde un punto de vista promocional para que la gente pregunte.
En nuestro caso, tengo que decir, y puede ser porque tampoco publicamos mucho, pero todos están apostando y que todos conocen las novedades que sacamos. Es ratito se lo están dedicando a Grafito Editorial y se lo agradecemos mucho.
Guillermo: Lo decimos en voz alta porque es que es así. Estamos muy contento con los libreros en España porque se están portando muy bien con nosotros.
Pues nada, oye. Estoy supercontagiado Una gozada hablar con vosotros dos porque las historias buenas y el dibujo bueno a todos nos gusta, pero de esta ilusión contagiosa y de esta visión tan rara también uno se contagia.