La ira es algo con lo que es complicado lidiar una vez se ha perdido el control. Y todo el mundo es susceptibles de llegar a ese punto. Aunque la principal víctima sería quien esté cerca de la persona enloquecida, esta lo hace daño irreparable de forma inconsciente. Y lo peor de todo es que se pude contagiar.
Y eso se magnifica cuando se da en el ámbito familiar, en el que hay una serie de lazos de los que resulta difícil escapar, en el peor de los casos. Por mucho que se aleje uno. Siempre es algo que te persigue, literal o figuradamente.
Eso es lo que parece que quiere exponer el imprescindible dibujante Skottie Young, que, según parece, ha querido redirigir su carrera hacia el guion. Y ha demostrado ser alguien bastante competente a la hora de la construcción dramática. No es por lo que ha destacado, pero sí que tiene nociones claras y se aprecia cómo alguien en fase de aprendizaje. Con mejor o peor resultado, es alguien capaz de contar historias con una clara vocación del entretenimiento por encima del todo, con un ritmo muy concreto y siempre con un tono cómico autoconsciente.
Eso se acentúa en Middlewest, que se nota muy deudor y continuista de la carrera previa del autor. Especialmente en sus obras independientes o fuera de continuidad. Para Marvel ha estado bastantes años haciendo una adaptación de los libros de El Mago de Oz y aquí se tiene una premisa que, si se va a la esencia, es prácticamente idéntica. También él, para Image, misma editorial, desarrolló I Hate Fairyland, una versión macarra y divertidísima de los cuentos de hadas.

Así que esta pieza no es otra cosa que una evolución y depurado de todo aquello que ha hecho hasta ahora, aunque añadiendo una serie de referencias distintas, aunque siempre filtrándolas de algún modo para que parezcan algo nuevo.
Este en un cómic en el que se respira cierto componente personal. El cómic parte de un joven repartidor de periódicos, algo errático, (al contrario que las chicas Paper Girls, que se lo tomaban algo más en serio) que habita en un lugar aburrido en medio de la nada junto a un padre maltratador y exigente. Todo cambia en el momento en el que su padre es poseído por un monstruo de viento, y destroza el pueblo y fuerza al protagonista a poner pies en polvorosa para descubrir nuevos y extraños horizontes.
Por primera vez, tenemos a un protagonista que no es un personaje extremo, si no alguien con el que uno se puede identificar. Por ese motivo, no es de extrañar que Young se podría haber inspirado en una vivencia personal a la hora del desarrollo de este personaje y su relación con el entorno.
El escritor, gracias a esa premisa, permite desarrollar un universo que pretende conjugar cosas, en apariencia, antagónicas que funciona. En cierto sentido, es una fantasía rural pero que se atreve a introducir robots o mendigos caníbales en unos escenarios que se aproximan más a un urbanismo decadente que a algo mínimamente medieval (de hecho, por momentos parece haber bebido más del realismo mágico). Desde luego, el poder imaginativo de esta historia es su principal baza.
Aunque también resulta interesante el modo en el que plantea temas que, finalmente, es lo que hace que se conecte con el lector. Por primera vez en su carrera como guionista, no se trata de hacer una obra de referencia, con un disfrute superficial. Si no que hay un trasfondo, algo que decir. Y es que al fin y al cabo si hablas de cómo los pecados del padre los hereda el hijo, del tortuoso camino hacia la madurez o de relaciones familiares tóxicas de forma sincera, es lo que hace que te interese verdaderamente esa historia.

Los recursos empleados no son particularmente innovadores, pero sí que están bien tratados y conducidos. Por ese motivo tampoco es que sea un cómic particularmente sorprendente, pero no defrauda en ningún momento. Se conocen muy bien cuáles son los puntos fuertes y las limitaciones, tanto personales como del género, y juega bien sus cartas, sin engañar a nadie. Es algo muy artesanal que si transmite algo es una tremenda y valiente honestidad.
Skottie Young viene de haber tomado el pulso a las historias fantásticas. Y eso se nota en Middlewest, una obra con una vocación clara de afianzar el camino recorrido.
El trabajo del venezolano Jorge Corona funciona a la perfección con ese aire juvenil que tiene la obra. Además, también tiene un estilo que bien podría entenderse como un punto intermedio entre Matteo Scalera y el propio Young. Sea como fuere, le da a la historia de dinamismo y de la frescura necesaria para que un coming an age de estas características sea efectivo. También es cierto que le da una estética espectacular a los ambientes que hace que en no pocas páginas el lector se pare a observarlas al detalle para disfrutar de este mundo que combina bastantes cosas reconocibles.
Middlewest no te cambiará la vida. Pero sí que te entretendrá en una lectura ligera, en el mejor sentido. Una pieza imaginativa cuyo revisionismo y sugerente reflexión acerca de la autodestrucción que trae la rabia hacen que sea una brisa que vale la pena dejar que te lleve.
Título: Middlewest |
Guión: Skottie Young |
Dibujo: Jorge Corona |
Color: Jean-François Beaulieu |
Edición Nacional: Norma Editorial |
Edición original: Image Comics |
Formato: Tomo rústica de 160 páginas a color |
Precio: 18.5 € |