Al Jaffee, el genio desplegado

¿Cuánto tiempo se le puede dar a la creatividad y al ingenio? ¿Cuánto se estima que puede un autor ser influyente antes de decaer? ¿Hasta cuánto puede durar el entusiasmo y la efervescencia creativa? Normalmente, se tiende a suponer que es un periodo específico en la vida de cada autor. Es una regla. Y, como en toda regla, hay excepciones como la de Al Jaffee.

¿Y quién es este tal Al Jaffee que aquí está congregando a todo el mundo? Pues un completo desconocido por el gran público. Pero en el momento que dices la revista Mad, todo el mundo hace una sonrisa cómplice. Y si dices que es uno de sus autores más históricos, profesionales e influyentes que han pisado esa publicación, lo lógico es suponer que has captado más de una atención. Admirado por muchos talentos de la industria que lo tiene casi como a una figura legendaria  (hizo fanboyear hasta al mismísimo Dan Didio) y otorgador de oportunidades a autores como Chris Claremont, como este reconoció en la reciente entrevista publicada por la revista Dolmen.

Pero, ¿Quién es este artista que tan poco se menciona? Pues ni más ni menos que, como tantos otros que revolucionaron las cosas en Estados Unidos: un europeo. Nació el 13 marzo del lejanísimo 1921 (sí, tiene casi cien años y no quiere saber nada de la jubilación) en Savannah, Georgia. Pero su familia provenía de Zarasai, en Litunaia (una ciudad rodeada de lagos culturalmente activa y con la temperatura más alta de todo el país). Puede parecer un dato que no tiene trascendencia, pero que, probablemente marcó su modo de ver las cosas.

Tras una serie de conflictos, su madre, Mildred, los trasladó a Lituania. Y se produjo un tira y afloja con el padre hasta que finalmente Al Jaffee y sus hermanos (es el mayor) se asentaron en una zona de Queens. Su madre falleció durante la invasión nazi al país. Se suele decir que quien se dedica a una profesión creativa, en muchos casos, no ha tenido la mejor que las infancias. Pero, esta, desde luego, se queda a poco de llevarse la palma. Con unas vivencias trágicas a una edad tan temprana, solo queda tomarse las cosas con humor. 

Como era de esperar, Al tiró por las artes y, junto a su hermano, estudió en el High School of Music & Art (la que ahora es la Fiorello H. LaGuardia High School, que a los fans de Fama les resultará familiar). Se trata de una escuela pública que tiene un historial de artistas célebres que pisaron esos suelos tales como Ross Andru, Christopher Guest o Billy Dee Williams, por citar a unos pocos. Ahí coincidió con una serie de chavales que, dentro de unos años, serían parte de cierta celebérrima revista en la que terminaría trabajando: Harvey Kurtzman, Will Edler, Al Feldsetin y John Saverin.

Tras partir de esta información biográfica contextual necesaria, toca centrarse en la obra. En pro de no ser demasiado farragoso, ahí van una serie de puntos en los que el bueno de Al logró cambiar las reglas del juego, ser contracultural cuando ni siquiera existía ese concepto y cambió el mundo.    

  1. Pionero del humor gráfico con animales

Sus primeros pasos los hizo en Timely y en Atlas Comics. Ahí coincidió con su futuro compañero de fatigas en de Mad, David Berg. Pero más allá de eso, Stan Lee le encomendó la tarea de diseñar unos personajes para su línea cómica. Jaffee dio con Ziggy pig Silly Seal. Para ello se inspiró en la animación que estaba produciendo el cine y la trasladó en el cómic. Fue la primera vez que se hizo humor con animales en este medio, el comic book. 

Dirigido para un público juvenil mayoritario, no le permitió explorar todo lo que quería. Pero sí que consiguió tener una experiencia necesaria para todo lo que le aguardaba. Fue un total éxito y Al, durante un tiempo se convirtió en el líder de la línea humorística de la empresa. Aunque él terminase dejándolo, Ziggy ha seguido vigente y en tiempos recientes ha sido recuperado de forma anecdótica. 

Reciente homenaje que le rindió Marvel.

Pero sus aspiraciones eran mayores y durante la Segunda Guerra Mundial optó por dejar su trabajo y lanzó cómics con el ejército estadounidense para animarles en su lucha contra el fascismo.

  • Primeros actos subversivos antes de que estuviera de moda

 

El signo de la paz hecho con aviones militares. Si eso no es una idea visual macarra…

Jaffee, en buena medida, fue un adelantado a su época. Él hablaba de pacifismo y satirizaba el belicismo durante los años cincuenta, mucho antes de que surgieran los movimientos sociales de los años sesenta. Si la comedia es la primera línea de fuego de la cultura y un método de tratar temas y transmitir percepciones que, de otra manera, sería totalmente imposible, Jaffee representaba todo ello. Su creatividad y sus desafíos a los problemas de la sociedad en un contexto en el que el humor pecaba de no ser demasiado mordiente le convirtieron en un fuera de serie.

  • Traspaso del cómic a la revista

Diseñar para un cómic y para una revista no es exactamente lo mismo. Aunque, en muchas ocasiones, también se narre en viñetas, las exigencias, el formato y las formas son muy diferentes. Jaffee, a pesar de que sus comienzos estuvieran tan ligados a los cómics, él quiso hacer tiras satíricas para revistas como Life o Playboy, cosa que nunca llegó a suceder. Sin embargo, trasladó algunas ideas narrativas de un medio al otro. Eso provocó que su trabajo en la Mad introdujese constantemente ideas refrescantes y se mantuviera fresca y relevante de cara al lector.

Ir más allá de los créditos iniciales de La Muerte en los Talones definición gráfica:

El contenido que se encontraba en cada ejemplar conectaba porque era cínico, aunque optimista. Crítico, pero sin pasarse de frenada.  Y, a su vez, era un tipo de contenido que no se podía encontrar en ninguna otra parte. A medio camino de los excesos del underground encabezado por Robert Crumb y el establishment que representaban los cómics mainstream del momento, teniendo una entidad muy propia, reconocible y de una influencia innegable. Al estaba en la cresta de la ola.

  • Experimentación formal sin parangón

Jaffee si algo es, es una mente inquieta. Eso le llevó a ser inconformista y a llevar las cosas hasta sus límites. De algún modo, es un clarísimo precursor de los ensayos formales de respetadísimo Chris Ware.

Jaffee ha estado en constante búsqueda de cómo no ser convencional en sus maneras de presentar su obra y encontrando maneras nuevas de narrar que abrió paso a muchos de los que vendrían después. Páginas que tienen un significado por un lado y por su reverso la lectura es completamente distinta, sus fold in, sus composiciones nuevas, una forma de usar los colores que no era la habitual…  

En esta reciente entrevista trata el tema de creatividad y su proceso. Y como los mejores genios, parecen ser personas humildes que valoran el factor azar que les ha llevado a donde están:

  • Los inventos que hicieron del mundo un lugar mejor

Tuvo una sección que constaba en presentar inventos imposibles, similar a la célebre Los Inventos del Tebeo. Sin embargo, y al contrario que en el cómic español, Jaffee tenía una serie de conocimientos respecto a la técnica que hacía que, aunque su creación fuera la más extravagante del mundo, pudiera ser construida con una funcionalidad determinada.

Cosas útiles para la vida moderna.

Tanto es así que muchos inventores tuvieron la idea de desarrollar productor en base a las imágenes y a la imaginación de Al. Sin él, por ejemplo, no habrían existido en nuestro mundo la tabla de snowboard, maquinillas de afeitar con varias cuchillas, el corrector automático del ordenador, los libros de direcciones o los materiales resistentes a los graffitis. Desde luego, si eso no es dejar una huella positiva en el mundo…

  • Fold in o la maestría de las dobleces

Si tuvo una sección por la que todo el mundo le recuerda y por el que ha recibido mayor reconocimiento es por sus fold in y una que ha estado desarrollando hasta el final de su carrera. Al Jaffee tuvo una idea que desde la editorial les parecían que era totalmente suicida. Consistía en hacer un dibujo que al plegarlo desde sus extremos crease otra imagen que estaba implícitamente en el diseño inicial. Tomo como referencia los posters desplegables de las revistas eróticas, pero lo llevó a su terreno. En cada una de esas piezas demostró unas capacidades de creación visual totalmente sorprendentes y extraordinarias. Es así hasta tal punto que nunca veía cómo iba a quedar el plegable hasta que no se imprimía de forma definitiva y jamás ha cometido un error.

Sin embargo, se convirtió en una de las señas de identidad de Mad hasta tal punto que no eran pocos los que se compraban la revista gracias a los plegables. Ahí condesaba temas y filias de todo tipo en la que lanzaba mensajes críticos o de carácter político y social, generalmente. Pero dejando el fondo de lado, siempre ha buscado nuevas formas de traer nuevas formas. Incluso, llegó a hacerlo con cuatro plegables. No es alguien que consiguiera una zona de confort en la que asentarse, si no que siempre intentaba avanzar con esta técnica.  

 

Si hay que ser perturbador, también era capaz de serlo.

En una industria como esta, no suelen ser habituales este tipo de ejercicios visuales. Y, contra todo pronóstico, tuvo un éxito que contribuyó a que Mad recibiera el prestigio que hoy tiene. Siguen resultando tan modernas que, en los números recientes de la revista, han estado recuperando algunas fold in que Al hizo a lo largo de su dilatada carrera.De hecho, lo ha publicado ininterrumpidamente durante toda la historia editorial de la revista, salvo en un par de ocasiones por causas ajenas a él. Actualmente, trata de recoger el testigo de la sección Johnny Sampson.

  • Temas controvertidos pero finos

Su humor es uno que ha sabido impregnarse de la evolución y ser un reflejo de los cambios sociales. Solía hablar de temas que le obsesionaba. Es alguien inteligente que se sentía rodeado de estupideces y que, al final, el ser inteligente no es algo que el mundo recompensases en absoluto. Como se puede ver, no es excesivamente complaciente ni con sus compañeros ni con el lector. Pero de una honestidad inusitada.

Muy combativo contra Nixon. Y la Historia le dio la razón.

Y lograr hacer todo esto sin excluir a los lectores y convertirte en uno de los creadores de la publicación es algo que, desde luego, merece todo el reconocimiento del mundo.

  • ¿Quién tiene un premio Guiness? ¡Él tiene un premio Guinness! 

Son muchísimos los autores que pueden decir que han ganado un Eisner o Angoulême. Y unos cuantos que se los merecen, inexplicablemente, no los tienen. Pero no son tantos los que pueden decir haber batido un record Guiness. Jaffee es uno de los elegidos. Cuando cumplió los 73 años y los tres meses, recibió el reconocimiento de la carrera más larga de la Historia de los cómics.

Aspiraciones vitales

Pero no fue el único reconocimiento en su carrera. Dejando de lado los premios, Stephen Colbert le regaló una tarta de cumpleaños en uno de sus programas y Beck le rindió homenaje en su videoclip del temazo Girl, reconociendo su admiración hacia él.

Cuando se pone uno a reflexionar en carreras longevas tiende a pensar en algo más de treinta años, pero menos de cincuenta. Al Jaffee lleva 78 años al pie del cañón. Independientemente de la profesión, ¿De cuántas personas se pueden decir eso?

Este mismo agosto, en el último número de Mad, Al publicó su último fold in, una dignísima despedida definitiva del mundillo. Aunque, como se ha dicho, últimamente ha estado colaborando como ilustrador últimamente, dejó los fold in debido a su complejidad.

Perfection.

Es alguien que todavía tiene mucho que decir, mucha guerra que dar. Y mientras siga respirando lo seguirá haciendo con la misma ilusión que la del primer día. Porque la creatividad es la más fuerte de las fuerzas motoras que nos mueven. O como diría él mismo:

“Espero poder crear unas cuantas cosas más antes de estirar la pata. Cosa que es algo muy creativo: el estirar la pata en lugar de morir”.

Al Jaffee