El modo en el que los superhéroes ha conquistado la cultura mainstream ha sido imparable. Todo el mundo, en mayor o menor medida ha accedido a este tipo de productos, ya sea a través del cine, de la televisión o del propio cómic. Incluso en un país que poco o nada tiene que ver con la idiosincrasia americana como es España, tiene una gran predilección hacia los tipos en mallas. Nuestro humor negro y nuestro cinismo es compatible con ellos.
Sin embargo, eso no se ha traducido hasta el momento en grandes producciones centradas en las historias de superhéroes. Ya sea porque exige un nivel de producción que no es viable en nuestra industria o porque las preferencias del público parecen ir hacia otros lados. No hay más que ver cómo se ha estigmatizado tradicionalmente esta afición respecto a otras.
Orígenes Secretos plantea la posibilidad de que haya superhéroes en España. Lo que hace unos años habría sido una broma ahora es una posibilidad de hacerlo con garantías: en menos de cinco años hemos recibido productos como Superlópez o El Vecino nacidos, en mayor o menor medida, por la influencia que ha tenido este género tan estadounidense. Pero la propuesta creada por David Galán Galindo, basada en su novela homónima, busca alejarse de ese tipo de contenidos para darle un toque distinto.
Mientras que ambas hacen una apuesta fuerte por la comedia de situación con el ojo puesto en las problemáticas sociales, en el primer caso, y por la parodia en el segundo, en clave más o menos realista, Orígenes Secretos ha decidido hacer una apuesta con una mayor seriedad y presencia del contenido de los cómics.
En esencia es un thriller psicológico que bebe clara y reconocidamente de Seven con la salvedad de que los crímenes que se llevan a cabo están inspirados en orígenes de superhéroes. El policía que está encargado del caso debe resolverlo, pero anda totalmente pez en el tema y por eso contactan con Jorge Elías (el alter ego del director), que ejerce de consultor.
David Galán Galindo es un lector y amante de los cómics y eso se puede apreciar en un tratamiento poco convencional de determinados temas que han sido invisibilizados a lo largo de los años como el asunto de que siempre se ha mirado por encima del hombro a los “frikis”. Pero para demostrar la relevancia que siente el director hacia estos temas, ha construido un escenario en el que el conocimiento enciclopédico es clave para la resolución de la trama. Esa sensibilidad y cariño hacia el medio bebe de muchos sitios, pero es extraño encontrársela en un producto nacional.
Y a pesar de que se habrá contado con un presupuesto ajustado, el resultado es vistoso. Sabe las pretensiones que tiene y los medios de los que dispone para ello, con lo que sabe exactamente qué teclas tocar y por lo que luchar. Eso se traduce en un mundo lo suficientemente icónico como para ser llamativo sin caer en la cutrez. Está muy bien medida.
El guion es sólido y se nota que proviene de una novela y que, por tanto, se ha tenido que sintetizar. Por momentos, da la sensación de que este universo es mucho más rico y que se puede expandir. Le deja a uno la sensación de que quiere más. Así que solo se puede confiar en el éxito de la película para que se obtenga luz verde a una secuela.
A su vez, es una historia muy metalingüística y que hará delicias a los seguidores de los cómics de superhéroes, pero también es inclusiva para quien no lo sea y busque un producto con una personalidad diferente. Pero al contrario de lo que suele suceder: que normalmente son elementos accesorios dispuestos para tapar carencias, aquí son parte integral de la trama y establecen un diálogo respecto al modo en que afecta al público este tipo de historias. Y lejos de idealizar, no le tiembla el pulso a la hora de mostrar la toxicidad que puede llegar este ámbito (sin obviar que el resto de cosas tampoco es que sea demasiado sana).
Todo ello narrado con pulso, y con un ritmo muy picado, en una película que sabe en la liga que juega, las aspiraciones que tiene y que no trata de ser más de lo que es. Por todo ello, es muy fácil encariñarse de esta película y disfrutarla.
Lo cierto es que todo el reparto está convincente en sus papeles y tienen carisma entre ellos. Aunque se hayan contado con grandes nombres (Brays Efe, Javier Rey, Ernesto Alterio, Antonio Resines…) y resulte extraño verles hablar de determinados temas, todos resultan convincentes. Aunque pueden resultar algo histriónicos, encaja bien dentro de las reglas de este mundo. Nadie parece fuera de sitio, por mucho que pudiera parecerlo a priori. Es importante para que el producto sea creíble y este lo logra.
Orígenes Secretos si algo es, es una rara avis dentro de la oferta del cine español. Una película que cumple y que, aunque sea un thriller, se aleja de la intensidad impostada de la tendencia actual (que muchas veces conducen al ridículo más que a perturbar al espectador) para ser una obra honesta que busca, ante todo, entretener y celebrar una afición de tú a tú. Y lo consigue de sobras.