Palabra de Editor es la columna de opinión de Pedro F. Medina (@Studio_Kat), Editor Jefe, responsable de licencias y redes sociales de Fandogamia (@Fandogamia) y periodista con una faceta nada oculta de showman en los eventos de cómic y manga.
Al final el Manga Barcelona va a tener una edición online, con charlas y actividades en directo/diferido y la nada inesperada cantidad de cero (0) stands. Se ha hecho lo que se ha podido. Con la recopilación de lanzamientos para el evento que hace todos los años Ramen para Dos me ha venido a la cabeza un hilo que escribí en Twitter allá por enero (todo el tiempo pre-pandemia se me hace muy lejano, enero, es que suena a hace tres lustros) que prácticamente empezaba diciendo HAY TANTO MANGA EN EL MERCADO AHORA QUE CUESTA MUCHO QUE SEA RENTABLE. Aquello venía por la subida de precios anunciada por Norma en su momento, de ocho a nueve euros en algunas series, pero me vais a permitir hacer trampas y ampliar un poco lo que ya dije en su momento.
*carraspea*
Pues… SIGUE HABIENDO TANTO MANGA EN EL MERCADO QUE CUESTA MUCHO QUE SEA RENTABLE. La voluntad de los editores de petar vuestras estanterías no ha cambiado, pero el COVID nos ha puesto en nuestro sitio y ha actuado como un cortafuegos muy poco sutil. Hagamos recuento grosso modo. Novedades en el Manga Barcelona de hace un año: 51 (y 67 lanzamientos regulares, contando solamente manga, novela y art-book). Novedades anunciadas este año para la Manga Barcelona Limited Edition: 28 (y 49 lanzamientos regulares). Un recorte de prácticamente un 35% de las publicaciones. Está claro que los editores apuestan por mantener la continuidad de todo lo abierto (si espacias mucho la publicación de cada tomo manga en una serie las ventas se resienten porque las librerías devuelven material, y también se hace más difícil captar lectores nuevos… bastante parón hemos tenido ya este año) pero parece que no hay forma de hacer una buena promoción para estrenar cabeceras. ¿Cuándo será un buen momento para eso, entonces? ¿Es que hay previsiones de que la Nueva Normalidad nos permita volver a la Normalidad Normal De Antes de aquí a diciembre del año que viene? Esto es lo que se llama una autorregulación del mercado de manual (y sin que nadie haya cerrado… al menos hasta el momento).
Con las cosas como están, mi cara se está girando cada vez más hacia los lanzamientos de cómic USA o español. En el manga la diferencia de ventas entre las obras con un corte “Shonen Jump” y el resto es muy importante, eso es normal, pero es que encima ahora mismo los cómics de otros formatos son mucho más lucrativos sin que al lector le parezca un abuso de precio. ¿Cómo puede ser? Atención: LOS GASTOS DE EDITAR UN MANGA SON IGUALES O SUPERIORES A LOS DE CÓMICS QUE SE VENDEN MÁS CAROS. Y os pongo un ejemplo con los gastos de imprenta de algunos de nuestras últimas ediciones. Hemos hecho una primera tirada de 1500 ejemplares de La librera calavera Honda-san, idéntica en copias a la que hicimos de Critical Role Vox Machina Orígenes. Coste por unidad de La librera: 1’59€, coste por unidad de CRITICAL ROLE: 2’2€ Pero es que LA LIBRERA se va a vender a 8€… ¡y Critical Role se vendió (muy bien, por cierto) a 15!
Ese no es el único gasto, aunque sea el más crucial: la traducción de japonés también es mucho más cara que la de inglés… ¡y se paga por página! Un tomo manga suele tener bastantes más páginas que un paperback americano, así que es un gasto adicional a tener en cuenta. Por si fuera poco, los archivos digitales que suelen enviar los japoneses son muuuucho más complicados de trabajar que los de un volumen USA, por lo que de media se tarda el doble o más en trabajarlo. ¡Y el tiempo de maquetación y edición también es dinero que vuela! Y, para rematar, las series manga suelen ser más largas que sus contrapartidas occidentales (si descuentas las colecciones de supers, que viven en su propia dimensión culebroniana de los tebeos…), ¿adivináis lo rápido que bajan las ventas conforme se publican nuevos números? Siempre pongo el ejemplo de Corazón de Melón, que sigue siendo nuestro mangañol más vendido: el tomo 5, con el que se cerraba la serie, vendió tres veces menos que el primero. Más vale que los primeros volúmenes se vendan bien, porque sostienen al resto si la cosa se alarga… y muchos de los gastos se mantienen igual.
Si se pudieran imprimir BASTANTES MILES de cada manga es probable que el gasto de impresión por ejemplar descendiera y se amortizaran mejor las traducciones y promoción… ¡pero es imposible! ¡El mercado está petado! Esa es la razón por la que obras como Mi experiencia lesbiana con la soledad vengan a 12 euros. El formato es más grande, tiene bitono, hay un trabajo intenso de traducción y maquetación… y además es que de algo hay que vivir. El PVP del manga hasta el momento venía marcado por un histórico, un momento en el que Naruto y otros mangas superestrella vendían barbaridades. La contraparte de tener un mercado más variado e inclusivo, en el que se editen muchas más cosas, es que estas sean más caras. Y ahí lo tenéis, sin ir más lejos, en las novedades manga programadas para finales de octubre. A ver Planeta… el año pasado lanzaba por esas fechas Daily Butterfly a 7’95€, Aquella vez que me reencarné en Yamcha por 6’95€, My Hero Academia Vigilante Illegals por 7’95€ y hasta el primer tomo de Samurai 8 a oferta por 2’95€. ¿Y este año? Solo una novedad a 7’95€ (Sangatsu quiere ser un chico interesante), pero Adolf, Beyond the Clouds a 8’95€… y la nueva kanzenban de Lamu a 18’95€, que se va un poco de la norma por el grosor y el color.
Y eso que Planeta es precisamente una editorial que podría sostener los bajos márgenes del manga con otros lanzamientos, pero es que cada tebeo debe ser rentable por sí mismo. Glénat compensó durante años las pérdidas de los cómics con menos ventas con los ingresos de sus mangas best-seller y ya sabemos cómo acabó la cosa. Así que si queremos un mercado más variado habrá que aflojar la mosca. Nosotros vendemos Giant Days a 10€ y nadie se queja, ¿por qué un manga con un 50% más de páginas no debería tener ese mismo precio? Id preparando la cartera porque la situación sanitaria solo está asentando un proceso que llevaba tiempo en camino.