No es la primera vez que una obra de Bastien Vivès aparece en Sala de Peligro, en su momento ya comentamos Polina dentro del artículo de ¡Cómics!… y a bailar. Sin embargo, su nueva obra se sale de aquello a lo que nos tenía acostumbrados. Por primera vez, Vivès se adentra en un thriller de la mano de Martin Quenehen, co-guionista de esta obra, quien hasta el momento había trabajado escribiendo guiones para documentales tanto de televisión como de radio.
Esta obra surge a partir de los atentados en París de 2015, en los que murieron más de cien personas y resultaron heridas otras quinientas. Dejando detrás de sí una sociedad traumatizada, y muy dividida. Y es con esa inestabilidad con la que Vivès y Quenehen crean la novela gráfica Catorce de julio. Pero, ¿de qué va exactamente la obra?
El protagonista de esta historia es Jimmy Girard, un gendarme destinado en un pueblo llamado Roissan-en-Isère, quien a través de un control de tráfico rutinario conoce a Vicent y su hija Lisa. Esta pequeña familia huye de la ciudad en busca de una nueva vida, tras perder en un atentado a la mujer de Vicent, y madre de Lisa, éste intentará recuperar su amor por la pintura en el pueblo donde trabaja Jimmy. Lisa, una adolescente consciente de lo ocurrido con su madre, pero poco habladora, tendrá que aprender a disfrutar de su juventud en un entorno muy distinto que, sin embargo, parece ser de lo más idílico. A partir de su encuentro en el control de tráfico, Jimmy decidirá cuidar y proteger a esta familia golpeada duramente por la tragedia.
Sin embargo, no todo iba a ser tan fácil como podía presagiar el idílico paisaje. Poco a poco, Jimmy y Vicent se darán cuenta de todo lo que los separa a nivel social y político, y cómo estas diferencias sólo tendrán un punto de encuentro a través de su entorno. De no estar en Roissan-en-Isère, ¿serían capaces de tener la relación que tienen, e incluso se pararían a hablar de todos esos temas? Además, el trabajo de Jimmy le obligará a enfrentarse a situaciones contradictorias, ¿utilizar la fuerza para contrarrestar la violencia? Y en esa estrecha línea llegará a un punto en que todo cambie para él, ya que el trabajo, y su uniforme, llegados a cierto punto, no hacen a la persona. ¿Cómo afectará esto a su relación con Vicent y Lisa? ¿Y con su compañera de trabajo?
Catorce de julio es una obra de ficción. El pueblo, los personajes… son todos ficticios. Sin embargo, Vivès y Quenehen juegan en todo momento con la doble psicología en todos sus personajes para mostrar el desasosiego que sufrió la sociedad francesa tras los atentados. Y es que en estas páginas casi todos los personajes cruzan la línea del bien y del mal, en mayor o menor medida, en uno u otro momento. ¿Y quién decide qué es moralmente correcto en esas acciones, teniendo en cuenta las circunstancias? No hay que olvidar que se trata de un thriller y, por lo tanto, la trama tiene algunos giros de guion que no comentaremos para no destrozarle a nadie la lectura.
El apartado gráfico de Vivès mantiene las líneas finas y poco detalladas en su dibujo, pero que sin embargo están cargadas de gran expresividad. Los ojos de los personajes, que en muchos momentos ni siquiera se advierten, cobran especial importancia en muchas escenas en las que pasan a ser primordiales para entender al personaje. La galería de personajes no es muy amplia, sin embargo, esto le permite distinguirlos fácilmente y profundizar más en ellos a nivel psicológico. Creando una representación de muchas actitudes tomadas por la sociedad francesa tras los atentados. Si bien no todas las representaciones son actitudes que en algún momento se llevaran a cabo realmente. La obra es en blanco, negro, gris y un tono algo marrón, sin degradados, con colores planos que crean las profundidades superponiéndose unos a otros.
Aunque hayan pasado cinco años desde aquellos terribles atentados, Vivès y Quenehen consiguen hacernos reflexionar sobre las consecuencias directas, e indirectas de los mismos. Catorce de julio es un canto a la superación, y a la importancia de entender que, tras hechos terribles, los supervivientes deben seguir viviendo. Porque sobrevivir no es vivir. Para eso, hace falta tiempo, trabajo y tratar los traumas. Si bien no siempre todo sale como esperamos, o en este caso como esperarían los personajes de la obra, hay que aprender a vivir más allá del miedo. Ahora, gracias a Diabolo Ediciones podemos disfrutar en castellano de esta obra que, como poco, hará reflexionar a sus lectores para entender que en esta vida no es todo blanco o negro.
Título: 14 de julio |
Guion: Bastien Vivès y Martin Quenehen |
Dibujo y color: Bastien Vivès |
Edición Nacional: Diabolo Ediciones |
Edición Original: Éditions Casterman |
Formato: Cartoné, 258 páginas |
Precio: 23,95€ |