Dijo el celebérrimo Luis Buñuel en su libro de memorias Mi Último Suspiro que son los ateos los que al final le dan más vueltas a los dogmas religiosos que los creyentes. El mero hecho de negar la existencia de Dios, exige un proceso de reflexión hasta alcanzar tal conclusión. Los creyentes, por el contrario, aceptan todos los dogmas y no los cuestionan porque va en contra de la fe. Y con eso explican todos los misterios.
Herejías. Mitos Oscuros. es un cómic que sigue esa tradición reflexiva. Se divide en dos tipos de narraciones. El lector se encuentra con unas píldoras breves en forma de cómic que se van intercalando con unos no menos interesantes relatos cortos en prosa. Todos ellos con un hilo conductor: el revisionismo a la religiosidad cristiana desde una perspectiva contemporánea.
Evidentemente, la aproximación del artista mallorquín Tomeu Riera hace honor al título. Pero es muy curiosa la sensibilidad que le da a todas y cada una de sus historias. En cualquier caso, todos los elementos espirituales juegan un rol que es o bien catalizador o bien destructor. Y ahí es donde se crea esa sensación de surrealismo que, probablemente, tenga como consecuencia el despertar del interés en el lector en el texto bíblico. Ese controvertido libro del que no se puede discutir que, aun a día de hoy, es fuente de inspiración para obras como esta.
Se explicitan las referencias que se han tenido en cuenta a la hora de desarrollar de este libro. La más clara reside en la elección del subgénero preponderante: fantasía urbana. Es algo muy propio de autores ingleses entre los que que destaca Neil Gaiman (que ha terminado siendo un referente). Seguramente haya tenido mayor asentamiento ahí porque tienen un folclore más vivo. En territorio español, la predominancia católica, en parte, provocó que no tuviéramos ese legado de relatos fantasiosos tan presente. Por ese motivo, este acercamiento es uno que da en el clavo combinando esas cuestiones. Fruto de ello, tenemos una obra que se siente como algo muy fresco en el mercado español.
Al ser un compendio de historias cortas, recuerda a ciertas antologías que también son propias del mundo sajón. Este tipo de contenido tiene la baza de que, aunque algunos relatos puedan flojear más que otros, siempre hay uno que le encantará a cualquier lector. Pero, en este caso, es una obra de una calidad constante. Son guiones con brío, que manejan distintas ideas de forma modo efervescente.
Los guiones de Riera son muy conceptuales, pero con una gran precisión y concisión. Este escritor tiene claro lo que quiere contar, a pesar de que puedan ser muy complejos sus objetivos. El punto de vista de Riera es bastante único y se aleja de lo fácil a la hora de pasar por su filtro el catolicismo. Tampoco tiene mucho de cínico, lo cual marca la diferencia respecto otro tipo de ejemplos. Por no hablar de que obtiene una de las cosas más complicadas en cualquier ficción: acometer una mezcla de multitud de tonos sin que eso suponga sacrificar la efectividad del cada uno de ellos.
El dibujo de Tomeu Riera se nota un poco verde. Es un artista joven y con un futuro por delante y eso quiere decir que seguramente esté lejos de mostrar todo lo que puede llegar a crear. Aun así, se nota un esmero y un cuidado bastante notable. Y un potencial más que palpable. Sus dibujos son muy cartoon, lo cual resta hondura. Si se hubiese aspirado a a encontrar un planteamiento realista o tenebrista, tal vez, hubiese llegado a un resultado más portentoso. Aunque la intención autoral parece más destinada a la ligereza, gráficamente choca mucho.
En cualquier caso, es alguien que sabe manejar bien la narrativa visual y que logra emocionar con la manera de plantear las historias. Además de exhibir un control sobre el ritmo sobradamente habilidoso.
Los colores también corren a cargo de él mismo. Opta por una paleta colorista y naturalista. Salvo en el último relato, que exige mayor capacidad imaginativa. Es en ese tramo cuando más destaca, pero lo cierto es que mantiene una linealidad verdaderamente sólida.
Es su primera novela gráfica de envergadura, con lo que se podría considerar su debut hacia el gran público. Y sale airoso de esa presión. Posee una gran ambición y pero no se le va de la mano hasta resultar ser pretencioso a la hora de plasmarla. Un cómic que evoca a algunos de los mejores narradores del medio. Con lo que conviene estar atento a ver con qué sorprende Riera al público en el futuro. Hasta entonces, se le puede apoyar, puesto que esta propuesta tiene virtudes suficientes como para que se la tenga en consideración. Acierto para Dolmen Editorial, que publica este cómic ganador del Premio ArtJove 2019 a un precio muy competitivo.
Herejías. Mitos Oscuros. es la adquisición más peculiar que podréis realizar durante estas navidades (que son casi tan extrañas como la obra). Y lo cierto es que es más que adecuada la puesta en venta en estas fechas. Gustará tanto a religiosos como a ateos. Solo tienen que cumplir con el requisito tan sencillo como poco frecuente: tener mente abierta. Un cómic que bebe de los mejores, pero que no termina de parecerse a ninguno. Y ese es motivo más que de sobra para darle una oportunidad.
Y recordad, hermanos:
Título: Herejías. Mitos Oscuros. |
Guion, dibujo y color: Tomeu Riera |
Edición Nacional y Original: Dolmen Editorial |
Formato: cartoné, 112 páginas a color |
Precio: 14.95€ |