En camisa de 11 varas es la columna de opinión en Sala de Peligro de David Galán Galindo (@dggalin). Director de cine (su ópera prima, Orígenes Secretos, Netflix, es un thriller con superhéroes que fue nº1 en España y entró en el Top 10 mundial de la plataforma y que se basa en su propia novela homónima), guionista de programas de TV (‘Sé lo que hicistéis’, Buenafuente), cortometrajista con algunos de los trabajos más populares del medio (Hostiable, Curvas, Push Up)…
Pero él se presenta, lo primero, como “lector de cómics”. Y le gusta hablar de sí mismo en tercera persona. Y sacar a las figuritas de su caja.
Los amigos de Sala de Peligro me dan la oportunidad de escribir algo por aquí y encima “tema libre” (no sabes lo que has hecho, Pedro). Me siento como en… ¿el año 2001 puede ser? Creo que sí. Cuando escribía artículos sobre Spider-Man para una web llamada “spidermanuniverse” (20 años antes de la peli de Sony y 15 antes de la saga de Dan Slott), era una página que llevaba Raúl López (alma mater de Zona Negativa). Recuerdo que escribí uno sobre la peli de Spidey de Raimi, uno sobre la muerte de Jean DeWolf, otro sobre la Última Cacería de Kraven… hace años le pregunté a Raúl por todo ese material que desapareció de la red pero parece que se lo zampó el Anti-Monitor en unas Crisis. Una pena, sería curioso leerlo sólo para ver las tonterías enormes que decía con 19 años (bueno, eso no ha cambiado mucho).
Hago este preámbulo para dejar claro que escribo en calidad de fan y sólo espero que os entretengan estas parrafadas. Me conozco y sé que me meteré en temas espinosos y camisas de once varas, así que… tratadme con cariño.
A raíz de hacer entrevistas de promoción de Orígenes Secretos (la mejor película de superhéroes de 2020 ¡eh! no es mi culpa que el puesto esté tan poco disputado), he respondido muchas veces a la pregunta de qué cómic me gustaría adaptar. La respuesta suele oscilar entre el ‘Supreme’ de Alan Moore (jamás me van a dejar tocar a Superman ni con un palo, pero quizá a esta versión… y lo tiene todo, hasta un súper perro), los Caballeros del Zodíaco (por soñar) y la que de verdad sería una locura: “Hulk, Futuro Imperfecto” de Peter David y George Pérez.
Sí, Futuro Imperfecto es de mis cómics favoritos de todos los tiempos, pero no me parece que sea un cómic que deba adaptarse sólo por eso. Es que, aunque parezca increíble, en el UCM ya están TODOS los ingredientes necesarios para llevarla a cabo con éxito: un Hulk inteligente (y parlanchín) y un método para viajar en el tiempo. Ya está, con esas dos cositas (tan difíciles que han necesitado 20 películas para establecerse correctamente) tienes todo lo que necesitas.
Entonces, igual que pensé “qué fácil sería adaptar Futuro Imperfecto ahora, está totalmente a huevo”, me puse a pensar en lo difícil que va a ser meter a los mutantes en el UCM. No me cabe duda de que lo van a hacer bien porque, bueno, mi fe en Kevin Feige es como la ambición de Thanos: infinita. Yo soy de los que fueron al cine a ver tres veces Endgame, la primera, vestido de Thor y mi chica de La Bruja Escarlata. Como debe ser.
Respecto a qué haría yo: haría una primera peli sin Lobezno, Mística y demás chupa cámara de las pelis de Fox, quizá sólo con los X-Men originales. Y una segunda peli en la que en el primer acto hay que ir a rescatarlos (de Krakoa a poder ser, pero vale Genosha) con un nuevo equipo reclutado internacionalmente. Presentaría a Lobezno zurrándose con Hulk en alguna peli anterior. Haría que Pícara, bajo las órdenes de una Mística malvada, le robara los poderes y los recuerdos a la Capitana Marvel (o se los redujera a la mitad). Por cierto, nunca me hizo gracia el chiste de la licra amarilla en los X-Men de Singer. Yo para mis mutis quiero colorinchis por doquier. Y que Lobezno sea bajito, gracias.
Otra opción, aunque no tengo la menor idea de cómo hacerlo, sería usar la premisa de Moira planteada en “Dinastía de X/Potencias de X”. Si se les ocurre cómo trasladar a la pantalla ese concepto bestial, yo a tope. Hickman me tiene loco y en esas miniseries que iniciaron su etapa con el homo superior mostró su mejor faceta como arquitecto-deconstructor de mitología. El número de la gran revelación de Moira era una revolución total, al nivel del cómic ‘Lección de Anatomía’ en La Cosa del Pantano de Moore: sin negar ningún cómic anterior, todo había cambiado. Ahora bien, como primera piedra para presentar a los personajes… no sé si es fácil hacerlo funcionar.
Pero hay cosas que me parecen aún más complicadas. Por ejemplo, dos escollos “históricos” que estoy deseando ver cómo los solventan. De hecho, aunque hablo de las películas, estos escollos están casi en igual medida en los cómics… sólo que nuestras tragaderas son más grandes. A saber:
El origen de Lobezno
Lo reconozco, no soy fan de ‘Origin’, la historia de Paul Jenkins y Andy Kubert, magníficamente coloreada por Richard Isanove. De hecho, creo que cada vez que alguien menciona ‘Origen’ como uno de los mejores cómics de Lobezno muere un carcayú en Canadá. El confeso desconocimiento de Jenkis de los personajes que retrataba (llegó a reconocer que sólo había leído dos cómics del personaje con anterioridad) y la necesidad de llevar la historia lo más atrás posible en el tiempo para no contradecir ninguno de los retazos del pasado del personaje que habíamos ido conociendo, convierten la miniserie en un buen cómic… pero un origen de Lobezno con el que yo no puedo comulgar.
La historia rehúye situarse en un año en concreto del siglo XIX pero posteriormente la cronología ha situado en 1845 el año en el que Logan (“James” -sic-) manifiesta sus poderes con 13 años. Es decir, que nació en 1832.
Y ese, y no la calidad intrínseca del cómic, es mi mayor problema con este “origen”. Que Lobezno lleve danzando por la tierra 188 años este 2020. Logan (JAMES) no se quedó congelado en el hielo y despertó en nuestros días como el Capitán América. O le iban activando y desactivando de un sueño criogénico como al Soldado de Invierno. Tampoco estuvo décadas luchando en un Ragnarok perpetuo debido a un bucle temporal y logró escapar en nuestro presente como la JSA. No. El canadiense tiene 188 años vividos y bebidos. Como el puto Drácula. Como Vandal Savage, Morfeo, Ra`s Al Ghul… sólo que en Lobezno no acaba de funcionar.
El elefante en la habitación: si Jean Grey tiene ahora, supongamos, 30 años… Cuando la pelirroja nació Logan tenía 160 añazos. Si entendemos que intentó robársela a Cíclope hace diez años… estamos hablando de que un señor de 150 años metió ficha a una mutante de 20. Y se que el amor no tiene edad pero… en fin. Y no pienso andar el camino al que me lleva este razonamiento pero… este señor ha sido el mentor de Kitty Pryde, de Júbilo… vista su falta de escrúpulos en este tema, quizá dentro de diez años… no, me niego a pensarlo. Olvidad lo que he dicho. RESET.
Y es que… ¿qué nos da este origen de Lobezno como señor nacido hace DOS SIGLOS? Sólo quebraderos de cabeza. O sea ¿qué cosa chulísima tiene que Lobezno tenga 200 años? Creo que el único que ha hecho algo interesante con eso fue Jason Aaron cuando contó su relación con Mística en los años veinte, cuando recuperó a Perro en ‘Lobezno y la Patrulla-X’ y poco más. Antes de que alguien haga el apunte: las historias de Lobezno en la II Guerra Mundial o incluso en la Guerra Civil española son muuuuuuuy anteriores a ‘Origin’ y fueron contadas por el patriarca mutante, Chris Claremont, o eficaces sucesores como Larry Hama, cuando tenía sentido que en la II Guerra Mundial hubieran combatido también Ben Grimm, Reed Richards… la diferencia es que, como nadie ha tenido la genial idea de anclar el nacimiento de ninguno de ellos a mediados del siglo XIX, Ben Grimm a día de hoy se entiende que luchó en cualquier otro conflicto bélico random y tiene ahora unos 45 años (así a ojo) y el mutante de las garras está a las puertas de los 190.
Creo que todo este asunto complica innecesariamente al personaje. Un Lobezno de 40 años que simplemente haya tenido una vida realmente jodida (gracias, Proyecto Arma-X), me vale. Un Lobezno de 70 años muy bien llevados por su factor curativo también es interesante. Un Lobezno de 200 años me parece que convierte al personaje en lo que no es: un carcamal vetusto.
Y hasta ahí lo que tengo que decir sobre “el origen” del mutante con esqueleto de adamantium. Voy a por el segundo escollo.
El origen de Magneto.
Recuerdo mi propia infancia, las cámaras de gas de Auschwitz, los guardias bromeando mientras llevaban a mi familia a la muerte, como si nuestras vidas no fuesen nada, como las de los humanos no lo son para mí.
Magneto, Uncanny X-Men #150 (Patrulla-X #11 de Forum)
Esto me duele especialmente porque pocas cosas tienen más sentido que el pequeño Erik Lehnsherr en un campo de concentración viendo de lo que son capaces los seres humanos y juzgando como malvada a la humanidad entera. Cuando Claremont introdujo por retrocontinuidad todos estos aspectos al amo del magnetismo, convirtió a un villano de opereta en un ser tridimensional. No fue sencillo ni rápido, pero en unos años Claremont logró que empatizáramos con él y la primera vez que nos dimos cuenta fue en ese número 150, en el que afirmaba que en su tierra natal ya no quedaba nadie con su apellido, que su extensa familia había sido exterminada.
Así que por ese lado bien. Y en cuestión de edad… a mí no hay magneto que me guste más que el crepuscular. De hecho, en ese cómic de 1981 que cito (el primero en el que se menciona de manera explícita el paso de Magneto por los campos de exterminio) Erik ya dice de sí mismo que es “demasiado viejo”. Claremont demostró cien veces que un Magneto que peina canas mola mucho y es una amenaza terrible si quiere. E Ian McEllen lo certificó. Así que, por mí, Magneto puede tener la edad que quiera. PERO… ¿tiene sentido? ¿qué se supone que ha estado haciendo todo este tiempo en el UCM? ¿Mantener un perfil bajo? ¿MAGNETO? ¿El amo del magnetismo, amante de poner su inicial a asteroides y amenazar a las Naciones Unidas lleva escondido 100 años para lanzar su ataque cuando ya esté senil? ¿Por qué ha esperado para revelarse al mundo a mear en una cuña? Es inconcebible.
Magneto puede ser un hombre mayor. Ojalá lo sea. Pero no puede haberse pasado sin hacer nada (o capturado o anulado) 80 años. Es absurdo y sobre todo, lo convertiría en otro personaje. Así que la única solución es acercar al presente el conflicto que le dio origen (a él o por lo menos, a su filosofía).
El racismo por desgracia sigue a la orden del día, ha habido limpiezas étnicas en Europa del Este, el apartheid en África… y a mí que Magneto sea negro, asiático o latino me da igual. Lo que importa es que el alma del personaje siga intacta. Pero vamos, para los puristas, bien puede ser un judío atemorizado por los neonazis en los 80 o 90. Por desgracia para encontrar nazis que te hagan la vida imposible no hace falta remontarse a 1945.
Y hasta que mi perorata sobre los “escollos históricos”.
Acabaré diciendo que lo que de verdad molaría es ver una peli de los mutantes en team up con los Vengadores del UCM: una aventura conjunta con Iron Man, el Capi, Hulk, Thor, Ojo de Halcón y la Viuda Negra, enmarcada entre Vengadores 1 y 2. Y cuando acaba la aventura… Charles Xavier les borra de la mente a todos los Vengadores el recuerdo de que la peli ha ocurrido, incluso se gira a cámara y nos mira a nosotros con su mano en su calva. Por eso ninguna recordábamos esa peli de los X-Men ¿molaría o no?
Un abrazo, me despido no sin antes preguntaros ¿y vosotros cual creéis que va a ser el principal quebradero de cabeza a la hora de meter a los X-Men (PATRULLA-X, copón) en el UCM?