La Cúpula publica “Tiempos precarios” de Flavia Biondi, una historia de amor millenial donde los protagonistas afrontan las crisis de su generación y sus inseguridades personales.

Desde hace un tiempo no dejan de publicarse en nuestro país bastantes cómics italianos muy interesantes. Por otro lado, tanto las autoras como autores millenials de Europa no dejan pasar la oportunidad de mostrar las carencias y precariedades que estamos sufriendo como generación. Y es que muchos nos tachan de quejicas y débiles, pero nuestra generación sabe lo que realmente estamos viviendo: el gran engaño del esfuerzo constante recompensado. Y eso, como todo, queda reflejado en las obras que surgen de artistas millenial. Si además le sumamos cómo hemos aprendido a relacionarnos entre nosotros, respecto a cómo lo hacían nuestros padres, la historia está servida.

Flavia Biondi nació en 1988, y como casi todos los millenials estudió una carrera para labrarse un futuro seguro. En su novela gráfica Tiempos precarios (cuyo título original es La Giusta Mezura o La justa medida) explora las dificultades para encontrar trabajo tras terminar los estudios, la precariedad laboral y cómo los jóvenes de su generación sobreviven emocional y físicamente a la imposibilidad de un sistema que se mantiene de milagro. Para ello se centra en Mia, una joven veneciana que vive en Bolonia. Hace unos diez años que terminó sus estudios, nunca ha trabajado en nada relacionado con ellos, vive con su pareja (Manuel) en una habitación que se encuentra en un piso compartido lleno de gente, donde incluso hay compañeros a los que no conoce.

La historia empieza con Mia, que acaba de dejar su último trabajo esclavo sin concederle al establecimiento los días de preaviso. Mia no podía más, pero el alquiler y la vida no se pagan solos. Por suerte, siempre puede contar con Manuel y con Tito, el mejor amigo de ambos, que también vive con ellos. Mientras ella se siente estafada por la vida, cada vez más perdida y sin visos de cambiar una situación a la que nunca quiso llegar a nivel laboral, Manuel se mantiene sereno ante su trabajo precario. Es ahorrador, sale muy poco de fiesta, y dedica casi la totalidad de su tiempo libre a la escritura de una novela épica medieval que parece estar dando resultados en internet. Pese a ser pareja desde hace mucho, y pese a quererse ambos, cada vez sus vidas parecen separarse más y más.

Y en medio de todo esto está Tito, amigo y confidente de ambos que intentará meter un poco de conciencia y sentido común en la cabeza de Mia. Cuando Manuel empieza a querer más de su vida, una estabilidad y, sobretodo, vivir solos como dos adultos y no como los eternos estudiantes se dará de bruces contra la realidad. Y es que la relación está distante y Mia cada vez sale más y está más irritada. Por lo él que volcará todos sus esfuerzos en su trabajo. ¿Conseguirán Mia y Manuel hablar y entenderse, incluso cuando parezca que la vida los lleva por caminos diferentes?

Tiempos precarios hace una representación muy fidedigna de los absurdos a los que se enfrentan los millenial como ser la generación más preparada, y con menos y peor trabajo. O haber vivido una revolución de identidad sexual y de género, respecto a la anterior generación, cambiando conceptos como la pareja, y sin embargo encontrarse con los mismos problemas de comunicación dentro de la misma. Biondi es capaz de mostrar todo esto a través de conversaciones y situaciones completamente cotidianas, planteadas de forma completamente natural. Además, en ningún momento juzga a sus personajes, ni los presenta como buenos y malos. Todos ellos son complejos y muy reales, al igual que las situaciones y problemas que viven.

Pese a tratar temas como la inseguridad, la infidelidad, la traición en una relación de amistad, el distanciamiento, entre otros tantos por el estilo, Biondi consigue escribir un guion lleno de melancolía, con toques de humor y muchísima ternura. Y es que todos sus personajes son tan reales que es imposible no entenderlos, incluso cuando se contradicen a sí mismos. Bolonia y su situación económica y social, se convierten en un reflejo de toda Europa. Y cómo los jóvenes salen adelante como pueden, llegando a conseguir en algunos casos ese término medio entre lo que se les había prometido, y lo que realmente están viviendo.

El apartado gráfico de Tiempos precarios imita la dualidad de sus protagonistas, Mia y Manuel. Para empezar, el esquema de páginas cuando Mía está sola está lleno de viñetas, acciones, conversaciones. Mientras que cuando Manuel se encuentra solo, al dedicar todo el tiempo a su novela, el lector verá la representación de ésta en ilustraciones a doble página. Y podrá leer fragmentos de la misma, conociendo al personaje a través de su obra. Además, aunque utiliza el bitono, Biondi no lo hace en blanco y negro, sino que utiliza el blanco y el azul. Dotando en todo momento de una atmósfera melancólica o triste a la obra. Su trazo es muy fino y sin irregularidades, recrea lugares de la ciudad de Bolonia fácilmente reconocibles y se sirve de ellos para situar unos personajes cuyos diseños son muy distintos entre ellos.

Tiempos precarios es una historia de amor que no pasa por su mejor momento, y sin embargo, a través de sus protagonistas veremos los grandes retos socio-económicos a los que se enfrenta la generación millennial. Triste, amable y con un toque de esperanza no sólo para sus protagonistas sino para toda una generación. Recomendado además para todos aquellos lectores que no terminen de entender a la generación Y, y quieran saber de dónde vienen sus fortalezas e inseguridades.

Título: Tiempos precarios
Guion, dibujo y color: Flavia Biondi
Edición Nacional: La Cúpula
Edición Original: BAO publishing
Formato: Rústica con solapas, 164 páginas
Precio: 16,90€