Encontrar una manera de integrar a los superhéroes en España es algo que siempre ha sido complicado. El carácter patrio es todavía más negro que el de los británicos y no es que se esté siempre sacando pecho por aquí, precisamente. Es un país enfrentado y dividido que ha tenido modelos aspiraciones, siendo suaves, cuestionables. Además, de algún modo, el hecho de que este sea un territorio un tanto caótico dificulta la idea de que se pueda generar algo tan apolíneo como un superhéroe. Y mucho menos uno que no se corrompa a las primeras de cambio.
Y llego ¡García! para salvar el día. Fue una creación muy pegada al ADN nacional que hablaba de cosas que afectan y a todos y cada uno de los ciudadanos. Y contaba todo esas miserias e idiosioncrasia en clave de grandilocuencia metarreferencial con una épica que es difícil de encontrar dentro de estas fronteras. Por tanto, es una historia que logra conjugar con éxito dos elementos antagónicos en lo que se puede decir que es una de las propuestas más excéntricas y desinhibidas que han llegado en mucho tiempo a las librerías.
De algún modo, García es nuestro Capitán América: un héroe con olor a rancio, pero con un sentido del honor que es lo que le convierte en un super. Nacionalista, en este caso. Una leyenda franquista que se ve transportado a la España contemporánea para intentar acabar con distintas conspiraciones y corruptelas que amenazan aquello en lo que cree. Y tiene como sidekick una periodista, con la que el contraste es lo que le hace madurar, crecer y entender.
Y, por si tuviera poco, ahora viaja a una Catalunya en la que abundan okupas, nacionalismos y contenedores quemados. Lo van a matar a disgustos…
El hecho de que Santiago García, con todo el prestigio que se ha labrado, quiera volver a jugar con este divertidísimo universo es representativo de lo mucho que disfruta escribiendo a estos personajes. Y esas aspiraciones lúdicas se perciben en todo momento. Su guion, al igual que hace cuatro años, es capaz de crear una España B en la que se pueden tratar temas muy serios y complejos con toque de desmitificación, irónico y satírico.
Pero eso no quiere decir que lo haga desde la falta de respeto. El tercer tomo de ¡García! transmite muy bien la atmosfera que se respira en esta Catalunya contemporánea, mostrando distintos sustratos sociales. Su visión de Barcelona es muy completa y permite que el lector se haga a la idea de lo que una vez fue y de lo que es hoy. Y, tal y como dice el eslogan, España no es Madrid. Existen otras verdades igual de interesantes que, incluso, reman en dirección contraria a la que lo hace la capital. Y aquí se ponen en relieve con mucho criterio.
Una de las cosas más interesantes es el peso que ha ganado Antonia en este tomo. El guion le ha permitido tener sus propias subtramas y conflictos y este personaje va teniendo más relevancia. Por otra parte, vuelven algunos secundarios que también han optado por viajar a Catalunya.
El mayor pero de este tomo es que, tal vez, la trama depende de alguna conveniente casualidad. Aun así, no es nada grave y el guion te lo compensa con una gran satisfacción al ver como se plantean otros asuntos como la idea de la falsedad de la nobleza o los intereses oscuros detrás del separatismo catalán. Todo eso es tratado con mucha inteligencia y de manera que pueda ser accesible a todo tipo de lectores sin que estos se ofendan.
Aunque haya cuestiones políticas, no es un cómic que vaya de eso. Y es que la narración está elaborada en clave de cine y literatura de conspiraciones, mezclada con lo bombástico del género superheroico. Este tomo contiene algunas de las escenas más grandilocuentes de toda la saga, se lee muy rápido y deja con ganas de más.
Se nota la veteranía de García (el escritor, no el espía) en los guiones, puesto que le otorga a la narrativa de un ritmo y un pulso dramático muy potentes. Cual malabarista, maneja multitud de tonos y eso no hace que la obra parezca dispersa o poco concreta.
Luis Bustos se antoja como el autor español (que publica en España) que mejor sabe plasmar las escenas de acción. En este tomo de ¡García! crea un espectáculo del que no hay precedentes en el cómic español (con perdón de Spanish Inc). Es alguien que parece comprender a las mil maravillas las técnicas y herramientas del cómic mainstream americano, pero que las pasa por su filtro y hace que sea muy creíble dentro del contexto en el que se transcurre la historia. Tienen mucha energía y es palpable la cinética
Este dibujante tiene una versatilidad impresionante y una obra muy diversa en la que logra dejar su propia e indiscutible huella. Este mismo año ha conseguido publicar dos cosas totalmente diferentes como es la adaptación de Fariña o este ¡García! en Catalunya. En esta segunda, sigue explorando el exceso que es marca características esta obra, logra dotar de momentos de verdad y escoge muy bien lo que requiere cada escena. Además, como en tomos anteriores, sabe hacer un uso muy interesante tanto del color como del blanco y negro.
La edición de Astiberri mantiene el mismo formato de los tomos anteriores. Incluye la biografía de los autores.
¡García! ha vuelto con las mismas ganas de guerra. Estos cuatro largos años de espera entre volúmenes no le ha sentado nada mal al héroe franquista más querido. Y ante tan contundente viaje a Catalunya, solo queda esperar su retorno. Y el de Antonia.
Título: ¡García! en Catalunya |
Guion: Santiago García |
Dibujo y color: Luis Bustos |
Edición Original: Astiberri |
Formato: Rústica, 216 páginas |
Precio: 15,00€ |