El cómic “Un mal médico” de Ian Williams muestra la realidad de los profesionales sanitarios

Si hay algo por lo que debemos estar agradecidos este año es por el trabajo de todos los profesionales de la sanidad de nuestro país. Independientemente de la necesidad de seguir luchando y exigiendo una mejor protección de la sanidad pública, y de las condiciones de trabajo de las personas que se dedican a cuidarnos y curarnos. Desde que empezó la pandemia de la COVID-19, los sanitarios han sido el grupo más expuesto y a quienes más debemos. En abril, en medio de la primera ola, salió a la venta esta novela gráfica que muestra la cara más humana de los sanitarios. Personas normales y corrientes que se han visto convertidas, a nivel mediático, en héroes.

Esta obra no está relacionada de forma alguna con la pandemia, sin embargo, sí hemos querido remarcar la importancia del trabajo de los profesionales sanitarios durante la misma. Que no sólo han hecho lo que debían, sino mucho más. Y, en muchos casos, se les ha pagado con más carga de trabajo y un agotamiento físico y mental indescriptible. Y ese agotamiento mental, es parte de lo que trata Ian Williams en su novela gráfica Un mal médico.

El protagonista de esta historia de ficción, basada en hechos reales como comentaremos más adelante, es el doctor Iwan James. Un médico de familia que vive en un área rural de Reino Unido y que pasa consulta a diario en un pequeño centro de salud. El lector acompaña al doctor a través de su trabajo, las visitas a pacientes fuera del centro, en sus paseos en bici y escapadas con sus amigos, además de en su vida privada. Pero no sólo eso, en cada uno de estos casos no sólo presenciará intercambio de conversaciones con otras personas, sino que será partícipe de todos y cada uno de sus pensamientos. Ya que el doctor Iwan sufre de un trastorno obsesivo compulsivo desde muy joven, y salvo contadas personas, nadie a su alrededor lo sabe.

Así, la narración de Un mal médico se va tejiendo entre el pasado del protagonista, desde que debuta con su TOC y de dónde parece provenir, así como la evolución de éste y cómo se ve incapacitado por él en algunos momentos de su vida. Y su presente, donde conoceremos no sólo su día a día sino también el de sus pacientes, y la comunidad que le rodea. A través de la relación con sus dos mejores amigos, y sus trayectos en bicicleta, el lector conocerá en profundidad al doctor Iwan como lo que realmente es, un complejo ser humano. Y no únicamente esa figura conocida por sus vecinos como “el doctor”.

Ian Williams crea un protagonista que, si bien no es él específicamente, sí utiliza su ansiedad y TOC para darle forma. De esta forma, y a través del desarrollo del personaje durante toda la obra, hace una crítica directa a un sistema que no prioriza en absoluto el bienestar de los sanitarios. Quienes, al final, serán los que nos cuiden a los demás en un momento dado. Además, hace especial hincapié en la importancia de la salud mental. Ya que, aunque el protagonista no se vea en ese momento incapacitado completamente por su TOC, sí que muestra en su pasado situaciones complicadas debido a ello.

El apartado gráfico de Williams llama la atención por su sencillez y minimalismo, con especial atención a las viñetas sin delineado. Toda la obra es en gamas de grises. Este esquema varía cuando el protagonista rememora su pasado. Estas escenas, que podríamos considerar flashback, y que se intercalan durante toda la obra con las escenas del presente, tienen un estilo de dibujo más detallado y ligeramente más realista. En estos fragmentos de la historia, que coincide con los momentos más incapacitantes del TOC del protagonista, están marcados por un color negro muy intenso. E infinidad de esquemas geométricos que representan los pensamientos obsesivos, e intrusivos, de Iwan.

Hay que tener en cuenta que Ian Williams, además de ser médico y dibujante, es el fundador de la página web sobre medicina gráfica original, en inglés. Por lo que todos los términos médicos que aparecen en la obra son explicados o por los personajes, o al final de la misma. La medicina gráfica es una adaptación del término que originalmente creó Ian Williams y en castellano hace referencia al uso del cómic o novela gráfica, la ilustración y la infografía como herramientas de comunicación sanitaria. La traductora de este volumen, Mónica Lalanda no sólo es también doctora, sino que coordina este movimiento en España.

Esta obra, así como todas aquellas que se engloban dentro de la definición de medicina gráfica, no sólo pretenden explicar términos y mostrar realidades médicas. Sino que intentan que el conocimiento sobre enfermedades y cómo es convivir con ellas se extienda. Porque a mayor conocimiento por parte del público en general, mayor empatía al conocer a gente que sufre según qué dolencias o enfermedades. Y es que estos cómics son muy interesantes, se sufra o no la enfermedad que traten. En el caso de Un mal médico no sólo es muy educativo, sino que está planteado de tal forma que la historia es completamente absorbente para el lector.

La editorial SaludArte se inauguró este año con esta obra, y un tiempo después publicaron El cáncer de mamá de Brian Fies. Tienen intención de seguir publicando más obras relacionadas con la medicina gráfica, y el catálogo que prometen es muy interesante. Esperemos que, ya que empezaron por éste, decidan también publicar el siguiente cómic de Williams, The lady Doctor. Por el momento, desde Sala de Peligro os recomendamos que le echéis un ojo a este cómic y os cuidéis mucho.  

Título: Un mal médico
Guion, dibujo y color: Ian Williams
Edición Nacional: SaludArte Ediciones
Edición Original: Myriad Editions
Formato: Rústica con solapas, 228 páginas
Precio: 16,95€