Teen Titans: Chico Bestia, el cómic con el que Kami García y Gabriel Picolo actualizan al carismático héroe de DC

La apuesta de DC por apelar a un público juvenil con novelas gráficas unitarias se ha logrado conducir con éxito. Se trata de una serie de esfuerzos para crear novelas gráficas unitarias que funcionan fuera de continuidad principal. Esas han sido algunas de las claves que han hecho que tengan tanta aceptación.

Están en un punto en el que intentan ir más allá y el paso lógico es la de crear un propio universo. Es el funcionamiento clásico del cómic superheroico. Y eso parece ser lo que representa Teen Titans: Chico Bestia. Es la primera novela gráfica que busca generar algo mayor: la reunión del grupo de superheroes adolescentes por excelencia.

Vuelve Kami Garcia (quien ya introdujo a Raven, que viene siendo su cómic hermano) a contar una pieza introducción de personaje de cara a la reunión de ambos héroes en un futuro. Lo hace con el mismo gracejo de dicho cómic. Le tiene tomado mucho el pulso a los coming an age. Antes de lanzarse a hacer estas novelas gráficas, escribió la saga Hermosas Criaturas, con lo que se nota que viene con una experiencia previa en aventuras juveniles.

Portada del tomo de Hidra Editorial.

Lo principal es contar una historia de instituto en el que reflejar los conflictos clásicos de este tipo de narrativas. Y lo hace repasando todos los tropos de una manera un tanto contemporánea. Aunque lo que cuenta no es nada nuevo, se hace con una frescura más que patente.

A la hora de enfocar este tomo, se nota que Kami García ha tomado muchas referencias argumentales de su novela gráfica de Raven para emularlas en este Teen Titans: Chico Bestia. Aunque ambos personajes no tienen nada que ver. Es alguien que ha logrado entenderlos y llevarlos a un contexto totalmente diferente para que puedan ser descubiertos por nuevas generaciones.

Esta propuesta incluye variaciones en el origen canónico del personaje, pero están bien traídas en la historia. De algún modo se siente una versión Ultimate de DC, puesto que aquí también se entiende perfectamente y se acude a la esencia de estos. Se da bastante tiempo en caracterizar el protagonista y en entenderle a él y a sus motivaciones.

Todo ello va en detrimento del ritmo. Por momentos parece que de quiera dar demasiado hincapié en determinados aspectos, lo cual conduce a una reiteración de situaciones. No incomoda ni la lectura deja de ser divertida en ningún momento, pero se podría haber pulido mejor algunos de estos problemas de guion.

En lo positivo, resulta curioso cómo ha optado por contar una historia con ciertos toques de body horror en el que tiene mucho peso el cambio corporal ligado a la maduración/adolescencia. Este tipo de historias suelen estar protagonizadas por personajes femeninos por motivos evidentes, aunque aquí se ha logrado dar un enfoque novedoso. A pesar de que eso puede romper el tono, logra equilibrarlo todo de una forma consistente.

Cabe destaca la construcción de la trama, en la que guarda multitud de sorpresas, pero nada parece fuera de sitio. Todo es una sucesión más o menos lógica de acontecimientos, pero las decisiones tomadas nunca son efectistas. Aunque en el clímax haya una serie de fuegos artificiales, la guionista ha logrado conducir al lector con destreza.

Al igual que otros tomos, tiene cierto aspecto de implicación social. Como no podía ser de otra manera este tomo pone la lupa en la experimentación con los animales y la moralidad del maltrato animal. Es una cuestión que juega un gran peso, pero que puede funcionar perfectamente si se obvia. En cualquier caso, es algo muy meritorio que en un cómic cuya principal función es entretener tengan algo de contenido de este tipo.

El arte de Gabriel Picolo supera todas las exigencias que se le podrían poner a una obra de estas características. Tiene facilidad para contar de forma fresca escenas conversacionales y contiene algunas ideas visuales interesantes. Sin embargo, tal vez, peca de no tener la suficiente personalidad como para crear una gran impresión en el lector. Rob Haynes colabora y apoya al artista, pero es indistinguible donde empieza uno y termina el otro. Ambos combinan esfuerzos y hay una linealidad gráfica coherente a lo largo de todas las páginas.

No comáis cosas picantes.

La selección de color de David Calderon es la adecuada para darle el aire desenfadado que tiene todo el tomo. Destacan los verdes, como es claro, pero se opta por una continuidad a lo que se pudo ver en la novela gráfica de Raven, en lugar de optar por el monocromo de otros ejemplos de DC Ink.

Editorial Hidra publica este tomo respetando los formatos y contenidos de lo que había en tomos previos de esta línea. También lo hace con un precio verdaderamente competitivo, si se atiende a los precios que se suelen manejar en el mercado.

Teen Titans: Chico Bestia más que otra novela gráfica juvenil de DC, es una aproximación al concepto de universo compartido. Una forma de renovar conceptos para un público nuevo que no da más de lo que promete. Pero tampoco menos.

Título: Teen Titans: Chico Bestia
Guión: Kami Garcia
Dibujo: Gabriel Picolo y Rob Haynes
Color: David Calderon
Edición Nacional: Hidra Editorial
Edición original:  DC Ink
Formato:   Tapa blanda con solapas, 184 páginas a color.
Precio: 14.95 €