Todos somos conscientes de que el mundo del cómic es tan propenso a las rencillas personales como cualquier otro, pero con un plus: los autores tienen en sus manos en medio de comunicación que puede ser usado como instrumento de venganza de manera más o menos encubierta. Sacad las palomitas, que a continuación vamos a recordar algunos de esos momentos, tan vergonzosos como divertidos.