Las historias clásicas, y usando el término «clásicas» como referencia a historias de la literatura clásica como pudiera ser El Quijote o incluso las novelas de caballería que el propio Cervantes parodia, parecen estar pasadas de moda. Pocas obras en el mundo del cómic hay que se sientan “clásicas” y esto es debido en parte a que es difícil hacerlo y que se sigan sintiendo frescas. Hay algunos casos como El Buscón en las Indias pero son raros. Con La Edad de Oro tenemos justamente eso, es más, sus autores abrazan esa clase de historias de caballeros, de traiciones, de reconquistas tanto en lo narrativo como en lo artístico, pero consiguen crear algo nuevo y diferente.
La Edad de Oro es un cómic francés escrito por Cyril Pedrosa y Moreil Roxanne. Esta historia está publicada en dos tomos que narra lo que sucede con una princesa, Tilda, quien parece ser la sucesora al trono tras la muerte del rey. Sin embargo, un grupo de nobles corruptos consiguen expulsarla de su propio reino y poner en su lugar al hijo pequeño del difunto rey para usarlo como marioneta en el poder. Es entonces cuando la joven Tilda, acompañada por dos fieles vasallos, Lord Tankred y Bertil, que habían jurado lealtad eterna a la princesa, se embarcan en una odisea para restaurar el orden en el reino y recuperar el trono que por derecho le pertenece a ella.
A esta trama, en principio sencilla, se le suman dos puntos clave para la obra. El primero de ellos es el trasfondo social y político. Las gentes, los ciudadanos de a pie, están cansados de los abusos de sus gobernantes y durante toda la obra se palpa un ambiente tenso de revolución. Una revolución social donde el pueblo se rebela contra sus gobernantes y contra un orden establecido que choca de frente con lo que la propia protagonista pretende conseguir y que afectará tanto a ella como a quienes la acompañan. El segundo punto clave es un texto antiguo que alimenta el fuego de la revolución y que da nombre a este cómic: La Edad de Oro. Una leyenda perdida y encontrada que habla sobre cómo en la antigüedad los hombres vivían cómo iguales, sin servidumbre.
Así esta épica epopeya de tintes clásicos trasciende el tiempo y el espacio para convertirse en un espejo de la lucha por los derechos sociales de una manera atemporal y que por lo tanto se siente actual hoy en día al margen de armaduras, caballos o castillos.
Esta es una trama que está muy bien narrada a lo largo de sus dos tomos, de una manera sencilla y agradable de leer. Pero si algo llama la atención en La Edad de Oro cuando se abre por primera vez son sin duda los colores y, a riesgo de que suene pretencioso, concretamente a como los colores están integrados en la narración y la composición de sus páginas.
Las composiciones al estilo de Brueghel (el autor, Pedrosa, ha mencionado en otros medios francófonos a este pintor holandés del siglo XVI como una de sus referencias) son, seguramente, lo más llamativo entre sus páginas. Enormes páginas dobles llenas de información donde una o varias acciones se desarrollan a medida que la mirada del lector se va moviendo sin cambiar de viñeta ni hacer división de ningún tipo. Este travelling lateral que hace que avance la historia de manera fluida lo usa el autor no solo para hacer páginas muy espectaculares visualmente, sino también para reflejar tanto la progresión de la historia como de sus personajes. Suelen tener, si se reflexiona sobre ellos un poco, una gran cantidad de información en lo que se refiere al movimiento temporal como por ejemplo el recorrido de los protagonistas a través de un bosque hasta llegar a la ciudad o la forma en la que van cambiando las aspiraciones de los personajes durante ese mismo período de tiempo. En cierta escena del primer tomo incluso se puede ver el cambio de la sociedad de aquella época, cómo es impensable para algunos vivir sin un sistema feudal, pero a la vez perciben como el pueblo encuentra esa situación, oponiéndose a ella y tratando de reorganizarla. Todos estos conceptos están aunados en una sola viñeta que juega con los bocadillos y que además está repleta de trucos para guiar al lector, para que no se pierda mientras avanza y descubre las cosas al mismo ritmo que los protagonistas de la historia.
Como se mencionaba al principio, uno de esos trucos que el dibujante domina con mucha soltura es el manejo del color al servicio de la narrativa. El color es usado para favorecer al ritmo marcando las distintas secuencias. Por ejemplo la utilización de un tono azulado en el amanecer para marcar un cambio en los personajes, en el despertar de un movimiento que se ha ido fraguando durante toda la trama en contraste con las páginas mucho más oscuras que la preceden.
También se usa el color de manera muy inteligente no solo para marcar las secuencias y avances en los cambios de la historia, sino también para mostrar los estados anímicos de sus protagonistas. Esto, realmente, es un recurso que se suele utilizar habitualmente en el cómic, pero además en La Edad de Oro Pedrosa consigue dar una clase magistral sobre cómo utilizarlo.
Muchas de las viñetas que podemos encontrar hacen referencia al estilo medieval o al arte prerrenacentista según palabras de Pedrosa. Todo el álbum está repleto de técnicas relacionadas con los tapices medievales para dotar a la obra de un aspecto más personal y reconocible cosa que sin duda alguna consigue.
Al ser dos únicos números la narración queda muy bien condensada sin que pierda fuerza en la recta final como ocurría, por ejemplo, en Ring Circus donde se presentaba una trama que daba mucho de sí, pero que por desgracia acababa de manera atropellada. Aquí los autores se toman su tiempo para contar lo que tienen que contar sin alargar artificialmente ni cerrar la historia de manera brusca.
La Edad de Oro es una obra maravillosa y redonda donde ambos autores se permiten brillar con fuerza. Una epopeya épica y social repleta de momentos inolvidables y con unos personajes llenos de carácter. Un cómic para disfrutar con tranquilidad paladeando los detalles y dejándose llevar por el ritmo de sus páginas.
«Amigo… Acuérdate de los inviernos pasados. Nunca nada nos dieron los tiranos… Fue ganado con los combates librados».
La Edad de Oro |
Guion: Roxanne Moreil |
Dibujo y Color: Cyril Pedrosa |
Edición original: Norma Editorial |
Formato: Cartoné, 232 páginas |
Precio: 32€ |