Guionista de barrio #04 – ¿Existen recetas mágicas para arreglar algo?

Guionista de Barrio es la columna de opinión semanal de Fernando Llor (@FernandoLlor). Llor, que cuenta con el poder de la omnipresencia, es autor de obras como El espíritu del escorpión, Teluria 108, Ojos Grises o más recientemente Subnormal, entre otras muchas, así como miembro en activo de la Asociación Profesional de Guionistas de Cómic (ARGH!) y vocal de la Sectorial del Comic

Hace exactamente una semana terminaba el Guionista de Barrio diciendo que quizás existan algunas maneras de mejorar la cantidad de dineros que nos llevamos los guionistas por hacer cómics en España. ¿Es eso posible? ¿Podría existir la receta mágica que todo lo cambie y nos convirtamos de inmediato en un paraíso ideal del noveno arte para todas? Pues… a ver, también decía algo de las utopías y tal…

De todas formas parece evidente que sí que hay algunos aspectos muy mejorables. “Eh, Fernando, un momento, ¿es ahora cuando vas a empezar a decir que las editoriales están dirigidas por Satán y que son todas iguales y solo nos quieren para explotarnos?”

Pues no, también decía hace unas semanas que eso de debatir determinadas cosas en Facebook hace muchísimo mal a las cabezas y puede provocar que se acabe cayendo en recetas fáciles o en falacias de falso dilema.

Entonces, ¿qué podemos hacer?

Bueno, se me ocurren estas cosillas.

Voluntad

Sin duda esta parte es imprescindible y es tan de perogrullo que hasta siento un poco de vergüenza por exponerla: para cambiar las cosas, hay que querer cambiar las cosas y dar pasos en ese sentido. Y aquí me refiero a dar pasos por parte de todas las patas del sector.

Muchas veces miramos con cierto romanticismo y un brillito en los ojos hacia el mercado francobelga y exclamamos entre suspiros que “ojalá algún día seamos como ellos”.

Hace apenas unos días se podía leer un pequeño estudio sobre la situación del mercado del cómic por allí: aquí se resume lo más gordo. En 2020, en plena pandemia y con un par de confinamientos encima, las cifras de venta de cómic aumentaron. Se vendieron nada menos que 53 millones de ejemplares lo que supuso un crecimiento del 6 por ciento con respecto al 2019. Uno de cada cinco libros que se vende allí es un cómic.

A la vez, el colectivo AAA (Autrices Auteurs Action) ya han reunido más de 760 apoyos al boicot a próximos eventos y festivales mientras no se empiecen a aplicar medidas reales para paliar la terrible precariedad que impera para los artistas de la viñeta. Según el Informe Racine, presentado en 2019, más de la mitad de los autores y autoras no llegan al salario mínimo y más de un treinta por ciento están por debajo del umbral de la pobreza. A falta de datos más concretos sobre el efecto de la pandemia, ya hay voces que aseguran que ahora mismo tan solo un 12 por ciento vive del cómic.

Vistas las dos noticias juntas asustan un poco ¿cómo es posible que suban las ventas y aún así aumente la precariedad entre autores y autoras? Pues hay un montonazo de factores que analizar en ese informe y que podrían dar algunas claves sobre cómo pueden coexistir dos premisas como estas en el mismo universo. Sin embargo, mi punto es otro.

En Francia pueden echarse las manos a la cabeza grandes colectivos de autores y autoras ante los informes que indican que suben las ventas y ellos no lo notan porque existen esos informes y existen esos grandes colectivos. Aquí también podemos echarnos las manos en la cabeza, pero yendo a ciegas…

 Y ese “ir a ciegas” se podría evitar con voluntad.

Si de verdad se quiere cambiar la situación, es imprescindible empezar por saber cuál es exactamente la situación: ¿cuántos cómics se venden? ¿en qué franjas de edad se compra más cómic? ¿qué títulos y formatos funcionan? ¿cuáles no?

Sin una radiografía completa del sector es muy difícil afinar en las soluciones, es como pretender operar a alguien con un cuchillo de mantequilla, ¿se podría acertar? puede que de chiripa una vez te salga bien, pero en el resto de casos el paciente se muere.

¿Y qué impide exactamente que la gente enseñe sus cifras para que se puedan elaborar informes de este tipo? Ni idea y la verdad es que llevo años intentando desentrañar el misterio de a quién perjudicaría que se conociesen los números y no termino de encontrar ninguna respuesta que me resulte lógica.

Pero vaya, que insisto, creo que el primer paso es la voluntad de todos y todas y empezar a arrojar cifras reales de todo lo que se mueve en el sector.

¿Está la solución en las instituciones?

 Puede que no todas las soluciones, pero algunas de ellas pasan por legislar, regular e incentivar determinadas actividades.

El conocido como Estatuto del artista podría marcar una enorme diferencia para los que nos dedicamos a esto de hacer cómic y supondría un inmenso alivio. Ahora podría pasarme un montón de tiempo tratando de pormenorizar en qué consiste, pero es mucho mejor que acudas aquí: a la plataforma de SOS Sector Gráfico, donde se puede leer y comprender bien todo lo que aportaría el desbloqueo y la aprobación de esa norma.

Además entre las instituciones se encuentran todas y cada una de las diferentes consejerías de educación que tenemos en el país. Es ahí donde se puede hacer presión real para meter el cómic en el aula. Y no meterlo a calzador porque yo quiero que se meta, introducirlo como la poderosa herramienta pedagógica que es. Los tebeos abordan contenidos ideales para tratar cualquier materia en primaria, en secundaria, en bachillerato o en cualquier aula en general. Lo hacen con un lenguaje que no podría ser más actual: mezclando imágenes y texto. El problema es que muchas veces no se conoce, no se considera o no se entiende bien todo lo que puede aportar el cómic en los colegios, por eso deberíamos hacer un esfuerzo mayúsculo por hacérselo entender a quienes tienen la llave para abrir esas puertas.

Otra muy buena iniciativa sería la de poner en marcha un programa integral de ayudas que englobe a autores y autoras, jóvenes que quieran formarse, editoriales, investigadores… En definitiva, llevar al cómic un sistema de subvenciones similar a los que existen de ayuda al cine y que ayudaría a combatir determinadas flaquezas.

Y hablando del cine, en 2007 se puso en marcha la Ley del Cine y un poco más tarde la Ley General de la Comunicación Audiovisual en la que se obliga a los operadores que difundan canales de televisión a destinar un tanto por ciento de sus ingresos de explotación a financiar obras audiovisuales españolas.

¿Es posible una Ley del Cómic? ¿Puede llegar algún día la ley del cómic a obligar a destinar un tanto por ciento de los ingresos a producir cómic español a todo aquel que venda cómic en España?

Pues no lo sé, pero volviendo otra vez al principio de todo, quizás solo baste con voluntad. Mientras trabajamos en ella, hagamos todo lo posible por alimentarla esparciendo amor infinito por el cómic, lean cómic, regalen cómic, recomienden cómic, obliguen a familiares y a amistades a leer cómic, lancen cómics desde sus ventanas, lo que sea, pero háganlo.

La semana que viene un poco más de Guionista de Barrio, pero ya de otras cosas.