Unearth, el sorprendente cómic de terror corporal de Cullen Bunn, Kyle Strahm y Baldemar Rivas

A pesar de que pueda haber muchos prejuicios, cuando más se indaga en el terror, más se aprecia el potencial que tiene a la hora de tratar de darle una vuelta de tuerca a lo establecido. Aunque sea fácilmente de juzgar a un nivel primario, está lleno de sutilidades que muchas veces pasan desapercibidas.

Incluso aunque se hable de su vertiente más física, es un terreno fértil para hablar de determinadas cosas que, de otro modo, sería difícil.

Unearth es un proyecto que cuestiona la visión estadounidense como salvadora de América latina. Parte de la premisa de que una pandemia extraña surge en una región de México. Y un grupo científico militar investigará el origen de esta. Lo que sucede es que el cuerpo de toda persona que se contagia sufre transformaciones inhumanas. Todo aquello que tendrán que afrontar, les viene muy grande.

Cullen Bunn es alguien especializado en historias de terror de todo tipo e índole. Lleva años perfeccionando sus guiones en este género, pero suele tratar temas de un aspecto más espiritual que carnal. Quien no es tan habitual verle en el territorio del guion es Kyle Strahm, quien lleva años desarrollando una carrera como guionista. Seguramente él sea el culpable de que este trabajo haya optado por generar el terror con otro tipo de recursos.

Hablar de body horror es hablar de un terror que surge alrededor de que nuestro cuerpo nos traicione. Hay cierto fetiche en ver las posibilidades transformativas del cuerpo, pero se hace siempre de una manera que resulta fundamentada en el argumento. A pesar de que hay gore, nunca se siente gratuito. Simplemente, es el tono que se ha escogido para contar esta historia.

Es prácticamente imposible borrar de la cabeza los referentes que maneja esta historia: del cine de Cronenberg, pasando por la saga Alien, o La Cosa (El Enigma de Otro Mundo). Se trata de un proyecto que parece nacido para revisar estos proyectos, pero trasladándolo en un entorno subterráneo. Pero, sorprendentemente, lo que a priori parece ser algo claustrofóbico y oscuro, es todo lo contrario.

El miedo no nace por estar en un lugar cerrado. Por el contrario, es una pieza que habla de la exploración de lo desconocido. La cueva parece más grande por dentro que por fuera y el antagonista de la historia es un ente que habita ahí, pero que no es su lugar de pertenencia. Se sabe que la amenaza no es humana, pero es prácticamente invisible.

De algún modo, también esta propuesta es deudora del horror cósmico de Lovecraft. Los guionistas parecen ser unos conocedores de esa mitología, de la progresiva pérdida de la cordura de los personajes y de esa sensación de estar frente a un mal tan abstracto como antiguo e imparable. Y lo aplican a un microcosmos contemporáneo y cientfico-militarista.

Lógicamente, este cómic tiene un fuerte componente surrealista. El lector parece perdido y le falta información constantemente. Pero, es el posicionamiento adecuado para generar las sensaciones que ambos autores buscan. Leyendo esta historia, el lector se siente como que se adentra a un abismo terrible del que no puede salir en la medida en que siente interés por conocer más, por mucho que eso signifique su condenación.

Unearth puede tener una serie de problemas de ritmo y, por esa necesidad de epatar, se siente como que el lector no tiene la necesaria confianza en cómo se va a resolver el asunto. Además, los personajes parecen construidos de plantilla y es difícil encontrar muchas cualidades con las que empatizar, al ser una constante peripecia. Un argumento más equilibrado en todos sus aspectos, habría redondeado el producto. Sin embargo, no se puede negar que aquí se siente como una creación de una fuerza visceral. Por mucho que la lectura se sienta como imperfecta, tiene muy buenas intenciones y es pronto para juzgar una propuesta a la que, seguramente, todavía le queda poner las cartas sobre la mesa.

El arte del californiano Baldemar Rivas resulta chocante para este género. Tiene un estilo cartoon muy peculiar que resulta extraño para el mercado americano. Se aprecia que ha bebido de influencias cercanas al manga y al cómic europeo en un tratamiento artístico depurado, detallista y fino. Crea imágenes bastante evocadoras y es capaz de aprovechar las posibilidades creativas que propone esta historia. Demuestra que es un autor muy imaginativo y con inventiva, que sabe construir las páginas para que causen el impacto que precisan.

El tratamiento de color también resulta peculiar proviniendo del género. Busca generar cierta lisergia en las páginas a través de unos colores muy vivos e, incluso, chillones. Tiene una atmósfera un tanto peculiar, lo cual le da mucha personalidad visual al título. Es un proyecto que, estéticamente, juega a romper con algunos clichés de terror.

El tomo de Norma Editorial incluye los seis primeros números de la serie, junto con algunos bocetos y la biografía de los autores.

Unearth es una demostración de la solvencia de ambos autores. Un guionista que es una garantía para los relatos de terror en colaboración con otro que le aporta una perspectiva diferente y con un dibujante capaz de crear atmósferas y criaturas imaginativas. Una pieza de género cuya falta de pretensiones es su principal acierto. Un relato de terror fresco para el verano.

Título: Unearth
Guión: Cullen Bunn y Kyle Strahm
Dibujo y color: Baldemar Rivas
Edición Nacional: Norma Editorial
Edición original: Image Comics
Formato:   Tomo rústica de 152 páginas a color
Precio: 18 €