Reckless, el cómic con el que Brubaker y Phillips resucitan al detective pulp

El tándem formado por Ed Brubaker y Sean Phillips han creado y estudiado el noir desde todas las facetas posibles. Y, aun así, siguen encontrando nuevas formas, subgéneros y estilos que replantear. Y siempre la nueva propuesta hace al lector habitual pensar: “Pues claro, era lo lógico”. En este caso, un amante de la novela negra, ¿Cómo no iba a tener su propio detective/arregla cosas?

Y de esa pulsión y necesidad nace Ethan Reckless, el protagonista de Reckless, la nueva saga de la pareja. Y es que en esta novela gráfica se asiste a la creación de un nuevo universo criminal en el que todo es muy similar a lo que ambos suelen tratar. Pero, a la vez, hay suficientes diferencias como para que pueda verse atraído.

Tras finalizar las nuevas andaduras de Criminal, Kill or be Killed y esa barbaridad de pieza llamada Pulp, Brubaker y Phillips necesitaban dar un nuevo paso. Y eso se traduce en un proyecto que no perdiese esa inercia deconstructiva que venían arrastrando.

Y esto es Reckless. Es el espíritu del Brubaker niño fascinado con las poderosas portadas ilustradas de las novelas hard boiled de su padre e imaginando las historias que podrían contener. Es el placer que siente alguien haciendo algo que siempre ha querido hacer con toda la comodidad y libertad creativa del mundo. Son las ganas de crear algo que funcione de forma perfecta.

Pero además esta obra, ya desde su arranque respira un aire de violencia más que contundente. Parte de un inicio in media res del cual es inevitable que, nada más abrir el tomo, quieras saber más. De ahí se parte de la premisa: una mujer del pasado se vuelve a cruzar en la vida del protagonista. Necesita pedirle un favor. Uno que, evidentemente, hará que su mundo estalle y él esté en un altísimo peligro.

A pesar de que es uno de los recursos habituales de Brubaker, la narración en primera persona (con algunas trampas omniscientes en determinados momentos) vuelve a hacer acto de presencia. Pero aquí casa más que nunca puesto que es una manera de conocer y empatizar muy directa todo el problemático pasado del personaje y su mundo. Eso no quiere decir que dicha información no se presente de forma estimulante y visual, si no que permite enriquecer el todo. Además de que es algo muy propio de las historias de este palo, con lo que la voice over no podía faltar aquí.

Uno de los aciertos más estimulantes de este proyecto es la ubicación temporal. Al contrario que la mayor parte de las novelas detectivescas, no es contemporánea al momento en el que fueron concebidas. Tampoco toman la decisión lógica de ambientar la historia en los años treinta y cuarenta, la edad de oro de las hard boiled. Ellos han optado por ambientar la historia en los ochenta desde una perspectiva mitificadora.

Pero no desde una nostalgia cultural vacua. Ellos han decidido ambientarlo ahí porque hay cierto espíritu decadente que ese periodo histórico comparte con la Gran Depresión. El ideal hippie se ha roto y ha dejado paso a la violencia tanto del punk, por un lado, como la provocada por la Administración Reagan, por otro.

Las consecuencias de los excesos de los setenta y de la guerra de Vietnam está en el centro de la obra. Los personajes son complejos, están rotos y son moralmente ambiguos. Paradójicamente el negro abraza los grises y trata de dar explicación al crimen. Y esta no es una excepción. Todos los personajes son contradictorios complejos y, por encima de todo, son producto de sus circunstancias. 

A pesar de ser una historia muy de personajes, este tándem ha creado una obra sorprendentemente social y política. Algunos de estos temas que aquí se plantean ya provienen de sus obras anteriores, pero nunca los habían atajado de una forma tan central.

A su vez, el hecho de que se ambiente en esa época significa que no se puede hacer una historia de detectives al uso. Bebiendo de trabajos como El Gran Lebowski, Puro Vicio o El Largo Adiós. Aunque esas tienen como objetivo deconstruir e, incluso, destruir el subgénero y Reckless tiene otros objetivos, lo cierto es que sí que comparten algo de su estética y planteamientos formales.

El arte de Sean Phillips vuelve a demostrar porque es la mejor opción para este tipo de historias. Es un fuera de serie que entiende perfectamente lo que necesita cada narrativa y es capaz de modificar ligera y sutilmente su estilo. Reckless es más diurno y soleado y el dibujante es capaz de transmitir esa atmosfera árida que la historia requiere. Sigue empleando, en términos generales, los mismos recursos, pero sí que se aprecia una búsqueda de nuevas formas de componer e, incluso, de jugar con la psicodelia propia de la época.

Lo mismo pasa con los colores de Jacob Phillips, que, al contrario que los otros proyectos en los que ha estado implicado, opta por unos tonos cálidos y en tonos de amarillo y naranja. Opta por soluciones naturalistas, pero sin sacrificar los tonos claros. Estéticamente, no tiene nada que ver los otros cómics de la marca Brubaker/Phillips y eso se percibe de forma más que evidente en el color.

Panini Cómics por tanto sigue firme en el compromiso de traer todas las creaciones de Brubaker y Phillips y no es para menos. Cabe esperar que sigan manteniendo una continuidad respecto a las otras obras publicadas de esta pareja.

 

Reckless es la nueva obra de Ed Brubaker y Sean Phillips. Es un cómic más en su extensa carrera. No parece que vayan a sorprender a nadie a estas alturas. Siempre se sabe lo que se va a encontrar cuando se lean estas páginas incluso desde antes de empezar. Pero si lo que te dan es tan condenadamente perfecto, solo queda este proyecto. Uno más de una lista inabarcable de aciertos contundentes. Nadie hace mejores historias de género que ellos. Y que dure.  

Título: Reckless
Guion: Ed Brubaker
Dibujo y color: Sean y Jacob Phillips
Editorial: Panini Cómics
Edición original:  Image Comics
Formato: Cartoné, 144 páginas
Precio: 20,00€