Resulta complicado calzarse los zapatos de un Walt Simonson que lo había dado todo en la colección de Thor, uno de los varios ejemplos de series que en los 80 pasaron de estar desahuciadas a ser un fenómeno de masas como Daredevil o Swamp Thing. Cuando Simonson abandonó la serie en agosto de 1987 lo hizo cerrando todas sus tramas argumentales y dejando el terreno despejado para su sucesor, un Tom DeFalco que poco después de aceptar escribir la serie del dios vikingo fue nombrado editor en jefe en sustitución de Jim Shooter. Ahora no solo tenía que ponerse en lugar de uno de los autores más icónicos de los 80 sino que tenía que hacerlo también con un editor carismático y que había elevado los niveles de calidad de la editorial.
Hay que recordar que Shooter era muy renuente a que la misma persona ejerciera varias funciones en la editorial. Prohibió totalmente que el guionista además editara la serie que escribía y ponía serias objeciones a que un editor guionizara para otros editores. Sin embargo, él mismo escribió series como Los Vengadores o la maxiserie de Secret Wars, así que pocas lecciones podía dar en ese sentido. El propio DeFalco, que fue el editor de Secret Wars, dejó de editar las series de Spiderman en 1984 para pasar a guionizar The Amazing Spider-Man con quien acabaría convirtiéndose en uno de sus colaboradores más estables, Ron Frenz. Tras un par de años el editor Jim Owsley (ahora Christopher Priest) les despidió aduciendo retrasos en las entregas y pasó él mismo a escribir la serie. Los autores adujeron que era Owsley el que provocaba esos retrasos.
Sea como sea, DeFalco siguió editando series franquiciadas como Masters of the Universe. Ewoks, Droids o ThunderCats, siendo su habilidad para tratar con las empresas madre de estos personajes uno de los factores que influyeron en su nombramiento como editor en jefe. Unos meses antes de que esto se produjera, DeFalco y Frenz se dirigieron al editor Ralph Macchio con una propuesta para hacer Daredevil, pero el editor les propuso hacer unos números de Thor que acabaron convirtiéndose en 74 números y un Anual. Ambos autores pensaban que estaban más dotados para los héroes más terrenales, que lo cósmico no era lo suyo, pero Macchio les acabó convenciendo de lo contrario.
Se nota que los dos primeros números son de relleno, por un lado una historia en la que la Encantadora recuerda su experiencia en las Secret Wars y, por otro, la aparición de una versión futurista y glam de Thor en el siglo XXVI, pero una vez que se establecieron como equipo creativo estable, DeFalco y Frenz, que firmaban como coautores de los cómics, empezaron a remover al personaje. Haciendo honor a su afirmación de que ellos eran más de personajes terrenales hicieron volver a Thor a la Tierra de la que Walt Simonson, más proclive a las historias mitológicas, le había alejado. Recordemos que Simonson había eliminado la personalidad de Donald Blake y que Thor había decidido adoptar la identidad secreta de Sigurd Jarlson, haciéndose una cola y poniéndose gafas. Si a Superman le funcionaba…
Sin embargo, el propio Simonson hizo que aquello quedara en el olvido y fueron DeFalco y Frenz los que retomaron esa idea de que Thor tuviese una parte humana, pero de manera más parecida a la dualidad con Donald Blake. Para ello crearon al arquitecto Eric Masterson (no pudieron evitar el nombre de origen nórdico) con el que Thor tuvo que fusionarse para salvar su vida, e intercambiándose con el clásico golpe de bastón en el suelo. Es interesante hacer notar que mientras que Donald Blake era una creación de Odín para enseñar humildad a su hijo, Materson era una persona real con su vida y sus problemas, el mayor de los cuales era la batalla por la custodia de su hijo, una trama que se prolongó por casi toda la etapa. Para la ocasión introdujeron varios personajes secundarios del entorno de Masterson mientras que Thor interactuaba con los Vengadores, Spiderman, el Capitán América, Hulk, Doctor Extraño, el nuevo Motorista Fantasma, Excalibur, Quasar, Estela Plateada, la Guardia Imperial o Daredevil, se enfrentaba al Juggernaut y al Doctor Muerte o era testigo de la aparición de los Nuevos Guerreros. Pero la pareja DeFalco-Frenz no descuidó el aspecto más cósmico del personaje, al que hizo enfrentar al dios egipicio Seth, a los Celestiales, a las maquinaciones del Alto Evolucionador, a Annihilus o a Mephisto, sin olvidar los juegos de Tronos de Asgard, que se encontraba sin rey desde que Odín murió en la etapa de Simonson. Además recuperaba a Hércules como compañero de aventuras… y de piso.
A partir del número 402 reaparecieron los complementos de Relatos de Asgard, habituales en la etapa de Lee y Kirby aunque el dibujo no fue obra de Frenz sino de autores como Tom Morgan, Mike Mignola, Ron Lim, Gary Hartle o Pat Oliffe. En principio siguieron con la idea de contar historias de la juventud de los dioses o de los secundarios de la serie, pero pronto el complemento narraba una historia que iba en paralelo a la trama principal y que en determinados momentos confluía con ella. La desaparición de Thor llevaba a que Eric Masterson dejara de ser el alter ego del Dios del Trueno para convertirse él mismo en un Thor con barba y casco con antifaz que no dejaba de hacer tilín a una Sif que en cierto momento se transformó en una Sif Oscura con un traje que no dejaba mucho a la imaginación, porque sí, esta etapa no pudo substraerse a los 90 y tenemos viñetas con Thor disparando pistolones. Estos números son cualquier cosa menos aburridos, con un continuo vaivén de situaciones y personajes e ideas que luego hemos visto replicadas en los últimos años.
Porque ver a Thor descolocado porque sus dos grandes amigos Tony Stark y Steve Rogers habían reñido durante la Guerra de las Armaduras no fue idea de JM Straczynski, sino de DeFalco y Frenz. Ver a varios Thor peleando mano a mano le quedó muy bien a Jason Aaron, pero ya lo habían hecho DeFalco y Frenz. Le podemos dar el mérito a Matt Fraction de hacer que el Capitán América levantara el martillo de Thor en Miedo Encarnado, pero eso ya lo habían hecho DeFalco y Frenz.
Probablemente el aspecto gráfico sea el más discutible desde el momento en el que Ron Frenz se ha destacado sobre todo en ser un artista imitativo de autores como John Buscema o Jack Kirby. De hecho, su intervención en esta serie la inicia como un convincente clon de Buscema, uno de los artistas icónicos de Thor para, a partir del 402, pasar a imitar a Jack Kirby, a lo que contribuía el entintado de Joe Sinnott para enfatizar que aquella elección estilística no era casual. En posteriores números Frenz alterna entre los dos estilos creando algunos frankensteins bastante curiosos, dependiendo de la documentación que manejara para inspirarse, llegando al extremo de que al usar a Urok, un monstruo que Mignola creó para un par de capítulos de Relatos de Asgard, fue incapaz de darle su propio estilo y mantuvo el de Mignola. En favor de Frenz hay que decir que, si bien no dejaba de ser un imitador de otros autores, sabía imitarlos con una fuerza y energía encomiables.
Como mandan los cánones, DeFalco y Frenz dejaron los juguetes recogidos con el Thor clásico recuperando su cabecera y Eric Masterson, tonando el papel de Thunderstrike. El sucesor en The Mighty Thor fue un Jim Starlin que solo duró dos números y cuyo socio Ron Marz apenas hizo diez más completamente olvidables. Thunderstrike protagonizó su propia cabecera durante 24 números en los que DeFalco y Frenz recuperaron a todos los villanos y secundarios que crearon en The Mighty Thor. El espíritu de la serie era el de todas las versiones grim and gritty que asolaron Marvel en el inicio de los 90 y que, merced a la generosa política de royalties instituida por el propio DeFalco como editor en jefe, les dio buenos dineritos a todos los creadores de los War Machine, USAgente, Veneno o el Motorista Fantasma con pinchos. DeFalco y Frenz mataron a su personaje en el último número de la colección justo en la efímera época de los Cinco Editores que sustituyeron a DeFalco. Posiblemente pensaron que tarde o temprano volvería, como hacen todos, pero salvo un par de apariciones zombificadas en los Vengadores de Busiek y Pérez y una recientísima en la nueva colección del Doctor Extraño protagonizada por Clea, nada más se supo de él aunque recientemente su hijo Kevin ha tomado el nombre y la maza de su padre y protagonizó en 2011 una miniserie de cinco números a cargo de la pareja DeFalco-Frenz.
Toda esta disfrutable etapa de Thor ha sido recientemente recopilada por Panini en tres tomos de la colección Marvel Héroes, mientras que las aventuras de Thunderstrike en solitario solo tuvieron edición a cargo de Forum en los noventa.