Título: Las bestias de Wizdoms |
Guion, dibujo y color: Nagabe |
Edición Nacional: ECC |
Edición Original: Akane Shinsha |
Formato: Rústica con sobrecubiertas, 232 páginas |
Precio: 9,95€ |
No es la primera vez que en Sala de Peligro hacemos reseñas de mangas protagonizados por animales. La semana pasada hablamos largo y tendido del manga Beastars, y en esa línea, aunque bastante diferente, se encuentra Las bestias de Wizdoms de Nagabe. Por lo que, si os interesó el tema de los animales humanizados, y cómo se relacionan entre sí, pero Beastars os parecía demasiado larga para empezar. Esta obra de Nagabe autoconclusiva puede ser vuestra entrada en el mundo furro.
Las bestias de Wizdoms es un tomo único, donde cada capítulo trata la relación entre dos personajes. La historia se desarrolla en la escuela de magia Wizdoms, donde los alumnos son todos bestias inteligentes. Tan inteligentes, que sus relaciones van más allá de la especie y lo que se espera de ellas. Muchos años antes, un gran mago llamado Wizdoms convirtió a los animales en bestias humanizadas. Éstas, con predisposición a aprender crearon la escuela de magia a la que pusieron el nombre de su creador. A partir de ahí, y mucho después, el manga presenta a los actuales estudiantes de la escuela.
Como ya se ha comentado, cada capítulo trata una pareja distinta. Y es que este BL (boys love) donde todos son animales reales o míticos, va más allá de la típica historia corta. Sólo muestra puntos de inflexión en las relaciones, y pese a tener una temática fantástica trata temas muy reales como la aceptación de la sexualidad, el descubrimiento, la envidia, el deseo… de una forma realista. Nagabe mantiene las actitudes propias de los animales en que están basados sus personajes, y crea nuevas características para seres míticos como los dragones o los unicornios.
El colegio de magia que presenta Nagabe tiene reminiscencias que recuerdan de forma clara el mundo de Harry Potter. Sin embargo, las historias no están centradas en las asignaturas en ningún momento, sino que se utilizan como excusa para mostrar esas relaciones interpersonales entre los personajes. Además, gracias a eso podremos ver en el fondo de algunas historias personajes protagonistas en otros capítulos.
No sólo se observan historias de los alumnos, sino también las de algunos profesores del centro. Lo que ayuda a Nagabe a mostrar un campo más amplio de historias en cuanto a tipos de relación, inseguridades y formas de aceptar (o no) según qué tipo de relaciones ya no sólo respecto a la especie, sino a la edad.
Que Las bestias de Wizdoms sea un tomo autoconclusivo tiene su parte buena, y su parte mala. En realidad, la única parte mala es que al lector le encantaría saber cómo siguen todas estas historias. Por lo que, si le dais una oportunidad, debéis ser conscientes que se trata de puntos muy concretos de distintas historias, y no un desarrollo en profundidad de personajes. Sin embargo, esto hace que la obra sea muy interesante. Primero, para conocer el estilo de dibujo y narrativa de Nagabe. Y segundo, como entrada a ese tipo de mangas de estilo fábula donde priman los diseños animales, pero que sin embargo presentan hechos muy reales. Gracias a esos diseños, y ese aspecto mágico o fantástico, en Las bestias de Wizdoms Nagabe puede tratar temas menos convencionales sin entrar a juzgarlos.
Nagabe es conocido en España por su historia La pequeña forastera, pero si queréis darle una oportunidad a su estilo de dibujo y narrativa ésta es una buena entrada. Tanto para conocer a Nagabe como para empezar el mundo del BL, o los animales antropomorfos. Además, ECC ha publicado más obras del autor. Empezando por la reconocida La pequeña forastera: Siúil, a Rún así como Nivawa y Saito, o El jefe es una onee.
Obras todas ellas interesantes tanto en su guion como en su apartado artístico. Por lo que Las bestias de Wizdoms es un indispensable para los amantes de Nagabe, así como para aquellos que quieran iniciarse en el mundo fantástico del autor. Un tomo que en su momento pasó algo desapercibido y al que creemos que había que darle una segunda oportunidad, no sólo por el nombre de su autor, sino por lo interesante de la propuesta.