“Sabrina, la bruja adolescente” vuelve, de la mano de Kelly Thompson, más encantadora que nunca

El universo que da nombre a la editorial Archie Comics goza de una sorprendente vitalidad, más que envidiable a sus casi 80 años. Con una presencia perpetua en el mercado estadounidense, adaptaciones televisivas como Riverdale o la súper exitosa y, pese a todo, recientemente cancelada Las escalofriantes aventuras de Sabrina en Netflix han llevado a estos personajes de vuelta a la popularidad más mainstream, propiciando reinicios accesibles también en las páginas cuatricromadas que les vieron nacer, listos para dar la bienvenida a los nuevos fans que lleguen, con curiosidad, después de haber disfrutado de sus versiones en la pequeña pantalla… con unos equipos creativos que son auténticos dream teams: autores de la talla de Mark Waid, Ryan North, Chip Zdarsky, Fiona Staples o Veronica Fish se han paseado por las cabeceras de Archie y Jughead, como un moderno soplo de aire fresco, y hemos podido disfrutar de miniseries tan atractivas como Betty & Veronica, escrita e ilustrada por el titán Adam Hughes, o la joyita de Nick Spencer y Marguerite Sauvage, Archie y Sabrina

Ahora, tras estremecernos en Las escalofriantes aventuras de Sabrina –la obra de Roberto Aguirre-Sacasa y Robert Hack popularizada tras su paso por Netflixla bruja adolescente llega volando al catálogo de Norma Editorial, dentro de su Archieverso, con el primer volumen de su nueva etapa, en manos de Kelly Thompson y el matrimonio conformado por los artistas Veronica y Andy Fish

Este primer volumen de Sabrina, la bruja adolescente contiene Sabrina the teenage witch #1-5, que en Estados Unidos se publicó como una miniserie al final de la cual se anunció, para gozo de los fans, que tendría continuidad con el lanzamiento de Sabrina – Something Wicked, a cargo del mismo equipo creativo. Y gracias a Hécate por ello, porque lo que hacen Kelly Thompson y Veronica Fish son unos auténticos juegos malabares (con cierto componente mágico, seguro) para crear una versión del “mito” original moderna, pero que a la vez se siente clásica y reminiscente de cada versión que vino antes de ella.

La premisa es sencilla: Sabrina Spellman, la joven medio bruja, medio mortal, acaba de mudarse a Greendale junto a sus tías Hilda y Zelda, y el antaño hechicero y actual gato doméstico Salem. Entre misteriosos hechizos e intrigantes criaturas mágicas, el mayor desafío al que se enfrentará Sabrina será encajar entre sus nuevos compañeros de insti. Y quizás no parezca mucho, o quizás te sorprenda que Thompson no dedique mucho tiempo a indagar en quién era Sabrina antes de llegar a Greendale, pero lo cierto es que todo lo que necesitas saber de ella y de su mundo te será presentado en las primeras cinco páginas de su nueva aventura. Sabrina se levanta, y un trasero felino le da los buenos días. Tras unas palabras con dicho gato, se viste y matiza su inusual cabello blanco natural con un tono rubio mucho más… normal, (o aburrido), no mediante un tinte de caja, sino con magia. Desayuna con sus tías, charlan de sus cosas de brujas y, antes de que salga por la puerta de casa intentando no llegar tarde a su primer día de clase, como por arte de magia, la conoces de toda la vida. 

Todos hemos conocido diferentes Sabrinas. Quizás te enganchaste a ella con ese toque oscuro y algo gótico de sus escalofriantes aventuras televisivas con el rostro de Kiernan Shipka, o quizás la conociste con la serie sitcom protagonizada por Melissa Joan Hart, pieza clave en la parrilla mañanera de Antena 3 en los 90s. Quizás creciste con la brevísima serie de animación emitida en los 2000s, o incluso te remontas a sus apariciones, junto al resto de la pandilla de Archie, en las animaciones de Filmation de los 70s.

La Sabrina de Thompson y Fish, aún resultando fresca y original, aúna lo mejor de todas ellas con sencillez y naturalidad, y asombrosamente funciona. Hay ciertas reminiscencias, sobre todo estéticas, a sus escalofriantes aventuras, pero con un tono mucho más luminoso y colorido que, sin descartar ese gusto gótico casi lovecraftiano en su brujería, admite el encanto y estilismos noventeros para los fans más nostálgicos. Este amalgama, ni demasiado naif ni demasiado tenebroso, centra su atención en la dimensión más high school del personaje, en los problemas que plantea a una adolescente ser la chica nueva y llevar una doble vida de proporciones sobrenaturales, con un equilibrio que por momentos recuerda a aquellos primeros episodios de la otra adolescente rubia superpoderosa de la TV noventera: Buffy, Cazavampiros.

Todo ello sin descuidar ni el más mínimo detalle de un mundo mágico que se siente más profundo que nunca, que pone todo tipo de artefactos, gigantescos tomos y coloridos hechizos a disposición de Sabrina (y Salem, que no se va muy lejos de ella, con la esperanza de que le caiga algo de catnip). Sabrina es mágica, por naturaleza, pero también la veremos bucear en las amarillentas páginas de sus libros de historia de la brujería, preparar ritos y encantamientos varios, y hasta, en cierto sentido, convertirse en una especie de magical girl definitiva, una especie de Sailor Moon hechicera arcana, con sidekick gatuno incluido… en fin, ¿qué más se puede pedir?

Kelly Thompson es una guionista omnipresente en el panorama superheroico estadounidense, con un lugar especial reservado en la Casa de las Ideas: tras encargarse de escribir a Kate Bishop y Jessica Jones, se encuentra ahora mismo al mando de las cabeceras de la Capitana Marvel y la Viuda Negra. Pero hay ciertos títulos en su trayectoria que comparten algo más que su especial estilo en la caracterización y diálogos de sus protagonistas femeninas, fuertes, complejas y multidimensionales. Si observamos su trabajo como cronista de La Pareja Real Mutante™, Pícara y Gambito en las miniseries Anillo de Fuego y su continuación, Sr y Sra X o, fuera de Marvel, consideramos su detective adolescente Nancy Drew (¡otro título octogenario!) para Dynamite Entertainment, su Jem and the Holograms para IDW, o su Mighty Morphin Power Rangers: Pink para Boom! Studios… de repente, escribir a Sabrina Spellman es el siguiente paso lógico en un patrón marcado por su propia afición, el dominio de los personajes y sus voces, y una poderosa nostalgia

Los cómics de Archie fueron mis primeros cómics. (…) Me enamoré de ellos, y Sabrina tuvo mucho que ver. Amaba a Betty y Veronica, pero Sabrina ofrecía algo distinto. Tenía una verdadera narrativa, poder de verdad (…) y, con ella, no todo giraba en torno a un chico. Eso me resultó increíblemente refrescante e interesante, incluso si en aquel momento no podía darme cuenta de qué era exactamente aquello a lo que estaba respondiendo

Este recuerdo lo comparte en la carta de introducción que acompañó la edición USA de este cómic, en la que continúa comentando las muchas encarnaciones diferentes de Sabrina, la versatilidad del personaje, a quien –siempre y cuando captures su esencia– puedes plantar en cualquier tipo de historia con la tranquilidad de que la verás florecer, y lo honrada que se siente de poder entrar a formar parte del legado de un personaje que le es tan querido, prometiendo una Sabrina de alma, y corazón, quintaesencial. Thompson empapa a sus personajes de empatía, motivaciones y sinceridad. Da con su voz y la amplifica, cristalina, a través de diálogos que suenan realistas cuando deben, ingeniosos como todos desearíamos ser en nuestras propias vidas, y emotivos cuando logra que bajemos la guardia. Pero, sobre todo, Thompson logra que sus personajes nos enamoren porque ella misma es la primera en caer rendida a sus pies, y se nota.

El guión no es lo único que brilla con fuerza en este título, el arte de Veronica Fish, acompañada por su marido Andy Fish, es espectacular en los momentos más mágicos (con unos colores realmente explosivos) y sutil en los más íntimos. No es su primera parada en el Archieverso, ya se dejó caer en la serie de Jughead, pero el mundo de Sabrina permite al dúo artístico recrearse en unos diseños de personajes (y demás criaturas mágicas) que resultan únicos y originales, y ligeramente familiares. Su Sabrina recuerda en igual medida a la clásica setentera y a la de la actriz Kiernan Shipka, y sin embargo su gusto a la hora de vestir se acerca a la estética noventera ligeramente grunge. Salem es una delicia casi sin esfuerzo (aparente), pero esa expresividad, unida a modas y lenguajes corporales muy variados entre Hilda, Zelda y el resto del elenco (hasta Harvey Kinkle, que suele caer en el lado soseras del espectro) hacen de cada personaje alguien fácil de leer y conocer de inmediato.

Sabrina no podría haber caído en mejores manos en su presentación a una posible nueva generación de fans: si la seguiste en la pequeña pantalla y sus escalofriantes aventuras en Netflix permanecen aún frescas en tu mente, o la serie de televisión de los noventa perdura en tu corazón, o si conocías sus cómics pero nunca diste el salto… o, incluso, si simplemente te gustan las historias de adolescentes, con sus dramas y sus romances, una buena dosis de magia pura, algo de miedo y mucho humor… Sabrina, la bruja adolescente te encantará (en todos los sentidos).

No habrá que esperar mucho para continuar disfrutando con ella aún a cargo, como comentábamos al inicio de la reseña, de Thompson y Fish. Con el cuarto número de Sabrina – Something Wicked ya en los estantes estadounidenses, esperemos que el tiempo vuele hasta la llegada a España del siguiente volumen de las aventuras de esta bruja. Un relanzamiento que funciona como el mejor de los hechizos.

Título: Sabrina, la bruja adolescente 1
Guión: Kelly Thompson
Dibujo: Veronica Fish, Andy Fish
Edición Nacional: Norma Editorial
Edición Original: Archie Comics
Formato: Cartoné, 128 páginas
Precio: 18,50€