La novela gráfica “Las dos vidas de Penélope” de Judith Vanistendael presenta la dura y dividida realidad de las personas que deciden ir a zonas en conflicto para ayudar todo lo posible.

La artista belga Judith Vanistendael es una de esas autoras cuyas obras poco a poco van adentrándose en nuestro entramado editorial y que, con el tiempo, parece que siempre estuvieron ahí. En España hemos podido disfrutar hasta el momento de varias obras, entre ellas, Sofía y el negro o Los silencios de David (Norma, 2012 y 2014 respectivamente) donde trataba temas personales, intimistas y sociales. El año pasado la editorial Astiberri publicó Salto, obra ilustrada por la artista, con guion de Mark Bellido que fue todo un éxito.

Esta vez, Vanistendael vuelve a trabajar sola para crear su obra más ambiciosa hasta la fecha, donde no sólo trata temas sociales y familiares, como había hecho hasta el momento, sino que además incluye una realidad poco conocida por aquellos que no hemos trabajado en medio de un conflicto bélico lejos de casa. Y ahí es donde nos transporta a través de esta historia. Las dos vidas de Penélope empieza con Penélope, la protagonista absoluta de la historia, quien se presenta ante nosotros como una madre alejada de su familia, especialmente de su hija, mientras trabaja como cirujana en medio del conflicto bélico de Alepo en 2015. Para que la conozcamos en ese breve tiempo antes de una operación, Penélope se presenta en comparación con su tocaya de la Odisea. Ella no espera, no teje y no tiene un hijo. Ella tiene una hija y un marido que la esperan en casa mientras ella salva gente en medio de una guerra. Cuando puede, y es que Penélope no siempre es capaz de salvar a todo el mundo, y esto la atormenta.

Llegado el momento, y tras ver el lector una directa relación entre la vida de Penélope y su hija en dos puntos completamente distintos del mundo, ésta tendrá que volver a Bruselas. Pero esta vez todo será distinto. Hasta el momento Penélope había sido capaz de separar por completo sus dos vidas, nunca se había llevado con ella los problemas mentales que le supone la guerra. Esta vez, junto a ella viajará el recuerdo constante de una niña de la misma edad que su hija a la que no pudo salvar. Y que condicionará por completo su vuelta al hogar. Un hogar sin guerra, con un marido cariñoso y maravilloso, y una hija que la quiere y la espera no importa el tiempo que pase. Las dos vidas de Penélope se superpondrán dejándola completamente desorientada, ¿cómo puede su hija creer que un examen de latín es una tragedia cuando ella ha visto morir a niñas de su edad?

Además de navegar los sentimientos de culpabilidad y desapego por la realidad que vive su familia, Penélope tendrá que lidiar con su madre, su hermana, y sus compañeros de trabajo. Así como la incomprensión por parte de todos ellos respecto a sus decisiones profesionales. Después de diez años viajando de forma constante a países que sufren conflictos bélicos, ¿es necesario que siga haciendo su trabajo allí? Se ha perdido la primera regla de su hija, a la que no pudo ayudar, ¿qué más está dispuesta a sacrificar? ¿podrá superar sus traumas, y cómo se enfrentará a una realidad que cada vez le es más ajena?

El guion de Vanistendael crea una protagonista que debe luchar con su propia Odisea. No sólo lucha contra los traumas propios, sino que además la enfrenta a una familia casi perfecta, y muy real, que la apoya y la echa de menos pero que, sin embargo, tiene que seguir viviendo sin su presencia constante. Algo que hace que ella se sienta todavía más fuera del núcleo familiar cada vez que regresa a casa. Gracias a esto, la autora no sólo trata temas como la familia, los roles de género y lo que se espera de una madre. Sino también de los sacrificios necesarios por parte de una mujer para poder llegar a cumplir su carrera profesional deseada, cuando sabe que a un hombre no se le exigiría la misma dedicación familiar. O, por lo menos, no se le reclamaría lo mismo.

Además de todo esto, algo muy interesante que consigue Vanistendael es crear una red de personajes que sean coherentes, tengan sentido y actúen como tal. Que todos ellos sean perfectos en sus imperfecciones y muy reales. Pero que, precisamente por eso mismo, creen esa doble vida en Penélope de forma lógica para el lector, y de forma inconsciente para ellos. Creando conflictos de difícil solución para todos, pero que harán pensar al lector.

En el apartado gráfico de Las dos vidas de Penélope juega un papel muy importante el color. A través de él no sólo se crearán las escenas, y se representarán los estados mentales y anímicos de los personajes, sino que además se señalará con la ausencia del mismo la importancia del texto. Toda la obra está creada mediante acuarela, y hay pocas líneas de entintado más allá de unas finas líneas que delimitan los rostros y cuerpos de los personajes. Cuando la conversación entre dos personajes es realmente importante, Vanistendael elimina por completo los fondos para centrarse exclusivamente en los dos personajes que están hablando, o discutiendo, dirigiendo por completo la mirada del lector a las palabras que estos personajes utilizan. Además, el color rojo y la sangre serán los únicos elementos que unan las dos vidas de la protagonista.

La edición de Astiberri, teniendo en cuenta que está englobada dentro de su colección Sillón Orejero, es más grande en tamaño de lo normal. Algo que, debido al tipo de ilustraciones de la autora, se agradece.

Judith Vanistendael dedica Las dos vidas de Penélope a su hija Hanna, a quien denomina su musa para esta historia. Y es que, aunque la autora no es una cirujana ni mucho menos ha trabajado como tal en una zona de conflicto, en esta obra representa muchas inquietudes inherentes a toda madre. Así como la importancia del trabajo, y las decisiones tomadas por el mismo, respecto a la familia. Una obra muy potente tanto en contenido como en su forma, que desde Sala de Peligro queremos recomendar a lectores adultos. Por las distintas lecturas que se dan de muchos temas complicados en esta novela gráfica.

Título: Las dos vidas de Penélope
Guion, dibujo y color: Judith Vanistendael
Edición Nacional: Astiberri
Edición Original: Éditions du Lombard
Formato: Rústica con solapas, 160 páginas
Precio: 22,00€